Ante un nuevo 1ro de Mayo que nos encuentra hoy vemos más de lo
mismo y peor, porque parece que cada año que pasa es un año más del
avance de esta descomposición social llamada capitalismo en todas sus
facetas. Pero en este gran compost de putrefacción están las semillas
que generarán ese mundo nuevo que llevamos en nuestros corazones. Estas
semillas se nutren de la indignación ante todos los autoritarismos, de
la indignación ante la miseria, la rabia contra quienes se arrogan
portadores de la verdad, dueños del mundo.
Contra todas las burocracias y los poderes que en nombre de nobles
ideales justifican las peores atrocidades y practican el verticalismo,
la adoración a un líder-salvador, el delegar la responsabilidad de
nuestras vidas en tal o cual gobierno.
Pero estas semillas también se nutren de la solidaridad entre los
iguales, los oprimidos, los de abajo, se nutren de la imaginación, la
creatividad y la búsqueda cotidiana de la libertad, ese universo por
descubrir día a día.
Para defender estas semillas nos queda la resistencia y la lucha, el
aprender de las luchas pasadas para comprender y desarmar el
funcionamiento del poder.
Vaya nuestro saludo fraterno a todos aquellos grupos, colectivos y
personas que desafían con sus actos a esta infame mentira, a esta
hipócrita sociedad en la que nos toca vivir, hacia la cual nos rebelamos
desde lo más profundo de nuestras entrañas, vomitando todo el asco que
nos produce este pastel de fiesta relleno de gusanos.
Vaya nuestro saludo a todos los proyectos que llevan en su ser la
autogestión, la solidaridad y la crítica social, cada cual desde su
lugar y posibilidades.
¡Vamos hacia aquello que no tiene fin y no tuvo principio! A experimentar el camino de los días, ¡hacia la anarquía!