miércoles, 29 de agosto de 2012

Ante Las Detenciones en La Paloma/Rocha

Recibimos y publicamos...
 
Comunicado de prensa y a la población

Desde el 22 de agosto pasado, pobladores locales vienen manifestando en contra de la apertura del camino de acceso hacia el actual puerto, a la altura de la ruta 15, por donde pasarían los camiones transportando madera para instalar la operativa maderera en el Puerto de La Paloma.
En la mañana de hoy, lunes 27 de agosto, se hizo presente en el lugar la Guardia Republicana.
La orden, según señaló la fuerza de seguridad a los pobladores, era detener a cualquier persona que obstaculizara el trabajo de las máquinas.
Fueron detenidas cuatro personas, solamente por el hecho de arribar a la zona, una  de ellas con un niño en brazos, quien también fue llevado por la policía. Ninguno de ellos protagonizaba acto alguno de violencia o desacato, ni obstaculizaban el trabajo de las máquinas.
La Unión de Vecinos de La Paloma manifiesta su total repudio frente a un hecho que considera de represión infundada a la sociedad civil, en nombre de las más de trescientas cincuenta personas que se han hecho presentes frente a las obras de excavaciones en los últimos días y de los centenares de vecinos que participaron en las numerosas asambleas realizadas en los últimos meses, expresando su malestar por la poca seriedad de un proyecto de alto riesgo para el desarrollo sustentable del turismo, la pesca y la identidad del lugar.
Los vecinos y vecinas denunciamos que la ilegalidad la hace el Estado al permitir el comienzo de obras sin haber realizado un procedimiento de estudio de impacto ambiental previsto en la propia ley.
Denunciamos que el atropello lo hacen los gobiernos nacionales y departamentales al no escuchar los reclamos de los pobladores locales que, con sustento, han argumentado que el proyecto no es bueno para el lugar.
Denunciamos que hay una irresponsabilidad total por parte de las autoridades en general de aceptar este tipo de proyectos en pos de un modelo de desarrollo que está siendo cuestionado en el mundo entero, con movilizaciones enormes en toda América Latina, por considerar que de esta forma estamos poniendo en juego nuestros bienes comunes por un crecimiento económico inmediatista y a favor de las multinacionales.
Exigimos urgentemente la detención de las obras para realizar un debate serio sobre qué desarrollo quiere y precisa La Paloma y el país, y no que se utilicen los recursos del Estado, incluidas las fuerzas de seguridad, en beneficio del interés empresarial y transanacional.  
Además de repudiar y denunciar estas acciones represivas, exigimos que no se vuelvan a violar derechos tan básicos como la libre expresión de los ciudadanos cuando éstos se manifiestan por métodos pacíficos.
Nuestra solidaridad con los compañeros por la represión recibida.
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UVLP - Unión Vecinos de La Paloma
atlanticosur-rocha

lunes, 27 de agosto de 2012

PARA ELLOS NO HABRÁ "MEMORIAS DEL CALABOZO"

por Nicolás Scarón / salió en Barrikada n° 48 Ago-Set 2012
Durante el gobierno de Jorge Pacheco Areco las cárceles uruguayas dejaron de ser custodiadas por el Ministerio de Educación y Cultura y pasaron a la órbita del Ministerio del Interior.
Entre otros motivos esta medida venía a satisfacer la demanda de seguridad de aquel entonces, que no era contra jóvenes adictos a la pasta base, el peligro eran los tupamaros que asaltaban, robaban, ponían bombas, invadían pueblos, medios de comunicación, adoctrinaban muchachos y cuestionaban el “estilo de vida uruguayo”.
Los medios clamaban por más “mano dura”; las viejas en los almacenes comentaban entre ellas que “no podían más”, mucha gente estaba nerviosa, intranquila, muchos empezaban a arengar a los militares para que “pusieran orden”
Y lo pusieron.
En un santiamén, entrenados por expertos norteamericanos, liquidaron el aparato armado de los tupamaros y exterminaron los estamentos sociales que combatían al sistema capitalista y generaban conciencia en la masa de trabajadores, de donde, entre otros “productos”, surgen las guerrillas, paridas de una necesidad política y no de un capricho de un puñado de universitarios.
La devastación fue completa, constante, sistemática, en 10 años todo el pueblo uruguayo sintió el rigor de esa “limpieza” ideológica que hizo la dictadura.
Lo sintieron incluso los que clamaban por mas orden, porque al totalitarismo no confía siquiera en el intelectual de derechas, su capacidad, puede más tarde que temprano jugar en contra del régimen.
Solo los imbéciles, los tontos, los mentecatos, los inconcientes totales con cierta instrucción técnica son bien vistos por el gobierno de los ricos.
En el Uruguay de hoy, donde mucha gente “no aguanta más”, donde a la inseguridad que sentimos en las venas le importa un pito las estadísticas, donde los ministros toman como referencia a los canales de televisión, los tupamaros que están ahora gobernando, responden a la demanda, la cual no se molestan en contrarrestar.
Las cárceles uruguayas pasarán a ser controladas por militares con la aceptación total del sistema político.
 Esta especie de “proceso” o “ensayo” será realizado por el mismo ejercito que no hizo ningún tipo de autocrítica como institución por las violaciones a los derechos humanos cometidas por más de una década, que cuenta en sus filas con más de 400 efectivos que están vinculados directamente a la desaparición, muerte, violación de hombres y mujeres, que robaron bebes, que secuestraron, que robaron bienes, que practicaron el terrorismo de Estado a diestra y siniestra.
El gran motivo esgrimido es que los policías se corrompen y permiten el ingreso de armas, celulares y drogas a las cárceles.
Parece que los militares pertenecientes a la institución más siniestra del Estado actuarán de otra manera. Y seguramente lo hagan, pues además de las prácticas que ejercía la policía, se agregue la tortura a los presos como elemento constante y sistemático.
Bonomi, Mujica y Huidobro, entre muchos, lo saben.
Mujica relató que en las mismas dependencias del Ejército ya se están aplicando cursos para la formación de carceleros profesionales; personal instruido específicamente para el relacionamiento con los reclusos y que por lo visto no serán más policías.
Esos cursos están siendo impartidos por un civil; un maestro uruguayo que a su vez obtuvo la capacitación en el estado de San Pablo, Brasil. “Estamos adoptando los sistemas y la instrucción de algunos países exitosos en la materia” dijo el Presidente en M24.
Instrucción de países “exitosos en la materia”, llamado al ejercito, enemigo interno que atenta contra  el “estilo de vida de los uruguayos”, son términos que parecen repetirse. Peligrosamente repetirse.
Lo único que no  hace avizorar una represión como en los setenta es el atraso ideológico que impera en el movimiento obrero y en el resto de las organizaciones sociales reflejado en sus demandas. Tal vez responda a un sentido de supervivencia, tal vez el “trauma” convive en esas estructuras que perdieron sus mejores hombres y mujeres en los calabozos, en la locura, en el olvido y destierro que generó la dictadura.
Pero sin resistencia igual nos matan. Las causas de un sistema de explotación se sufren igual, por más que no le opongamos resistencia.
La guerra social entre capital y trabajo no conoce paz alguna, ni siquiera si no peleamos, ni siquiera si aún vencidos pedimos clemencia. No la habrá.
¿El estudio sistemático del los sistemas de gobierno y su asimilación?
¿El convencimiento de poder engañar al sistema desde sus entrañas?
¿La tentación de tener “poder”, el dinero, la traición en el sentido más cretino del término?
¿El Síndrome de Estocolmo? Seguramente ni Mujica pueda decirlo a ciencia cierta.
Pero el proceso represivo inherente al capitalismo en crisis se siente y es demoledor. La sociedad se empieza a encolumnar detrás de la represión moderna.
El 63% de los frenteamplistas está a favor de bajar la edad de imputabilidad, los estudiantes y profesores piden policías en los liceos, piden uniformes, pedimos mano dura, pedimos que los militares salgan de los cuarteles.
Queremos vivir tranquilos, vivir con paz nuestra imbecilidad, que el pibe del barrio que fuma pasta base no nos robe y además nos siga vendiendo cosas robadas “lindas y baratas” que le roba a otros vecinos y además queremos que esté en “el horno”, así aprovechamos y le hacemos cortar el pasto de nuestro jardín por unas “chirolas”…
Como dicen por ahí, todo no se puede.

POSTALES DE UN BARRIO
Salía el niño de su casa eran las 8 de la mañana ya llegaba tarde, el padre desde la puerta borracho le gritaba “dale chupa pija apurate” el botija le contestaba también con insultos y con la mano en los bolsillos se iba rumbo a la escuela donde una maestra lo retaría por llegar tarde y un compañero le diría algo  sobre su olor a orín.
Una botija adolescente en Uruguay por estos días, cuando tenga que ir a visitar a su papá a la cárcel, que vaya uno a saber porque está en cana, pero es su viejo y lo quiere, se encontrará con un militar encapuchado, de índole femenino, me quiero imaginar, que le tocará su cuerpo, que abusará de su intimidad buscando un porro dentro de su vagina o un gramo de merca en su orificio anal, horas más tarde escuchará al profesor de educación física hablando de “corporalidad”…
Hace unos días un grupo de mujeres familiares de presas de la cárcel de mujeres se enfrentaban con la policía en la calle por la suspensión arbitraria de las visitas por parte del sindicato de represores afiliado al PIT CNT.
La imagen televisiva reflejaba la más profunda soledad, tan solas como en sus vidas mismas, sumergidas en su pobreza e ignorancia les toca soportar el embate del sistema contra la pobreza que él mismo genera.  
Luchan sin conciencia, luchan desde las “tripas”, como el niño con olor a pichi que le dirá a la maestra que se vaya  al putísima madre que la recontra mil parió y le pegará una piña al compañerito de “raya al costado”, como la adolescente que mirará de reojo y desconfianza al  profesor de educación física que le dice que se anime a soltar su cuerpo en la tela.
Solos enfrentan a un sistema que los quiere exterminar, pero sin heroísmos en la cárcel, no habrán “memorias del calabozo” de estos presos del 2012, que no tiene soportes culturales para curar el espanto.
Los familiares de ahora no pueden organizar marchas donde cante Viglietti.
Donde se admita el silencia, el infierno de sus vidas lleva el compás de la cumbia villera. Estos malditos pobres sin márquetin de izquierda que nos hace odiarlos tanto.
Y si ellos están solos… ¿Donde estamos los demás?

domingo, 19 de agosto de 2012

Tercer documento para el debate: “Tensión y Anarquía”



    Tres son las partes de este nuevo texto, el tercero que hemos sacado para seguir en esto del pensarse y potenciarse.
    Cabe, por si aún no esta claro o por si este es el primero que el lector lee, aclarar que no intentamos dar un aporte teórico nuevo ni innovador de ningún tipo, menos aún el más acabado o con alguna clase de perfección. Nos proyectamos, hacemos en el campo del pensamiento porque hacemos en la calle. Y porque hacemos, porque seguimos haciendo es por que pensamos acerca de nuestras prácticas. No tenemos una solución ni varias mágicas, no intentamos ser la luz de nadie y no pretendemos ser teóricos de ningún culto religioso aunque se llame anarquismo. De hecho no queremos ser teóricos de nada.
    Nos vemos y participamos en el conflicto social y de ahí surge la necesidad de pensar, de pensarnos.

    Este es el tercer aporte de este tipo que hacemos, alguna critica malsana hemos tenido, muestra de impotencia de llamados militantes, crítica, muchas veces sin siquiera haber hecho una lectura o haberse interesado por lo que estábamos diciendo. De otro lado, muchísimo han acercado otras valoraciones, dudas y aportes que nos han reafirmado aún en las disonancias.
    La primera parte de este documento trata de algo que se nos ocurre complicado ya que no queremos ser mal entendidos, cierta forma que tienen algunos de ver y pensar lo individual, el discurso del que dice que todo recae sólo en lo que cada uno haga. Lo difícil es explicar que si bien para nosotros es fundamental y esencial la práctica individual esta tiene que ir acompañada de un algo más para no ser cooptada, recuperada o perderse en el gesto. Lo individual es la base, la base para algo más que buscamos. La anarquía siempre ha sido y será el campo para el libre desarrollo individual, el desarrollo más amplio posible. Quisimos analizar ciertas escusas no criticar la dimensión individual, proyecto innegociable de nuestra existencia.
    El segundo texto avanza, es parte también del primero pero tiene connotaciones más prácticas, esas son las que nos preocupan y han impulsado estos documentos desde el primero hasta éste. Buscamos seguir definiendo la tensión, de qué hablamos cuando hablamos de tensionar, lo que no es y lo que pensamos que sí. Se inscribe en el proyecto de los documentos que es darnos aportes para pensar y desarrollar nuestra práctica concreta, nuestras luchas. Las cosas han surgido en la propia dinámica de nuestras peleas, en los problemas que se nos han presentado y en los que intuimos vendrán.
    La tercera y última parte trata de nuestras proyecciones, se basa aunque no aparezca explícito en varias reflexiones sobre el movimiento internacional y de varias charlas y discusiones con compas de otros lados y de acá. Es capás la más delicada de explicar, en la que esperamos haber sido claros en lo dicho y en lo no dicho. Sentimos una responsabilidad grande en los acontecimientos que se vienen y queremos estar a la altura de las circunstancias. Es indudable el papel importante que hemos jugado los anarquistas en los últimos tiempos, la gravitación venida de nuestra coherencia y vitalidad, y queremos potenciar y seguir dando pasos cada vez más fuertes.
Así que en este documento, lo individual y la tensión para la anarquía.
    Como siempre, nuestro proyecto es la vida, la libertad, por eso no negociamos nada, por eso lo queremos todo.

Círculo anárquico Villa Española – Malvín Norte y afines.
Montevideo, Agosto de 2012.

jueves, 16 de agosto de 2012

Esclavitud a la uruguaya


Fue necesaria una orden de allanamiento para que los inspectores del Ministerio de Trabajo pudieran entrar a la mansión de Carrasco donde trabajaban de manera ilegal varias ciudadanas bolivianas.
Era la punta de una madeja que prosiguió con una denuncia en un juzgado del crimen organizado.

Brecha conversó con varias de las trabajadoras que llegaron para cumplir tareas en la casa de Nathalie Manhard y en la de su padre, Enrique Manhard, miembros de una de las familias más adineradas del país.
Las trabajadoras relataron cómo son captadas en su país, las condiciones a que son sometidas en Uruguay y lo difícil de escapar cuando el mundo es tan ajeno.

En el Uruguay de 2012, una historia de gente que se piensa con derecho a ser dueña de otra gente. Por suerte el Estado esta vez parece estar dando todas las garantías necesarias.
Se las había arreglado sola, siempre. Incluso cuando se fue a Buenos Aires, y también a San Pablo, a trabajar en talleres de costura, y dormía y trabajaba y comía y vivía en una pieza.

Seguramente en alguna de esas maquilas tan infames como ilegales, que dos por tres son noticia en la tevé cuando se incendian, o cuando se descubre que allí trabajan cientos de migrantes irregulares por salarios miserables.
Pero esa mañana, cuando su sobrina la invitó a probar suerte en la agencia de colocación de personal llamada Verónica, Laura -así le diremos a los efectos de esta nota- aceptó.
Hacía poco sus antiguos empleadores se habían mudado de La Paz a Santa Cruz y ella no los siguió porque sus hijos van al colegio en la capital boliviana. Así que decidió probar suerte. Apenas llegó, "Vero" le preguntó si quería trabajar en Uruguay.
Se extrañó, pensando que le hablaban de la avenida paceña, famosa por ser lugar de venta de pescado; pero no. "De Argentina, más allá", le aclaró la dueña. 


Anímate.

Es una señora muy rica, paga muy bien, trata muy bien a las muchachas." Preguntó cuánto era el salario y Vero aseguró: "Quinientos dólares para empezar.
El segundo mes te va a aumentar 100 y vas a ganar 600 dólares". Mientras ella sacaba cuentas y dudaba, Vero marcó un celular y lo dejó sonar un par de veces antes de cortar.

Miles de quilómetros al sur, Nathalie Manhard Sasson entendió el mensaje y con presteza devolvió la llamada. Instantes más tarde boliviana y uruguaya mantenían el diálogo:
-El trato es que te voy a pagar 500 dólares. Pago muy bien. Tengo otras muchachas bolivianas ¿sabés limpiar?
-Sí, tengo certificados de trabajo.
- ¿Estarías dispuesta a venir?
-No sé, es que tengo niños.
- ¿Tenés a quién dejárselos?
-Con su papá o mi hermana.
Durante la conversación, "Vero me dice: '¿Para qué le dices que tienes hijos? No tengo hijos, debes decir'.
Y me dice la señora: 'No hagas caso a lo que dice Vero, hacé caso a lo que yo te pregunto y contestame'. Y yo le contestaba todo: sabía limpiar, sabía de costura, porque en Buenos Aires y San Pablo he trabajado en talleres de costura.

Me pidió mi teléfono pero le di el de mi hermano, porque no estaba decidida a trabajar. Vero me decía: 'Anímate, anda. Es una señora millonaria, que bien paga. No es cualquier señora, una cónsul, me dicen que es. Dicen que es bien grande, bien linda, la casa.
Las otras muchachas que trabajan me dicen que es bien buena. ¿Quieres hablar con las otras?'. Hablando no voy a ganar nada. El lunes vengo si no encuentro trabajo". Y se fue.
Después, todo sucedió muy rápido. Cuando llegó a su casa, Manhard ya se había comunicado nuevamente. Horas más tarde volvió a llamarla y prometió: "Si te quedas un año no te voy a descontar el pasaje. Te voy a dar un celular, te voy a dar un chip".
"Yo debía al banco -cuenta ahora la trabajadora a Brecha-, y mi hermano y mi cuñada me decían que así pagaría más rápido. No es que 500 dólares fuera mucha plata. Son 3 mil bolivianos porque el dólar allí está muy bajito, pero me venían como anillo al dedo, como dicen. Que yo esté aquí, no gaste en mis pasajes.
Podía mandar un monto para mis hijos y otro para el banco".

Cuando el domingo a la mañana Manhard insistió con un nuevo llamado y aseguró que había girado dinero a Vero para el pasaje, Laura decidió aceptar.
El martes al mediodía tomó el bus que la separaría de la cordillera de los Andes para, tres días después, dejarla con el mar a sus pies en Montevideo.

Tomó el taxi negro y amarillo tal como "la señora" le había indicado y minutos más tarde arribó a la mansión ubicada en Américo Ilaria, entre Viña del Mar y Copacabana.
Los 400 pesos del taxi los pagó la cocinera.
Dejó sus cosas en la habitación, se dio un baño, e instantes después comenzó su trabajo.

Enseguida su identidad comenzó a desdibujarse.
A partir de ese momento era "la de la planta baja", como se llama en aquella casa a la encargada de la limpieza de ese sector. No imaginaba todo lo que viviría en los próximos meses.

En la residencia de Carrasco trabajan cuatro personas, siempre de origen boliviano (una "planta alta", una "planta baja", una niñera y una cocinera).
La paciente reconstrucción que hizo el colectivo feminista Cotidiano Mujer -institución a la que se acercaron varias mujeres en busca de ayuda- permite saber hoy que al menos 12 ciudadanas de aquel país pasaron por la casa en el último año.
Todas llegaron a través de la agencia Verónica, solicitadas por Nathalie Manhard.
Viajaron por tierra, sin contrato, permanecieron de forma irregular en el país. Recibían 500 dólares de salario, trabajando prácticamente el doble de horas de lo estipulado por ley y con un descanso de cuatro horas semanales, nunca en fin de semana
Brecha está en condiciones de informar que Manhard también contactaba a la agencia boliviana en procura de personal doméstico para sus amigas y para sus padres (Enrique Manhard y Vivianne Sasson). Al menos en la casa de sus padres, las trabajadoras recibían un trato similar.
Según el testimonio de una ex trabajadora de esa casa, el vínculo laboral en ese lugar también era a través de Nathalie.
Era ella quien decidía todo lo referente al trabajo. Relatan también que, mientras su madre solía mantener un trato amable, Enrique, el padre, era parecido a su hija en la forma de dirigirse a las trabajadoras.
Otra de las constataciones es que cuando el vínculo laboral finalizaba (sea porque no aguantaban el nivel de estrés o porque Manhard decidía que no trabajaran más) eran "despachadas" (tal es el término que utilizan) a Bolivia, incluso contra su propia voluntad.
A partir de que algunas lograron permanecer en el país es que se conoció la historia.


La señora Tiqui Tiqui

"Tiqui tiqui. Acá se viene a trabajar", cuentan que decía Nathalie Manhard a sus empleadas, mientras movía ágilmente los dedos en señal de caminata.
"Hasta ahora tengo en mi mente esa palabra", comenta una de ellas mientras repasa algunos de los hechos que muestran, además de las irregularidades y el incumplimiento de las leyes, un fuerte componente de racismo y clasismo por parte de la empleadora.
"Nos teníamos que parar a las 6 de la mañana y el desayuno debía estar servido a las 7 en punto. ' La comida de la casa', decían ellos, porque tienen la cocina principal y la cocina del servicio. Y la comida del personal es muy distinta a lo que ellos comen.
Nos compraba carne picada común, un quilo, que tenía que durar un mes. Lo que más comíamos era polenta con pulpa de tomate o fideos hervidos con pulpa de tomate o con atún.
El jardinero no estaba autorizado a comer, pero la cocinera decía 'yo tengo hijos, sobrinos', y tratábamos de cocinar algo más y le dábamos.
Nuestro plato de lujo era arroz con huevo, o con pancho. Muy rara vez podíamos comer lenteja. No podíamos comer tomate, salvo que estuviera a precio bajo. No podíamos comer lechuga porque es carísima. Pero había rúcula en su huerto y podíamos comerla.

El desayuno era con un paquetito de Nescafé. No podíamos tomar leche, Si era temporada de manzana compraba una bolsa para nosotras. O de naranja. Pero otra fruta no se podía comer.
Ni banana ni otras cosas más.

Ella decía que en todo Uruguay el trato era así. Que teníamos que comer así."
Un día, enterada de que una trabajadora decía que ya no quería comer, Manhard les dijo: "Si nadie quiere comer lo que les doy aquí, pueden salir, comprarse con su plata.
Hay Mc Donald's; pueden ir a comer ahí, puede ir a comer al restorán, si tienen plata".
A la mala alimentación se le sumaban las extenuantes jornadas de trabajo: un promedio de 14 horas de lunes a lunes, con media hora para comer, y una hora de descanso que difícilmente podía cumplirse porque siempre había tareas para hacer.
"No tenía ese tiempo", dice una trabajadora. Después de la limpieza de las habitaciones, había que ayudar en la cocina, y además "tenía que planchar.
Planta alta lavaba y planta baja planchaba. Decía en la carpeta (un "manual de instrucciones" que se les entregaba a su llegada) que planta baja se hace cargo de coser, limpiar los championes a diario, bajar y subir las cosas. La misma señora nos hacía pelear. Demasiado estrés, era".
Por ejemplo, dice el manual que la persona encargada de la planta baja debe, según el día de la semana, limpiar el hall de entrada y el baño de visitas, el breakfast, el comedor, el living, el lavadero, el depósito de deportes, el dormitorio y el baño de huéspedes, el depósito frente al dormitorio de servicio, el baño y el hall del escritorio, el estar, el billar, el playroom y su baño, la barbacoa, con su baño y cocina incluidos.
Entre sus tareas también está tender y servir la mesa durante la comida, lavar a máquina y a mano, colgar y secar la ropa, limpiar y lustrar zapatos, guardar la ropa y el calzado.
Asimismo debe ayudar a la cocinera (salvo los días que está cubriendo a la niñera) en el mantenimiento de la cocina principal ("siempre impecablemente limpia, horno, anafe, micro, heladeras, filtros, muebles, pisos").
Al principio pensaba que el trabajo en Uruguay "debe ser así". Pero un día la cocinera, que llevaba más tiempo en la casa, dijo que así no era. Eso le había comentado una profesora uruguaya que durante un tiempo frecuentó la casa.

Le habló de las leyes, del descanso, de la limitación de la jornada y los beneficios que les correspondían y de los cuales no tenían noticias.
Las trabajadoras no tenían a quién preguntar. No conocían a nadie en el país, no sabían a quién recurrir. Es que el trabajo migrante, cuando además es irregular, atrapa y congela. Sólo tenían cuatro horas semanales libres.

Eso impedía su movilidad a lugares alejados de la residencia de Carrasco, a lo que se le suma el temor (el autoimpuesto y el propiciado) de ser "atrapadas" en tanto que, luego de los primeros tres meses, su permanencia en el país era irregular.
"Si saben que están irregulares las detienen", cuentan que les decía Manhard, quien hacía rato había perdido las buenas formas que mostraba por teléfono.
La prohibición imperaba también dentro de la residencia: tenían prohibida la conversación entre ellas a no ser por asuntos estrictamente laborales.

"Una noche se rompió una carpa que en la mañana se abre y en la noche, antes de que entre el sol, se recoge. No sabemos qué pasó.
Llegó furiosa y era tan. Me agarró primero a mí, me gritó que era una muerta de hambre, que ella hacía comer a mis hijos. Que con lo que ganaba ni en 20 años podía pagarle porque esa carpa costaba más de 20 mil y pico. Luego tomó a la otra.

Pero con unos ojos, tenía un carácter... una voz que te hace temblar. Yo con sólo mirar a esa señora le tengo miedo. Hasta el día de hoy le tengo miedo, un miedo grande. Te grita, te da como unas palabras tan bruscas que te duelen y te llegan al alma."


Salir de ahí

Los intentos por conocer sus derechos fueron permanentemente boicoteados. Un día la cocinera decidió que saldría muy temprano y utilizaría sus horas libres para ir al Ministerio de Trabajo. Salió, volvió sin haber encontrado la sede, pero con la certeza de que en Uruguay las cosas no eran como las pintaba Manhard.
"Nos iremos", le dijo a Laura. "Una muchacha ya había escapado de la casa; había sacado su maleta por la ventana y se había escapado. Estaba antes que yo llegara," contó.
Pero el plan en este caso era otro: "Le diremos que nos vamos a ir, y nos vamos a Punta del Este, que pagan bien", dijo la cocinera. A los pocos días Manhard le anunció que le adelantaba las vacaciones porque ella viajaría a Punta del Este, a casa de su madre.
La cocinera propuso ir con ella pero la dueña de casa dijo que su madre tenía su propio personal, que visitara a sus hijos en Bolivia y que se verían al regreso.
Para ella quedaba claro que estaba siendo "despachada". "Lo mismo sucedió con otra muchacha que estaba averiguando. Una peruana le había dicho que el trabajo es bien distinto. Eso fue en la mañana, y en la noche la despachó a Bolivia."

Era domingo por la tarde cuando la cocinera debió abandonar la casa. Al poco rato llamó. "Como había estado más de ocho meses no podía salir sin pagar a Migraciones. Pero como era domingo no podía.
La señora Nathalie le dijo que se volviera."

Sin embargo, a la mañana siguiente "la señora se tomó la 'amabilidad' de llevarla a Migraciones y despacharla en el ómnibus de Tres Cruces hasta Buenos Aires. Su plan no dio resultado.

Esa noche sólo hablamos ella y yo, luego se fue y perdimos contacto.
Pero ahí supimos cómo era. La muchacha de la planta alta conoció a una peruana y le dijo lo mismo: el trabajo no es así."
Para ese entonces Laura ya había anunciado a Manhard que quería viajar a Bolivia en verano, cuando se cumpliría más de un año de su llegada al país. "Ella me decía:
'¿Por qué te vas a ir, si tú me agradas? Haces bien las cosas, la costura, peinas'. Pero yo decía que extrañaba a mis hijos. Quería salir de esa casa porque era mucho, yo no daba más."



Desenlace

¿Cómo supo la dueña de casa las intenciones de la cocinera? Según el relato de varias trabajadoras (que no se conocían entre sí hasta su encuentro en Cotidiano Mujer), en la residencia hay cámaras y micrófonos que permiten ver y escuchar todo lo que sucede. "(Nathalie) estaba en Punta del Este y en la computadora veía lo que sucedía en la casa", dijo a Brecha una de las trabajadoras de la casa de los padres, que en el verano cumplía funciones en su residencia del balneario.
"Una vez vinieron a arreglar una pared y ella llamó preguntando quién era la persona que estaba en el pasillo." Un relato similar fue aportado por otra trabajadora, que cumplía funciones en casa de los padres Manhard: "Una vez me puse muy triste. A veces me digo qué estoy haciendo aquí. En eso, me llama la señora y pregunta si me pasa algo, no sé cómo supo que estaba llorando. Le dije que me iba a retirar.
Ella quería volverme a Bolivia. Me dijo que esperara hasta el 2 de agosto", narró a Brecha. La "señora" a la que hace referencia es Nathalie, puesto que era ella quien gestionaba los temas con el personal de su madre.
Días después las dos trabajadoras bolivianas que cumplían funciones allí fueron trasladadas sin previo aviso a Migraciones para cambiar la tarjeta de entrada por una de salida del país.
En la noche el chofer las llevó a Tres Cruces, con el cometido de "despacharlas" a Buenos Aires. "Vino la señora a pagarnos, con los descuentos. Yo contaba con 400 dólares para llevarlos", al igual que la otra trabajadora.
"Pero viendo la plata ya no llegábamos. Habíamos venido con poca plata pero ya regresarnos sin nada. No queríamos volver, pero decía ¿dónde vamos a dormir?
Yo estaba llorando (en la terminal) cuando vino una señora que nos preguntó qué nos pasaba. Nos ha dado la dirección de un refugio donde fuimos a pasar la noche (la Casa del Inmigrante César Vallejo).
Lo encontramos como a las 12 de la noche. Al día siguiente estábamos en plaza Independencia y una amiga nos trajo aquí" (se refiere al local de Cotidiano Mujer).
Es en la casa del colectivo feminista donde confluyen las historias y donde varias de las trabajadoras bolivianas han tenido contacto entre ellas por primera vez.

Laura también llegó a Cotidiano después de abandonar la casa de los Manhard: "La señora quería que firmara un papel y yo he firmado.
En ese momento Pensé que me llevaba como 400 y pico de dólares. Salí con 200 dólares. Mi compañera no quiso firmar, entonces el jardinero le impedía el paso. Ella quería salir y denunciar porque una peruana ya le había hablado de Cotidiano.


Ella logró salir antes y yo después". Cuando ambas se encontraron "ya empezaba a asustarme, porque la señora había dicho que nos iban a detener, y como siempre me dijo que ella tenía mucho poder. El día que me fui dijo:
'Si hoy día no van a partir a Bolivia yo voy a mover mis contactos y ustedes van a estar detenidas'".


La historia de esta persona, que luego sería víctima de una privación de libertad, o secuestro, o como jurídicamente pueda llamarse, sería la que finalmente desencadenaría la denuncia judicial (véase aparte). Pero al principio: "Me he resignado, lo dejo así y busco otro trabajo.
Al fin y al cabo no le debo nada a esa señora.
Me alejé. Me hice a un lado porque me dijo que tenía tanto poder.

El que tiene tanta plata siempre sale ganando. Y soy una persona así, ¿qué voy a hacer con una persona así?", dice, mientras con sus dedos dibuja algo pequeño primero y luego algo mucho más grande.


De tal palo tal astilla

En la calle Américo Ilaria, en pleno Carrasco, se levanta la imponente mansión del matrimonio compuesto por Nathalie Manhard y Javier Fernández. Ella es empresaria, uno de los pilares del grupo Parisién, que agrupa las cadenas de tiendas Parisién, Indian Emporium, Indian Oulet y La Casa de las Telas y que es propiedad de su padre Enrique Manhard. Javier Fernández es vicecónsul honorario de Malta y dueño de la empresa Frimaral, única en el país dedicada al diseño y desarrollo de contenedores y módulos tanto para transporte y depósito de mercadería como para soluciones habitacionales.
Su padre, Alberto Fernández, ostenta el cargo de cónsul honorario del mencionado país, pero es más conocido como propietario de la empresa pesquera FRIPUR.
Ambas familias son conocidas -y han sido denunciadas- por violar con insistencia las leyes laborales por las que sus empresas debieran regirse.
El Grupo Parisién ha sido señalado por sus trabajadores por las paupérrimas condiciones de trabajo. El año pasado sus empleadas todavía peleaban por la entrada en vigencia de la ley de la silla, que data de 1918 y establece la obligatoriedad de lugares suficientes en los comercios para que las empleadas "puedan tomar asiento siempre que sus tareas lo permitan".
Los sueldos ínfimos, el amedrentamiento a quienes se sindicalicen (desde el acoso verbal hasta los castigos económicos) y las malas condiciones laborales fueron desnudadas por sus trabajadores en un importante conflicto en 2011.
Y aunque Nathalie es hoy un "pilar", su padre Enrique sigue siendo el dueño y aún está en actividad. En su casa de Pocitos también son contratadas trabajadoras bolivianas en situación irregular.
Es, además, socio de Punta Carretas Shopping e integrante de su comité ejecutivo; propietario de las Expoferias Ariel e inversor inmobiliario. Enrique es miembro de la B´nai B´rith de Uruguay y de la selecta Fundación Círculo de Montevideo, "una usina de reflexión a propósito de asuntos que podrían englobarse bajo los títulos de 'Estado, mercado y equidad', 'inversión social', 'sociedad civil y partidos políticos', 'integración y cohesión social'", donde se codea con personajes como el mexicano archimillonario Carlos Slim y su amigo de la infancia Julio María Sanguinetti.
Fue en la casa de Manhard en Punta del Este donde Sanguinetti, Batlle y Lacalle disfrutaron de un almuerzo con Mario Vargas Llosa en su última visita al país.
Los Fernández no le van en saga en cuanto a vínculos y "desprolijidades" empresariales. Alberto Fernández fue quien financió la banda presidencial que lució José Mujica al asumir como presidente. Tiempo antes le había prestado su avioneta para que el entonces candidato viajara con Astori a Brasil, y en 2004 le regaló un Volvo a Tabaré Vázquez.
Su empresa ha enfrentado fuertes denuncias de los trabajadores a causa de la represión sindical. Intimidaciones, presiones en el trabajo, recortes en las compensaciones salariales de los trabajadores afiliados al sindicato son algunas de las denuncias que se repiten a lo largo de los años en esta empresa que, a pesar de regalonear a los candidatos de izquierda, es conocida como una de las peores en cuanto a condiciones laborales.


Mínimo, mínimo

La jornada laboral en la residencia Fernández Manhard comienza a las 7 de la mañana y finaliza alrededor de las 11 de la noche, según los testimonios relatados a Brecha.

El descanso son cuatro horas semanales, que no caen en sábado ni domingo. El sueldo de las empleadas es de 500 dólares (10 mil pesos).
No se cobran horas extra, no se paga doble los feriados, ni tampoco se les da libre, y no cuentan con seguridad social.

Si el personal permanece menos de un año (cosa frecuente dado el trato que reciben) se les descuenta de sus haberes el costo del pasaje.
En la actualidad el sueldo mínimo fijado por el Estado para las trabajadoras domésticas es de 8.534 pesos por 44 horas semanales (siete horas diarias) y el descanso es de un día y medio.

domingo, 5 de agosto de 2012

Propuesta para la lucha social contra Aratirí y los mega-proyectos.


    Nos convoca un conflicto que amenaza el entorno entero de la región y a la vez nos da la oportunidad de crecer en una resistencia que abra nuevos caminos hacia más libertad en la responsabilidad con un mundo distinto. Necesitamos generar un real relacionamiento armónico, fundamento opuesto a la explotación de la tierra y de las personas. Una vez más queremos insistir en que la tierra no se esta muriendo la están matando y sus responsables tienen un proyecto claro, tenemos que tener también nosotros una resistencia clara y fuerte.
    Esta instancia, no es una instancia más, tiene que ser por nosotros aprovechada, tiene que abrir un rumbo, fortalecer un rumbo que nos posicione hábilmente hacia lo que queremos y no potenciar la dejadez o la inhabilidad que nos haga mantenernos siempre atrás de los cambios o responder demasiado tarde. Es una buena ocasión además para romper más con el centralismo que ejerce Montevideo y comenzar a potenciar la resistencia descentralizada. La decisión localizada y de los propios afectados tiene que ser la que pese siempre.
    No hay soluciones mágicas ni alejadas del esfuerzo que cada uno tendrá que hacer en los tiempos venideros. Ningún partido salvará lo que es de todos y de nadie, la tierra y sus frutos.
    Elegimos el camino más largo, lo hacemos pues sabemos que por el camino electoral, por la vía legalista aún “ganando” podríamos estar perdiendo.
    El porqué de nuestra lucha es tan amplio que aún en el querer golpear algo específico, la megaminería, la minera Aratirí y sus redes como el puerto de aguas profundas, sabemos que tenemos que poner en cuestión eficaz y fuertemente también el cómo vivimos, el porqué de nuestras condiciones y la posibilidad de llevar una vida distinta. El problema ecológico es un problema social, queda en cada uno de nosotros mostrarlo a quien aún no lo ve, mostrar la conexión que existe y posibilita la explotación en un taller, la pasta base en una esquina y las dioxinas invadiendo los aires.
    Ahora, el camino más largo no involucra que no sea concreto, que no se tenga que poner acá y ahora toda nuestra energía. Por el contrario, el camino más largo, el que quiere aunar autonomía de decisión, de acción y entendimiento de la necesidad de pelear, nos llama a concretar porque es entender que si no se pelea por la tierra y la libertad, con libertad y por toda la tierra luego nada podremos reclamar, reclamarnos…
    Por todo esto proponemos:
    Potenciar la autoorganización de la lucha. Potenciar (o crear donde no existan) grupos zonales, colaborando para eso entre todos, acercando materiales, información, ayuda. Cada grupo con su autonomía y especificidad. Luego, la coordinación de eso grupos zonales y para facilitar la tarea en común formar (o potenciar las que ya existen) coordinaciones regionales como esta del Norte o la del Este en Rocha.
    En la práctica proponemos el respeto a la “libertad de táctica”. Éste no tiene que oponerse al trabajo en común, coordinado y general. Nuestras diferencias nos harán fuertes si las unimos.
    Proponemos además que la lucha sea llevada acabo a través de campañas en común para que los distintos enfoques se hagan más fuertes en la acción coordinada. Creemos que esto es posible si son llevadas campañas en común. Concretas en tanto a sus objetivos y tan claros como posibles. Una campaña contra un objetivo en concreto no tiene que impedir que cada uno de su postura particular y que la crítica se haga amplia y profunda.
    Además creemos que tenemos que profundizar la solidaridad, fuerza que rompe toda barrera y no puede ser utilizada cuando es real y sincera por ningún poder.
    Por esto consideramos que nuestra propaganda tiene que poder, por un lado, profundizar lo planteado, explayarlo lo más posible a la vez que bajarlo a tierra, adaptarse en su forma para ser entendido y dotado de lo particular que cada uno desde su diferencia sepa darle. A la vez esta diversidad que nos enriquece tiene que mostrar la unidad de la lucha particular con las demás, la concentración de la tierra y los proyectos extractivistas por ejemplo.
    Por último, en esta conflictividad permanente que planteamos para con los destructores del entorno queremos mostrar desde ya nuestro más profundo sentimiento de hermandad con todos aquellos que han resistido y resisten a los embates y que alejan semilla a semilla con sus golpes los megaproyectos y sus defensores dejando muchas veces la vida en eso.
Coordinación contra los mega-proyectos.

viernes, 3 de agosto de 2012

Convivencia con el capitalismo o autonomías


Hace algunos días pudimos enterarnos a través de distintos medios de comunicación, de la visita en nuestro territorio del consultor colombiano  Jorge Melguizo, quien es también comunicador social y periodista, además de ex Alcalde de la ciudad de Medellín...
El señor Jorge Melguizo  realizó distintas visitas en los departamentos de Maldonado, Canelones y Montevideo entre otros.  Lo que nos motivó a una reflexión, fue su entrevista en el canal oficial TNU, más concretamente en el programa “La Noticia y su Contexto”.
La entrevista estuvo a cargo de la periodista Ana María Mizrahi.
A manera de introducción digamos que el señor Jorge Melguizo ha sido contratado  en calidad de consultor por las  siguientes organizaciones: CDM Gestión Cultural, Traful, Dirección de Cultura de Canelones, Comisión de Patrimonio de Canelones y Dirección de Cultura de Maldonado.

En  la entrevista  el señor Jorge Melguizo hizo hincapié  que lo contrario a seguridad es política de convivencia ciudadana.  Se extendió  en explicar los logros en la ciudad de Medellín en cuanto a políticas culturales de integración y de cómo estas disminuyeron sensiblemente los problemas de violencia.  En un discurso muy bien argumentado y muy probablemente  enraizado en una experiencia institucional, el  consultor colombiano dijo cosas importantes y otras muy contradictorias.  Por ejemplo: en todo momento hizo  hincapié en el fortalecimiento del estado o de la presencia del mismo en lo territorial y en las políticas educativas y sociales  de inclusión social que éste debe impulsar.  También puso énfasis en la cultura como herramienta para las transformaciones sociales, insistió en el hecho de que más presencia de policías y militares en las calles no es sinónimo de mayor seguridad, sugirió acerca de la necesaria inversión en la  apropiación de los espacios públicos por parte de distintos actores sociales, el estado siendo el principal pero no el único.  Señaló la importancia de la promoción del libro y las bibliotecas barriales, insistió en la necesidad de la belleza de los edificios públicos como los museos a fin de lograr que sean atractivos para la gente.

A primera vista y desde un punto de vista sistémico sus propuestas pueden aparecer como encantadoras o hasta ideales, pero en realidad estamos frente a un discurso muy “ético” y “ciudadano” que no cuestiona la  causa, sino la consecuencia de los problemas de violencia dentro de una sociedad.  Esto mismo ya hace que su discurso esté fuera de un contexto político y de un modelo de sociedad que promueve todo lo contrario a las propuestas del señor Melguizo.  Además el tema Colombia que se toma como ejemplo; pero  se roza apenas, omitiendo hablar de su historia  y de su dramático presente. Cualquier telespectador inadvertido puede pensar que en Colombia se ha logrado paz y que la realidad ha cambiado simplemente por el hecho de que se invierta más en educación y en  cultura por ejemplo.  Debemos decir qué lejos se está de la realidad de un país que cuenta con casi 9 000 presos políticos, que las prácticas de crímenes de lesa humanidad son moneda corriente, que hay casi cuatro millones de desplazados por causa del conflicto armado,  más de 11 bases militares de los EEUU, miles de desaparecidos, bandas de paramilitares y de narcotraficantes.
Seguro que se ha constatado que los índices de violencia disminuyeron en Medellín y por el efecto de una fuerte inversión en infraestructuras edilicias y en programas culturales.
Ello tengámoslo claro  ha tan solo logrado “integrar”  la pobreza sin hacerla desaparecer.
Mientras en Colombia un  10%  de la población busca trabajo, en Medellín se supera en dos puntos ese porcentaje; con tendencia a crecer.

“Las cifras son contundentes: en Medellín, la grave situación de violencia se refleja a diario en los índices de criminalidad.  Si bien el homicidio que es el delito de mayor impacto ha disminuido un 59 % en relación con enero de 2011, otros como el atraco, la extorsión y el desplazamiento continúan siendo preocupantes. En la actualidad, operan en la ciudad más de 200 organizaciones armadas que buscan controlar territorios blindando a través de la violencia todo tipo de negocios ilícitos que van desde el tráfico de armas, las plazas de vicio, las extorsiones y la trata de personas hasta los juegos de azar y las maquinas traga monedas.”

Es bueno informarse, porque si nos quedamos con la ignorancia y la liviandad de algunos periodistas uruguayos, se corre el riesgo de tomar por realidad lo que en realidad puede ser un deseo o una intención deliberada de crear “sensaciones” en la subjetividad de las personas.

Retomamos los dichos del consultor colombiano acerca de las políticas a adoptar a fin de reducir la violencia en las ciudades.
¿Acaso están decididas las distintas intendencias en Uruguay  en invertir el 40% de su presupuesto en educación y el 10 % en cultura?

Nada más que con esto se tendrían luchas por un largo tiempo hasta poder alcanzar los medios para “incluir” a los pobres en la sociedad.
La realidad muestra la cara oscura  de esta sociedad, en donde se dejó  en total abandono a los locales de enseñanza; ni hablemos de las estéticas de los espacios culturales a fin de que sean atractivos para el público, cuando ni siquiera hay sólidas políticas culturales.
Lo mismo si nos referimos a los libros y a la creación de bibliotecas, cuando lo que se promueve son las “ceibalitas”.
Hay que ser serios señores,  el problema no es la pobreza si no lo que la genera;  pero resulta que para ello no hay políticas de “convivencia”
Las políticas de combate a la violencia no dejan de ser políticas de contención social. Mientras no cambie el modelo de sociedad, lamentablemente la violencia se seguirá reproduciendo.  
No nos parece factible que se pueda aislar el tema de la violencia del contexto  socio cultural que la produce.   La cultura de los shopings, la creación de individuos autosuficientes aislados en sus computadoras, los lamentables programas televisivos, son los que abonan el terreno de las fracturas sociales.

No es que pensemos que invertir en cultura y educación esté mal, lo que decimos es que aun así ello no es suficiente.    
Por otra parte las organizaciones sociales tienen un desafío y es el de no dejarse arrebatar las iniciativas territoriales y culturales
En cuanto al programa La Noticia y su Contexto,  la información es por demás acotada y tendenciosa, el contexto, brilla por su ausencia y  la mayor parte de los invitados son políticos, hombres de negocios o sindicalistas, que responden a la línea oficialista.

Ocurre con frecuencia que cuando se critica, siempre surge la pregunta; ¿pero qué otras alternativas hay?  Nuestra respuesta es que tal vez no hayan soluciones definitivas, ni formulas mágicas si no  un camino de resistencias en donde distintas iniciativas confluyan.
Para terminar y con respecto a esto, les recomendamos ver un video que los compañeros del colectivo Contrafuegos realizaron en un barrio de Parque del Plata.


Luna
02 08 2012