sábado, 31 de mayo de 2014

A 200 años del nacimiento de Mijail Bakunin

                
VI EPOCA – junio 2014 – Nº 47

Edita el taller anarquista – talleruy@gmail.com



Recibimos y reenviamos

Ponencia de Gerardo Garay Montaner el 29 de mayo en  la Mesa Redonda: 200 años de Bakunin. Historia y actualidad del anarquismo revolucionario, realizada en la Facultad de Psicologia de la Udelar.


Gerardo Garay Montaner

Los textos de Bakunin poseen un valor inestimable, su carácter genitivo radica en la posibilidad de propiciar y generar reflexión, su vitalidad se encuentra más en lo que sugiere, en lo que inspira que en lo que prescribe. Esto se debe a que sus escritos son producto del contacto directo con la realidad. Porque existe mucha distancia entre un texto que busca responder, dar cuenta, interpretar o rebelarse ante una experiencia vital y otro que busca rivalizar con un escrito que es producto de la experiencia que otros tuvieron de ella.
 Por esto, hay que retomar su pensamiento pero no para "actualizarlo", sino para profundizarlo, llevarlo a sus últimas consecuencias, provocarlo, es decir, hacer algocon él y no hacer algo por él. Nos compete intensificar la labor crítica y no simplificarla, evitar caer en lugares comunes, evitar fabricar enemigos teóricos, imaginarios, que no son más que caricaturas fácilmente criticables.
 Por otra parte, la obra de Bakunin es producto de un contexto de organización de un socialismo de base que utilizó categorías claras, pero muchas veces reductivas, explicables en un contexto de lucha; un pensamiento que reflejó una actitud "contra el Estado y los patrones", es interesante notar que aunque estas categorías se han complejizado enormemente, siguen manteniendo en sus principios, intuiciones fundamentales que es necesario seguir pensando.
 Una de ellas es la insistencia en mostrar el invencible deseo humano de aspiración a una libertad total: existe para Bakunin un "ideal fundamentalmente humano" un "fin supremo de la historia", que es posible reconocer, bajo formas medianamente manifiestas, en los instintos, en las aspiraciones populares y bajo los símbolos religiosos de todas las épocas. Ese fin y ese ideal, hoy mejor concebidos que nunca, pueden resumirse en estas palabras: es el triunfo de la humanidad, es la conquista y la realización de la plena libertad y del pleno desarrollo material, intelectual y moral de cada uno mediante la organización absolutamente espontánea y libre de la solidaridad económica y social, tan completa como sea posible, entre todos los seres humanos existentes en la tierra".
 La complejización en la producción de bienes materiales, la intromisión de las nuevas tecnologías de la comunicación, etc. han cambiado muchas cosas, pero los seres humanos seguimos tendiendo a realizar esta aspiración de libertad. ¿Cómo se expresa hoy este deseo de realización de plena libertad humana? Es la primera pregunta que dejo planteada.
 Para alcanzar este ideal, “todo hombre ha de disponer de los medios materiales y morales para desarrollar toda su humanidad (...) Organizar la sociedad de tal manera que cualquier individuo, hombre o mujer, que llegue a la vida, encuentre tan cerca de sí como sea posible, medios iguales para el desarrollo de sus diferentes facultades y para su utilización mediante su trabajo”;
 Ahora bien, no es posible disponer de estos medios a través de la mediación del Estado, en primer lugar porque el Estado ha sido siempre el patrimonio de una clase privilegiada, en un momento fue la clase sacerdotal, dice Bakunin, la clase nobiliaria más tarde, clase burguesa después, y cuando todas ellas agotaron sus posibilidades, en el momento en que el Estado se "eleva" o se “rebaja” –según se mire- a la condición de "máquina", la clase burocrática emerge como la sustitución más acabada de la jerarquización de las relaciones políticas y sociales.
En segundo término porque toda teoría consecuente y sincera del Estado, afirma Bakunin, está esencialmente basada en el principio de autoridad, es decir, “en la idea eminentemente teológica, metafísica y política de que las masas, siempre incapaces de gobernarse, deben sufrir en todos los tiempos el yugo bienhechor de una sabiduría y de una justicia que de una u otra manera les será impuesto desde las alturas".
Esto se expresa en la educación a través de una práctica, muy querida por quienes ocupan espacios de decisión política: cuando se pide "más instrucción para el pueblo", sólo se obtiene "un poco más de lo poco de ahora",  ante esto Bakunin reacciona afirmando tajantemente: “pedimos para el pueblo instrucción integral, toda la instrucción, tan completa como la requiere la fuerza intelectual del siglo, a fin de que por encima de la clase obrera no haya de ahora en adelante ninguna clase que pueda saber más y que precisamente por ello pueda explotarla y dominarla".
 Frente al argumento, muy escuchado también en nuestros días, de que el desarrollo económico y social ha redundado en una mejor calidad de vida para los sectores más vulnerables y una mejora en la acumulación intelectual de los trabajadores, Bakunin advierte que lo que debería tenerse en cuenta es si, la brecha ente sectores privilegiados y clase trabajadora se ha acortado a través del tiempo. Podemos constatar dice Bakunin, que las clases privilegiadas mantienen aún hoy un movimiento de aceleración que las distancia y las diferencia cada vez más del resto de la sociedad; lo interesante es que, en su opinión, esto no se debe a una fuerza propia, inherente a ella, sino que es debido únicamente a la "fuerza del Estado". ¿Y qué es lo que constituye principalmente la fuerza del Estado? "La Ciencia", responde; "ciencia de gobierno", "ciencia de la administración", "ciencia de los negocios", "ciencia militar", ciencia de los profesionales, podríamos agregar, ciencia de la Universidad, ciencia de enseñar y educar a los hijos de los trabajadores.
 Da un paso más aún y afirma que "en la organización actual de la sociedad, los progresos de la ciencia han sido la causa de la ignorancia relativa del proletariado, al igual que los procesos de la industria y del comercio han sido la causa de su miseria relativa, los progresos intelectuales y materiales han contribuido, pues, a aumentar su esclavitud".
Para Bakunin: “debemos rechazar y combatir esta ciencia burguesa, lo mismo que debemos rechazar y combatir la riqueza burguesa". Pero, ¿qué implica hoy este rechazo y este combate? Si asumimos la exigencia de Bakunin de que la instrucción debe ser integral, es decir que "debe preparar a los niños de ambos sexos tanto para la vida intelectual como para la del trabajo, con el fin de que todos puedan llegar a ser hombres completos",  no deberíamos desentendernos tan fácilmente de la educación pública estatal; en primer lugar porque la creación de escuelas alternativas no ha sido una tarea fácil, tenemos experiencia acumulada al respecto, las escuelas modernas en el Uruguay y en la región no han durado mucho, y no precisamente por la persecución estatal. La "Escuela integral" de Montevideo, por ejemplo, institución patrocinada por la "Liga Popular para la educación racional de la infancia" duró un año y medio y cerró sus puertas por "falta de ambiente", como se decía en la época, se culpabilizó a los trabajadores por no poner en primer lugar la educación de sus hijos. En lo concreto, la falta de alumnos se expresó en las pocas ganas de pagar una educación privada, teniendo la posibilidad de enviarlos a la educación pública, laica, patriotera y jerárquica, es cierto, pero en la que el factor de integración social, posiblemente haya sido más fuerte que la identidad ideológica.
La cuestión es vieja, es cierto, y podría sintetizarse de este modo: ¿hay que pelear espacios de libertad dentro de la estructura estatal? (lo que no implica no hacer nada al margen y en oposición al estado). Si la respuesta es “si” ¿no habrá que volcar las energías a otras actividades, valorar la participación en otros espacios que no sean únicamente los que brinda la actividad gremial?
Es importante ocupar los espacios más sensibles a esta labor educativa de base; no aquellos espacios en los que la lógica de poder reproduce y sanciona una educación para los sectores privilegiados y una educación para los pobres. Pero sí los innumerables lugares en los que se pueda curvar la práctica de “un poco más de educación para los pobres” por la de “toda la educación posible para los hijos de los trabajadores”, y una educación que ayude a desarrollar esta vocación fundamental de máxima realización humana.
Pero cuidado: si bien es cierto que en este momento estoy convencido de que hay que nutrirse del néctar de todas las flores para elaborar la miel, quiero decir que deben florecer todas las expresiones anarquistas y libertarias posibles y no sentarnos a juzgarlas según un sello de ortodoxia anarquista, creo también que es necesario tener instancias de coordinación cada vez más potentes y de evaluación constante de nuestras prácticas, someter a crítica por ejemplo cuánto hay en nuestras prácticas de ese misticismo revolucionario tan cercano a Bakunin y si es conveniente en nuestras tareas, someter a crítica el misticismo de la violencia, el que aboga por la destrucción total como condición necesaria para la reconstrucción total, y preguntarnos si no estamos matando también gérmenes de vida y libertad, en experiencias siempre complejas y que mejor convendría apoyarlas, y ayudarlas a que se desarrollen y desenvuelvan en sentido libertario.

viernes, 30 de mayo de 2014

En resumen...


Colectivo Rompesilencios

No vamos a centrarnos en el tema de la baja de la edad de imputabilidad, las premisas de que se parten para afirmarla son falsas: en nuestro país los gurises son imputables desde los 13 años de edad.
Eso no quiere decir que creamos que no hay problemas en relación a estos gurises, y también problemas en relación a la violencia y a la seguridad. Pero…¿Qué violencias vemos y cuales permanecen ocultas? ¿Por qué solo asociamos la seguridad a la represión y no a la seguridad para todos de poder ejercer nuestros derechos?
Las premisas del mundo capitalista y del mercado implican para los trabajadores y las "clases medias", contextos de suma fragilidad e inseguridad en el sostén de sus trabajos y condiciones de vida. Y para las franjas más empobrecidas implica la condena a vivir en condiciones de exclusión en relación al ejercicio de sus derechos.
Desde estas perspectivas ¿Quiénes son los más inseguros? Un muy alto porcentaje de los niños y niñas (que es justamente el sector al que se está atacando) nacen hoy por debajo de la línea de la pobreza, viviendo como realidad cotidiana situaciones de desnutrición, restringido acceso a la salud y a un desarrollo saludable, muy pocas posibilidades educativas y laborales, exposición a múltiples situaciones de violencia, abuso, prostitución infantil y otras tantas vulneraciones.
El estado, herramienta del capital, responsable de todas estas violencias y de su ocultamiento, es a la vez promotor de políticas que generan sentimientos de inseguridad en relación a la peligrosidad de un sector de la población, a fin de facilitar el saqueo y el control necesario para que este sea posible. No interviene promoviendo la integración social sino que lo hace para evitar la irrupción de los excluidos, para mantener la exclusión.
Desde las políticas públicas desarrolladas por el estado, se fragmenta con políticas diferenciadas de educación, vivienda, espacios públicos, etc, etc, etc. que construyen geografías, territorios, diferenciados y distanciados.
Se fractura en relación a los discursos y políticas de derechos humanos, mientras "se valida" la reivindicación de los derechos humanos en relación a la dictadura, se oculta y niega (con muchas cifras de lucha "contra la pobreza"), que los derechos humanos de los pobres son los más atacados por la política del capital. Por si fuera poco, en cárceles y comisarías tanto a los menores de edad como a los adultos, se realizan cotidianamente prácticas que asociadas a la dictadura serian consideradas como torturas y ahora parece ser que no lo son, o no lo son cuando se aplican a un sector de la sociedad.
Los medios de comunicación, colaboran consolidando la asociación: más vulnerables = amenaza.
Con el argumento de la lucha contra el narcotráfico y por la seguridad, etc., se desarrollan dispositivos de disciplinamiento (razzias, gatillo fácil, etc.) donde a partir de la naturalización de la asociación: pobreza = delito, se construyen zonas despojadas de derecho
Todos estos aspectos resultan funcionales para el control y disciplinamiento en general de toda la población y el ejercicio de caminos de violación de las "garantías individuales" a favor de la "seguridad democrática"
Se produce un fuerte proceso de estigmatización, ubicando en un sector de la población, en un "blanco fácil" al "enemigo interno": fundamentalmente el joven pobre no blanco…
Se delimita un enemigo, el lugar donde ubicamos el problema, con esto se logra velar todas las otras inseguridades y violencias que sufrimos como sociedad y paralelamente funciona como argumento óptimo para aumentar la represión y el control en todos los sectores que sean potencialmente peligrosos para la acumulación del capital.
Se apunta a la pobreza, a los y las pobres, se diseñan políticas focalizadas, operativos de control social, etc. El foco está puesto sobre ellos, se plantea intervenir sobre la pobreza, eliminar la pobreza, cuando en realidad es sobre las personas pobres…con esto se busca mover el foco del verdadero problema: lo que hay que eliminar es la riqueza, la concentración de riqueza. Se intenta por todos los medios sacar la riqueza del foco, porque verla nos obliga a ver cuál es el verdadero enemigo…esto es lo que trata de esconderse.
Con la rapiña chiquita se oculta la gran rapiña…

jueves, 29 de mayo de 2014

Todo lo que aparenta ser, no es


Todo lo que no se ha construido por nosotros mismos como espacios de pensamiento, producción,  autogestión y/o de auto gobierno, sencillamente  no tendrá lugar.
La política sobre su forma tradicional es algo que ya  puede ir al casillero de la Prehistoria.
La repetición de los discursos vacíos de contenido, la saturación de la publicidad, la burda payasada de los líderes políticos, el sindicalismo sometido a los intereses del gran capital  ya han inyectado la sustancia letal, que ha provocado la mala mutación de las mayorías, en nuestra sociedad.
Hoy el ignorante político casi se reivindica como tal, la ética es algo que ni se sabe que cosa es.  Se confunden pequeñeces con grandes logros, es decir, lo obvio aparece como algo sublime, casi insuperable; escapan de las mentes elementos de información y conocimiento para discernir.  Todo lo que aparenta “es”, la realidad se vuelve líquida, no existe, no se ve, solo como una anomalía a eliminar.
Los discursos de paz y tolerancia  no defienden lo que dicen defender sino su contrario, la única violencia que molesta es la del que no calla.
Esto es democracia: pensamiento único, injusticias sociales asumidas, represión como herramienta de la defensa sistémica de los de arriba.
La gran unidad de “todos” no es más que la sujeción al estado, al amo, a los líderes; quienes se atrevan a cuestionarla, serán juzgados por la inquisición del poder centralizado.
Todo lo que voy intentando de nombrar no es una hipótesis; es la realidad ante la cuál estamos parados.
Sinceramente no creo que jugando en el mismo terreno que el poder hegemónico podamos avanzar desde el campo popular revolucionario.  Esto por la sencilla razón de que son ellos los que dictan las reglas de juego, en donde todo contrincante solo puede aspirar a perder.
La famosa fragmentación no la vamos a superar porque ella también hace parte de un proceso que fue programado y del cuál todos participamos.
¿Acaso no nos ha permeado el discurso de la diversidad, del consenso, de la autogestión, de la autonomía?  Todos estos conceptos son recuperados por el sistema y se encuentran hoy en sus pseudos políticas sociales.
Ellos sí han pensado como trasvertir  los significados; la autonomía es buena porque deslinda responsabilidades de las instituciones y en muchos casos esto es llevado de la mano hacia procesos de privatización.  Revisemos los distintos programas de “inclusión” y veamos como son requisitos casi para los financiamientos de “programas” que emanan entre otros del BID,  por ej., y que terminan en la base gestionada, por toda una red de ONG que en realidad son verdaderos órganos para gubernamentales.
Tomémonos el tiempo de ver en todas las instancias institucionales  todos los proyectos, convenios y programas que están atados, no solo a un modelo que viene empaquetado y que se da el lujo en muchos casos de hablar de autonomías pero no por ejemplo de auto gobierno. Si ponemos el dedo ahí ya verán la respuesta, ¡no eso no!  
En definitiva hay que instrumentalizar sistemas para auto organizar a los pobres en su “inclusión” a la sociedad, pero no para asumir la riqueza como el problema de toda sociedad.
Se dirá, por ejemplo que podemos interactuar  para estar con la gente y que es mejor esto que nada; pero resulta que en ese caso solamente somos utilizados como piezas articuladoras de toda la maquinaria  al servicio de los grandes centros económicos.
Podemos participar, pero sepamos que no estamos cambiando nada.
Ahora veamos que pasa con los diversos agrupamientos sociales; comunidades, huertas colectivas, redes de todo tipo.  Es lo mismo, son válidas como estrategias de sobrevivencia pero también participan del sistema y más aun si no están  conectadas entre sí, si no encaran una economía alternativa conjunta, si no producen pensamiento, ni resistencias emancipadoras.
¿Qué hacer entonces? Bueno, si alguien tuviera la fórmula no estaríamos en donde estamos ni como sociedad ni como humanidad.
Estas reflexiones en realidad nos deberían invitar a pensar  y hacer desde otros lugares.
Ello podría  incluir  entre otras cosas  el poner en el centro el  tema de la imagen, a fin de  entender la importancia que tiene y cómo opera el sistema en su manipulación.
A todas luces el conocimiento capturado por el sistema es lo que nos ha dejado huérfanos y ello es también algo de lo cuál nos debemos reapropiar. 
Por hoy es todo, estas reflexiones  tal vez solo tenga la pretensión de suscitar la búsqueda como única forma de encontrar respuestas.

Luna 21 05 2014

Discurso sobre Ley de Baja de la edad de imputabilidad


Salud compañeros y compañeras          
Están ahí, las elecciones y el plebiscito contra la baja de la imputabilidad   

Sí. Están a la vuelta de la esquina las ya grotescas elecciones. Un carnaval sin gracia y con profunda e inmunda demagogia. Promesas para aquí y para allá, todos dicen, como siempre, que solucionarán tales y cuales problemas. Las sutilezas no están por el momento muy presente, a rostro puro manifiestan lo que sus cálculos les indican: lo común y general en boca de todos es que quieren mejorar las condiciones de vida del pueblo. Cumplen con lo que es coherente con esta forma institucional, es el momento de la competencia, de la demagogia de quien ofrece más.
Pero, por momentos, algunos no pueden con su “naturaleza” y se les escapa por aquí y por allá cosas antipueblo, esas que las sienten tan profundamente que por un instante les hace perder el norte en cuanto a juntar votos se refiere. Ese norte, el sistema capitalista, en cuyo seno desean estar y están anclados. El nivel de circo de a vintén, con distintas músicas, es común a todos los partidos intervinientes. Es una repetición burda de tantos otros momentos históricos similares. Con distintas historias a cuesta, con retóricas diferenciadas, cada uno hace su discurso apuntando a lograr el voto que el alma pronuncia.
Ese es el interés primordial y todo se confecciona para ese objetivo, distintos decires para un mismo propósito. El gobierno por su parte tratando de exhibir sus logros, incompletos aún pues falta Aratirí, la gasificadora y el puerto de aguas profundas. No pasaron del 4% del presupuesto con destino a la enseñanza pero ya están prometiendo el 6% por boca del supuesto futuro presidente, hombre serio e integrante de organización seria como el FMI.
Los Blancos pidiendo transparencia para que la gente sepa y hasta hablando de ética y preocupación por el futuro del pueblo. Es de no creer podría decirse, pero lo cierto que son capaces de esto y mucho más. Por su parte el hijo del dictador, el pichón que esconde la púa, quiere que los orientales vivan en condiciones de seguridad ante la violencia reinante y a la que, nos dice, hay que poner coto con medidas drásticas: bajar ya la imputabilidad, fabricar más cárceles para controlar a esos pobres y violentos que se salen de la raya. Otro pichón, este pituco y terrateniente, el hijo del Cuqui Lacalle se apura a decir que él también apoya la baja de la edad para bajar la imputabilidad. Faltaba más, mano dura.
Pero hay que aclararlo, si bien son estos agrupamientos políticos, Partido Blanco y Colorado, los que quieren llevar la cosa a ese extremo. Son todos los Partidos, los que quieren mayor represión general, rejas y palos para los infractores que están respetando cada vez menos la propiedad privada de quien sea y también poco este orden propio del sistema y que ellos ya toman como el que debe existir siempre, por eso meten finalmente en una misma bolsa el reprimir a todos aquellos que protestan y se rebelan contra variadas injusticias. Lo realizado por el Frente Amplio en este aspecto, en este periodo, nos exime de comentarios.
Así es. Se pelean por quien resulta más eficaz en la aplicación de esa política que el sistema en esta coyuntura eleva a condición de tema central: la Seguridad. Esa seguridad que comprende el perseguir a cuanta persona o grupo que proteste, se rebele, o reclame combativamente. O de castigar preventivamente zonas enteras para que vayan viendo como viene la cosa si no se resignan, si no se aguantan en el molde. . El gobierno hace rato ha hecho punta en tecnificar y dotar de infra moderna al aparato represivo, igualmente de pergeñar un modelo represivo que ataque sistemáticamente barrios, zonas y personas que viven en condiciones de mucha pobreza o que tienen apenas lo suficiente para subsistir. Un modelo de control, de disciplinamiento con garrote a la vista y con algún asesinato de jóvenes, el Borro, Marconi, Cerro, Santa Catalina entre otros,  para avisar a que se está dispuesto en la materia. En los hechos refrescaron la ideología del “pichi” para clasificar a sectores enteros de la sociedad, para estimular la bestialidad policial, para proporcionar impunidad a represores. Por cálculo político con algunas lágrimas de cocodrilo en el medio,  como ese pedido de perdón ante el asesinato en Santa Catalina. En esto de facilitar impunidades este gobierno ya es ducho en la materia. En esto los otros partidos han ido en coche, marcando la agenda y pidiendo más.
En general, tenemos por delante un sistema que sembró miseria a nivel mundial. Multitudes fueron y van quedando en condiciones miserables de vida al tiempo que cada vez menos ya unos pocos, detentan poder y riqueza desorbitados. El plan neoliberal desplegó y lo sigue haciendo su bestial contenido. No obstante la resistencia, la desesperanza, el descontento, la bronca ante tanta crueldad insensible también se manifestó y manifiesta. A nuestra formación social llegó la cuota correspondiente. Con su singularidad está entre nosotros. Los jóvenes y los pobres del mundo quedan situados dentro de este infernal panorama. Pobre y joven pasa a ser un doble peligro. Si anda en moto peor, implícitamente está que hasta se le puede tirar por la espalda y dejarlo después que pase sus últimos momentos en el charco formado por su propia sangre. No es una frase para decirla en un acto, esto ya pasó más de una vez y todos lo sabemos.
Hay que combatir la violencia, dirán con veces destempladas los infames medios de comunicación y los políticos del sistema, hay que dar seguridad a la sociedad. Cuando esto dicen piensan principalmente en los de arriba, por supuesto. Es la violencia que se usa, manipula y al mismo tiempo se teme. Se teme porque produjeron una situación social de angustia y bronca que ya ven no pararán así nomás.
En tal conceptuosidad y contexto se pretende imponer la imagen donde la víctima pasa a ser el victimario. Los peligrosos de esta película son los jóvenes y pobres, especialmente los jóvenes pobres y con escasas perspectivas. Justamente son los que abundan cada vez más y van apareciendo con fuerza reclamando un lugar. El proyecto neoliberal parece que no contaba con esta respuesta.
Queda claro el papel que cumple para el sistema este caballito de batalla ya trasformado en ideología general: la mencionada Seguridad. Se toma aislada de todo contexto y se le hace aparecer al final de cuentas como el producto de anormales, de seres humanos crueles, como que estamos ante un problema más biológico que social. Son los episodios que a diario, los Medios, como en tantos lados, ya transformados en una forma de accionar ideológica-política de primer orden, resaltan y repiten hasta el hartazgo y lo dotan de todo el color macabro que les resulta posible. Una rapiña, un robo, un ajuste de cuentas. Muertes de un lado y otro. Todo implícitamente explicado con que estamos ante la maldad, lo antisocial. En el medio las tiradas sobre la problemática de la droga y paralelamente la realización de propaganda para la venta de championes de marca, camperas de marca, celulares y mil cosas más, enviando el mensaje de que si no curtis esa merca que da jerarquía y lustre no son nada. Ya fuiste. Poderoso efecto ideológico que trae las consecuencias sociales que ya conocemos.
Ni que hablar que dentro de la categoría de los violentos está comprendida también  toda acción que altera el “orden y la paz”, la de los que resisten, la  de los que enfrentan arbitrariedades e injusticias de esas que abundan.
Todas esas piezas de este sistema opresivo basado en la violencia: Instituciones jurídicas, policial-represiva, políticas, medios de “comunicación”,  articulan su accionar para combatir lo que llaman:este “flagelo” maligno.
Todo esto no se articula porque sí, a todos ellos los atraviesa, los penetra y les proporciona clara intencionalidad un poder dominante, ese sí cruel, violento y despiadado con el mundo de los de abajo. Hay, entonces que reprimer, judializar, criminalizar. Poner al día las técnicas adecuadas. Hay que preparar garrote lustrado y cárcel para todo ese descontento.
El traje discursivo puede ser, y por momentos es, variado. Pero la dinámica, la finalidad es desarrollar y aceitar al máximo posible ese instrumental feroz para mantener a buen recaudo los intereses de los de arriba. Más vehículos, más armas, sofisticados aparatos para escuchar conversaciones telefónicas, más cámaras, más instrucción de asesinos profesionales, si son con asesoramiento del imperio norte- americano mejor. Así ha resultado esta historia en los hechos concretos.
El margen de maniobra posible, de resistencia a la “mano dura” debe ir acompañado con lucha e insertándose en una estrategia que no sea funcional al sistema. No desde arriba. Una lucha con fuerza popular que condicione y arranque cosas a ese arriba.
Desde el abajo hay mucho para hacer y debe hacerse. No mañana, desde hoy mismo y en diferentes planos.
Una acción de todos los días  para construir futuro
Sí, hay un conjunto de actividades que pueden y deben ser realizadas en el seno de estas sociedades capitalistas. El problema no reside en el “no se puede” sino en el cómo hacer para no quedar atrapado en el abrazo mortal del sistema. El mañana no viene sino lo vamos construyendo. Es la acción, conteniendo una concepción, la que puede ir rompiendo mallas y logrando y creando nuevas posibilidades sociales. Serán esas mismas actividades sociales y políticas las que permitirán un ejercicio de participación y resolución de problemas a la población. Ellas producen, al mismo tiempo, nociones y experiencias que hacen al crecimiento de la conciencia y a la confianza en las propias fuerzas. No podemos quedarnos en enunciados, devaneos intelectuales o abstractas “purezas” que no ofrecen caminos a recorrer, que no impulsan la pelea. Se precisa sí una clara estrategia que oficie de orientadora en esa trama social en la que debemos estar insertos. Hay una larga enseñanza en la historia que construyeron los de abajo, peleando con sacrificio y decisión, arrancando con uñas y dientes mejoras, reivindicaciones, condiciones de vida dignas, esperanzas de futuro, construcción de utopías, fabricando sueños de un mundo distinto, de otro ordenamiento social para bien vivir la existencia.
Una cosa hoy otra mañana. Votamos contra la rebaja de la imputabilidad.
Parados desde la estrategia señalada es que encaramos este problema que hoy se presenta. Hay un plebiscito cuyo resultado puede trancar esa infame propuesta, pues a votar de forma que se rechace. A votar en blanco. Es un aspecto dentro de una lucha que puede ser realizada a varias puntas. Pero estaremos presentes en tal hecho. Como hemos estado modestamente en otros plebiscitos, a los que vemos como algo que no incorpora, no obliga a integrar un mecanismo y una lógica como es el caso del mecanismo electoralista de designar “representantes”. Para ser gráficos es una política de“toco y me voy” como dirían los boxeadores. Algo puntual y nada más. En torno al espacio político del plebiscito bien se pueden realizar algunas actividades de relación con la población, trabajo conjunto puntual con compañeros de otras tiendas políticas, también el grado de agitación que sea posible. En fin, cosas concretas, de orden táctico, con la vista puesta en la acción social, en la búsqueda del quehacer para ir encontrando determinados caminos. Teniendo en el horizonte  la construcción de un pueblo fuerte, las mayores posibilidades se van encontrando en la acción. Los pueblos nunca han estado quietos totalmente y hoy es momento histórico en que, de manera original y distinta a otros periodos, los pueblos han estado y están con frecuencia en las calles.
Con una concepción de ruptura, al encuentro de nuestra época, metiendo las manos en la realidad social.
Todos contra esa propuesta de corte fascista
Todos contra la judialización y criminalización de la resistencia
Arriba los que luchan

miércoles, 28 de mayo de 2014

Sobre la muerte virtual del SUBCOMANDANTE MARCOS


 Otro se llevó la gloria y la usó para encaramarse en el poder (cosas así suelen pasar)
Evoco el año 1997. Recuerdo la Selva Lacandona en la tercera de un tren atiborrado de gente pobre, que de noche era el tren fantasma, no tenía luz y había que dormir sentado en el piso, encima de la mochila para que no te robaran. Las estrellas más brillantes de la noche más oscura, el permanente mal olor de la orina, que corría como un arroyo por el piso del vagón en cada cuesta y pendiente. Recuerdo los retenes militares violentos, abusivos, en los pueblos que viborean a lo largo de la vía. Y también recuerdo a los turistas europeos, disfrazados de guerrilleros -con todo y sus borceguíes- pululando por doquier, buscando desesperadamente un contacto zapatista en San Cristóbal de las Casas que los hiciera remontar la sierra madre y unirse al grupo alzado. Nadie decía ni sabía nada.
En lugar de guiarlos a la cuna de la revolución les ofrecían muñecos de tela con una pipa, que se vendían a dólar en todas las ferias (tianguis) de Chiapas, Guerrero y Oaxaca. Souvenirs de la revolución.
Pienso en esos hombres y mujeres jóvenes -y en otros tantos admiradores de nombres, hombres y prohombres armados con el brazo de la justicia- hoy, casi veinte años después, y me imagino qué pensarán al leer en sus ordenadores, en sus oficinas, que el líder militar del EZLN se ha autoeliminado de la faz de los medios de comunicación masivos de la tierra. Que lo ha hecho considerando que "quienes amaron y odiaron al SubMarcos ahora saben que han odiado y amado a un holograma", y que "sus amores y odios han sido, pues, inútiles, estériles, vacíos, huecos". La séptima posdata de este documento de despedida es bastante significativa. De cierto modo me conforta en favor de una hipotética respuesta -histórica y justiciera- para tanto soñador de boina en pañales:
"Oigan, está muy oscuro acá, necesito una lucecita"
FEDERICO LEICHT

Subcomandante Marcos anunció que a partir de ese momento deja de existir (Carta completa y acceso a audio)


En la madrugada del 25 de Mayo, el Subcomandante Marcos anunció que a partir de ese momento deja de existir. Ante los asistentes al homenaje a Galeano, el zapatista asesinado en la comunidad zapatista de La Realidad.
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Marcos es parte de un legado de autonomía y dignidad, ejemplo que se propagó a diversos latitudes del planeta donde se han levantado procesos por justicia y derechos frente a la explotación capitalista, ante el crimen organizado, ante el colonialismo.  Una de las frases emitidas por Marcos es la siguiente: “Si ser consecuente es un fracaso, entonces la incongruencia es el camino del éxito, la ruta del poder. Pero nosotros no queremos ir para allá, no nos interesa. En estos parámetros, preferimos fracasar que triunfar.”
“Es nuestra convicción y nuestra práctica que para revelarse y luchar no son necesarios ni líderes ni caudillos, ni mesías ni salvadores; para luchar sólo se necesita un poco de vergüenza, un tanto de dignidad y mucha organización, lo demás o sirve al colectivo o no sirve”, dijo Marcos.
Desde territorio del Wallmapu, Mañum por todas las consecuencias, consistencias y dignidad. Hasta siempre Subcomandante Marcos
A continuación se extiende carta completa y acceso a audio.
ENTRE LA LUZ Y LA SOMBRA.
En La Realidad, Planeta Tierra.
Mayo del 2014.
Compañera, compañeroa, compañero:
Buenas noches, tardes, días en cualesquiera que sea su geografía, su tiempo y su modo.
Buenas madrugadas.
Quisiera pedirles a las compañeras, compañeros y compañeroas de la Sexta que vienen de otras partes, especialmente a los medios libres compañeros, su paciencia, tolerancia y comprensión para lo que voy a decir, porque éstas serán mis últimas palabras en público antes de dejar de existir.
Me dirijo a ustedes y a quienes a través de ustedes nos escuchan y miran.
Tal vez al inicio, o en el transcurso de estas palabras vaya creciendo en su corazón la sensación de que algo está fuera de lugar, de que algo no cuadra, como si estuvieran faltando una o varias piezas para darle sentido al rompecabezas que se les va mostrando. Como que de por sí falta lo que falta.
Tal vez después, días, semanas, meses, años, décadas después se entienda lo que ahora decimos.
Mis compañeras y compañeros del EZLN en todos sus niveles no me preocupan, porque de por sí es nuestro modo acá: caminar, luchar, sabiendo siempre que siempre falta lo que falta.
Además de que, que no se ofenda nadie, la inteligencia de l@s compas zapatistas está muy por arriba del promedio.
Por lo demás, nos satisface y enorgullece que sea ante compañeras, compañeros y compañeroas, tanto del EZLN como de la Sexta, que se da a conocer esta decisión colectiva.
Y qué bueno que será por lo medios libres, alternativos, independientes, que este archipiélago de dolores, rabias y digna lucha que nos llamamos “la Sexta” tendrá conocimiento de esto que les diré, donde quiera que se encuentren.
Si a alguien más le interesa saber qué pasó este día tendrá que acudir a los medios libres para enterarse.
Va pues. Bienvenidas y bienvenidos a la realidad zapatista.
I.- Una decisión difícil.
Cuando irrumpimos e interrumpimos en 1994 con sangre y fuego, no iniciaba la guerra para nosotras, nosotros los zapatistas.
La guerra de arriba, con la muerte y la destrucción, el despojo y la humillación, la explotación y el silencio impuestos al vencido, ya la veníamos padeciendo desde siglos antes.
Lo que para nosotros inicia en 1994 es uno de los muchos momentos de la guerra de los de abajo contra los de arriba, contra su mundo.
Esa guerra de resistencia que día a día se bate en las calles de cualquier rincón de los cinco continentes, en sus campos y en sus montañas.
Era y es la nuestra, como la de muchos y muchas de abajo, una guerra por la humanidad y contra el neoliberalismo.
Contra la muerte, nosotros demandamos vida.
Contra el silencio, exigimos la palabra y el respeto.
Contra el olvido, la memoria.
Contra la humillación y el desprecio, la dignidad.
Contra la opresión, la rebeldía.
Contra la esclavitud, la libertad.
Contra la imposición, la democracia.
Contra el crimen, la justicia.

¿Quién con un poco de humanidad en las venas podría o puede cuestionar esas demandas?
Y en ese entonces muchos escucharon.
La guerra que levantamos nos dio el privilegio de llegar a oídos y corazones atentos y generosos en geografías cercanas y alejadas.
Faltaba lo que faltaba, y falta lo que falta, pero conseguimos entonces la mirada del otro, su oído, su corazón.
Entonces nos vimos en la necesidad de responder a una pregunta decisiva:
“¿Qué sigue?”
En las tétricas cuentas de la víspera no entraba la posibilidad de plantearnos pregunta alguna. Así que esa pregunta nos llevó a otras:
¿Preparar a los que siguen en la ruta de la muerte?
¿Formar más y mejores soldados?
¿Invertir empeños en mejorar nuestra maltrecha maquinaria de guerra?
¿Simular diálogos y disposición para la paz, pero seguir preparando nuevos golpes?
¿Matar o morir como único destino?
¿O debíamos reconstruir el camino de la vida, ése que habían roto y siguen rompiendo desde arriba?
El camino no sólo de los pueblos originarios, también de trabajadores, estudiantes, maestros, jóvenes, campesinos, además de todas las diferencias que se celebran arriba, y abajo se persiguen y se castigan.
¿Debíamos inscribir nuestra sangre en el camino que otros dirigen hacia el Poder o debíamos voltear el corazón y la mirada a los que somos y a los que son lo que somos, es decir los pueblos originarios, guardianes de la tierra y la memoria?
Nadie lo escuchó entonces, pero en los primeros balbuceos que fueron nuestras palabras advertimos que nuestro dilema no estaba entre negociar o combatir, sino entre morir o vivir.
Quien hubiera advertido entonces que ese temprano dilema no era individual, tal vez hubiera entendido mejor lo que ha ocurrido en la realidad zapatista los últimos 20 años.
Pero les decía yo que nos topamos con esa pregunta y ese dilema.
Y elegimos.
Y en lugar de dedicarnos a formar guerrilleros, soldados y escuadrones, preparamos promotores de educación, de salud, y se fueron levantando las bases de la autonomía que hoy maravilla al mundo.
En lugar de construir cuarteles, mejorar nuestro armamento, levantar muros y trincheras, se levantaron escuelas, se construyeron hospitales y centros de salud, mejoramos nuestras condiciones de vida.
En lugar de luchar por ocupar un lugar en el Partenón de las muertes individualizadas de abajo, elegimos construir la vida.
Esto en medio de una guerra que no por sorda era menos letal.
Porque, compas, una cosa es gritar “no están solos” y otra enfrentar sólo con el cuerpo una columna blindada de tropas federales, como ocurrió en la zona de Los Altos de Chiapas, y a ver si hay suerte y alguien se entera, y a ver si hay un poco más de suerte y el que se entera se indigna, y otro poco más de suerte y el que se indigna hace algo.
En el entretanto, las tanquetas son frenadas por las mujeres zapatistas, y a falta de parque fue con mentadas de madre y piedras que la serpiente de acero tuvo que echarse para atrás.
Y en la zona norte de Chiapas, padecer el nacimiento y desarrollo de las guardias blancas, recicladas entonces como paramilitares; y en la zona Tzotz Choj las agresiones continuas de organizaciones campesinas que de “independientes” a veces ni el nombre tienen; y en la zona de la Selva Tzeltal la combinación de paramilitares y contras.
Y una cosa es gritar “todos somos marcos” o “no todos somos marcos”, según el caso o cosa, y otra la persecución con toda la maquinaria de guerra, la invasión de poblados, el “peinado” de montañas, el uso de perros adiestrados, las aspas de los helicópteros artillados alborotando los copetes de las ceibas, el “vivo o muerto” que nació en los primeros días de enero de 1994 y alcanzó su nivel más histérico en 1995 y el resto del sexenio del ahora empleado de una trasnacional, y que esta zona de Selva Fronteriza padeció desde 1995 y a la que se suma después la misma secuencia de agresiones de organizaciones campesinas, uso de paramilitares, militarización, hostigamiento.
Si hay algún mito en todo esto no es el pasamontañas, sino la mentira que repiten desde esos días, incluso retomada por personas con altos estudios, de que la guerra contra los zapatistas sólo duró 12 días.
No haré un recuento detallado. Alguien con un poco de espíritu crítico y seriedad puede reconstruir la historia, y sumar y restar para sacar la cuenta, y decir si fueron y son más los reporteros que los policías y soldados; si fueron más los halagos que las amenazas e insultos, si el precio que se ponía era para ver el pasamontañas o para capturarlo “vivo o muerto”.
En esas condiciones, algunas veces sólo con nuestras fuerzas y otras con el apoyo generoso e incondicional de gente buena de todo el mundo, se fue avanzando en la construcción aún inacabada, es cierto, pero ya definida de lo que somos.
No es entonces una frase, afortunada o desafortunada, según se le vea desde arriba o desde abajo, la de “aquí estamos los muertos de siempre, muriendo de nuevo, pero ahora para vivir”. Es la realidad.
Y casi 20 años después…
El 21 de diciembre del 2012, cuando la política y el esoterismo coincidían, como otras veces, en predicar catástrofes que siempre son para los de siempre, los de abajo, repetimos el golpe de mano del 1 de enero del 94 y, sin disparar ni un solo tiro, sin armas, con nuestro solo silencio, postramos de nuevo la soberbia de las ciudades cuna y nido del racismo y el desprecio.
Si el primero de enero de 1994, miles de hombres y mujeres sin rostro atacaron y rindieron las guarniciones que protegían las ciudades, el 21 de diciembre del 2012 fueron decenas de miles que tomaron sin palabras los edificios desde donde se celebraba nuestra desaparición.
El sólo hecho inapelable de que el EZLN no sólo no se había debilitado, mucho menos desaparecido, sino que había crecido cuantitativa y cualitativamente hubiera bastado para que cualquier mente medianamente inteligente se diera cuenta de que, en esos 20 años, algo había cambiado al interior del EZLN y de las comunidades.
Tal vez más de alguno piense que nos equivocamos al elegir, que un ejército no puede ni debe empeñarse en la paz.
Por muchas razones, cierto, pero la principal era y es porque de esa forma terminaríamos por desaparecer.
Tal vez es cierto. Tal vez nos equivocamos al elegir cultivar la vida en lugar de adorar a la muerte.
Pero nosotros elegimos no escuchando a los de afuera. No a quienes siempre demandan y exigen la lucha a muerte, mientras los muertos los pongan otros.
Elegimos mirándonos y escuchándonos, siendo el Votán colectivo que somos.
Elegimos la rebeldía, es decir, la vida.
Eso no quiere decir que no supiéramos que la guerra de arriba trataría y trata de imponer de nuevo su dominio sobre nosotros.
Supimos y sabemos que una y otra vez habremos de defender lo que somos y como somos.
Supimos y sabemos que seguirá habiendo muerte para que haya vida.
Supimos y sabemos que para vivir, morimos.
II.- ¿Un fracaso?
Dicen por ahí que no hemos logrado nada para nosotros.
No deja de sorprender que se maneje con tanto desparpajo esta posición.
Piensan que los hijos e hijas de los comandantes y comandantas deberían disfrutar de viajes al extranjero, de estudios en escuelas privadas y luego de altos puestos en la empresa o la política. Que en lugar de trabajar la tierra para arrancarle con sudor y empeño el alimento, deberían lucirse en las redes sociales divirtiéndose en los antros, exhibiendo lujos.
Tal vez los subcomandantes deberían procrear y heredar a sus descendientes los cargos, las prebendas, los templetes, como hacen los políticos de todo el espectro.
Tal vez deberíamos, como los dirigentes de la CIOAC-H y de otras organizaciones campesinas, recibir privilegios y paga en proyectos y apoyos, quedarnos con la mayor parte y dejar a las bases sólo unas migajas, a cambio de que cumplan las órdenes criminales que vienen de más arriba.
Pero es cierto, no hemos logrado nada de eso para nosotros.
Difícil de creer que, 20 años después de aquel “nada para nosotros”, resultara que no era una consigna, una frase buena para carteles y canciones, sino una realidad, la realidad.
Si el ser consecuentes es un fracaso, entonces la incongruencia es el camino del éxito, la ruta al Poder.
Pero nosotros no queremos ir para allá.
No nos interesa.
En esos parámetros preferimos fracasar que triunfar.
III.- El relevo.
En estos 20 años ha habido un relevo múltiple y complejo en el EZLN.
Algunos han advertido sólo el evidente: el generacional.
Ahora están haciendo la lucha y dirigiendo la resistencia quienes eran pequeños o no habían nacido al inicio del alzamiento.
Pero algunos estudiosos no se han percatado de otros relevos:
El de clase: del origen clase mediero ilustrado, al indígena campesino.
El de raza: de la dirección mestiza a la dirección netamente indígena.
Y el más importante: el relevo de pensamiento: del vanguardismo revolucionario al mandar obedeciendo; de la toma del Poder de Arriba a la creación del poder de abajo; de la política profesional a la política cotidiana; de los líderes, a los pueblos; de la marginación de género, a la participación directa de las mujeres; de la burla a lo otro, a la celebración de la diferencia.
No me extenderé más sobre esto, porque ha sido precisamente el curso “La Libertad según l@s zapatistas” la oportunidad de constatar si en territorio organizado vale más el personaje que la comunidad.
En lo personal no entiendo por qué gente pensante que afirma que la historia la hacen los pueblos, se espante tanto ante la existencia de un gobierno del pueblo donde no aparecen los “especialistas” en ser gobierno.
¿Por qué les da terror el que sean los pueblos los que manden, los que dirijan sus pasos propios?
¿Por qué mueven la cabeza con desaprobación frente al mandar obedeciendo?
El culto al individualismo encuentra en el culto al vanguardismo su extremo más fanático.
Y ha sido eso precisamente, el que los indígenas manden y que ahora un indígena sea el vocero y jefe, lo que los aterra, los aleja, y finalmente se van para seguir buscando alguien que precise de vanguardias, caudillos y líderes. Porque también hay racismo en la izquierda, sobre todo en la que se pretende revolucionaria.
El ezetaelene no es de ésos. Por eso no cualquiera puede ser zapatista.
IV.- Un holograma cambiante y a modo. Lo que no será.
Antes del amanecer de 1994, pasé 10 años en estas montañas. Conocí y traté personalmente a algunos en cuya muerte morimos un mucho. Conozco y trato desde entonces con otros y otras más que hoy están aquí como nosotros.
Muchas madrugadas me encontré a mí mismo tratando de digerir las historias que me contaban, los mundos que dibujaban con silencios, manos y miradas, su insistencia en señalar algo más allá.
¿Era un sueño el mundo ése, tan otro, tan lejano, tan ajeno?
A veces pensé que se habían adelantado, que las palabras que nos guiaron y guían venían de tiempos para los que no habían aún calendarios, perdidos como estaban en geografías imprecisas: siempre el sur digno omnipresente en todos los puntos cardinales.
Luego supe que no me hablaban de un mundo inexacto y, por lo tanto, improbable.
Ese mundo ya andaba con su paso.
Ustedes, ¿no lo vieron? ¿No lo ven?
No hemos engañado a nadie de abajo. No escondemos que somos un ejército, con su estructura piramidal, su centro de mando, sus decisiones de arriba hacia abajo. No por congraciarnos con libertarios o por moda negamos lo que somos.
Pero cualquiera puede ver ahora si el nuestro es un ejército que suplante o impone.
Y debo decir esto, que ya he pedido la autorización del compañero Subcomandante Insurgente Moisés para hacerlo:
Nada de lo que hemos hecho, para bien o para mal, hubiera sido posible si un ejército armado, el zapatista de liberación nacional, no se hubiera alzado contra el mal gobierno ejerciendo el derecho a la violencia legítima. La violencia del de abajo frente a la violencia del de arriba.
Somos guerreros y como tales sabemos cuál es nuestro papel y nuestro momento.
En la madrugada del día primero del primer mes del año de 1994, un ejército de gigantes, es decir, de indígenas rebeldes, bajó a las ciudades para con su paso sacudir el mundo.
Apenas unos días después, con la sangre de nuestros caídos aún fresca en las calles citadinas, nos dimos cuenta de que los de afuera no nos veían.
Acostumbrados a mirar desde arriba a los indígenas, no alzaban la mirada para mirarnos.
Acostumbrados a vernos humillados, su corazón no comprendía nuestra digna rebeldía.
Su mirada se había detenido en el único mestizo que vieron con pasamontañas, es decir, que no miraron.
Nuestros jefes y jefas dijeron entonces:
“Sólo lo ven lo pequeño que son, hagamos a alguien tan pequeño como ellos, que a él lo vean y por él nos vean”
Empezó así una compleja maniobra de distracción, un truco de magia terrible y maravillosa, una maliciosa jugada del corazón indígena que somos, la sabiduría indígena desafiaba a la modernidad en uno de sus bastiones: los medios de comunicación.
Empezó entonces la construcción del personaje llamado “Marcos”.
Les pido que me sigan en este razonamiento:
Supongamos que es posible otra forma de neutralizar a un criminal. Por ejemplo, creándole su arma homicida, hacerle creer que es efectiva, conminarlo a construir, en base a esa efectividad, todo su plan, para, en el momento en que se prepara para disparar, el “arma” vuelva a ser lo que siempre fue: una ilusión.
El sistema entero, pero sobre todo sus medios de comunicación, juegan a construir famas para luego destruirlas si no se pliegan a sus designios.
Su poder residía (ya no, han sido desplazados en eso por las redes sociales) en decidir qué y quién existía en el momento en que elegían qué nombraban y qué callaban.
En fin, no me hagan mucho caso, como se ha demostrado en estos 20 años, yo no sé nada de medios masivos de comunicación.
El caso es que el SupMarcos pasó de ser un vocero a ser un distractor.
Si el camino de la guerra, es decir, de la muerte, nos había tomado 10 años; el de la vida tomó más tiempo y requirió más esfuerzo, por no hablar de sangre.
Porque, aunque no lo crean, es más fácil morir que vivir.
Necesitábamos tiempo para ser y para encontrar a quien supiera vernos como lo que somos.
Necesitábamos tiempo para encontrar a quien nos viera no hacia arriba, no hacia abajo, que de frente nos viera, que nos viera con mirada compañera.
Les decía que empezó entonces la construcción del personaje.
Marcos un día tenía los ojos azules, otro día los tenía verdes, o cafés, o miel, o negros, todo dependiendo de quién hiciera la entrevista y tomara la foto. Así fue reserva en equipos de futbol profesional, empleado en tiendas departamentales, chofer, filósofo, cineasta, y los etcéteras que pueden encontrar en los medios de paga de esos calendarios y en diversas geografías. Había un Marcos para cada ocasión, es decir, para cada entrevista. Y no fue fácil, créanme, no había entonces wikipedia y si venían del Estado Español tenía que investigar si el corte inglés, por ejemplo, era un corte de traje típico de Inglaterra, una tienda de abarrotes, o una tienda departamental.
Si me permiten definir a Marcos el personaje entonces diría sin titubear que fue una botarga.
Digamos que, para que me entiendan, Marcos era un Medio No Libre (ojo: que no es lo mismo que ser un medio de paga).
En la construcción y mantenimiento del personaje tuvimos algunos errores.
“Es de humanos el herrar”, dijo el herrero.
Durante el primer año agotamos, como quien dice, el repertorio de “Marcos” posibles. Así que para inicios de 1995 estábamos en apuros y el proceso de los pueblos estaba en sus primeros pasos.
Así que en 1995 ya no sabíamos cómo hacerle. Pero entonces es cuando Zedillo, con el PAN de la mano, “descubre” a Marcos con el mismo método científico con que encuentra osamentas, es decir, por delación esotérica.
La historia del tampiqueño nos dio aire, aunque el fraude posterior de la Paca de Lozano nos hizo temer que la prensa de paga cuestionara también el “desenmascaramiento” de Marcos y descubriera que era un fraude más. Afortunadamente no fue así. Como ésa, los medios siguieron tragando otras ruedas de molino semejantes.
Un tiempo después el tampiqueño llegó a estas tierras. Junto con el Subcomandante Insurgente Moisés, hablamos con él. Le ofrecimos entonces dar una conferencia conjunta, así podría él librarse de la persecución puesto que sería evidente que no eran Marcos y él la misma persona. No quiso. Vino a vivir acá. Salió algunas veces y su rostro puede encontrarse en las fotografías de los velorios de sus padres. Si quieren pueden entrevistarlo. Ahora vive en una comunidad, en…. Ah, no quiere que sepan dónde mero vive. No diremos nada más para que él, si así lo desea algún día, pueda contar la historia que vivió desde el 9 de febrero de 1995. Por nuestra parte sólo nos queda agradecerle que nos haya pasado datos que cada tanto usamos para alimentar la “certeza” de que el SupMarcos no es lo que es en realidad, es decir, una botarga o un holograma, sino un profesor universitario, originario del ahora doloroso Tamaulipas.
En el entretanto seguíamos buscando, buscándolas, buscándolos a ustedes, a quienes ahora están aquí y a quienes no están aquí pero están.
Lanzamos una y otra iniciativas para encontrar al otro, a la otra, a lo otro compañero. Diferentes iniciativas, tratando de encontrar la mirada y el oído que necesitamos y merecemos.
En el entretanto, seguía el avance de los pueblos y el relevo del que se ha hablado mucho o poco, pero que se puede constatar directamente, sin intermediarios.
En la búsqueda de lo otro, una y otra vez fracasamos.
A quien encontrábamos o nos quería dirigir o quería que lo dirigiéramos.
Había quienes se acercaban y lo hacían con el afán de usarnos, o para mirar hacia atrás, sea con la nostalgia antropológica, sea con la nostalgia militante.
Así para unos éramos comunistas, para otros trotskistas, para otros anarquistas, para otros maoístas, para otros milenaristas, y ahí les dejo varios “istas” para que pongan lo que sea de su conocimiento.
Así fue hasta la Sexta Declaración de la Selva Lacandona, la más audaz y la más zapatista de las iniciativas que hemos lanzado hasta ahora.
Con la Sexta al fin hemos encontrado quien nos mira de frente y nos saluda y abraza, y así se saluda y abraza.
Con la Sexta al fin los encontramos a ustedes.
Por fin, alguien que entendía que no buscábamos ni pastores que nos guiaran, ni rebaños a los cuales conducir a la tierra prometida. Ni amos ni esclavos. Ni caudillos ni masas sin cabeza.
Pero faltaba ver si era posible que miraran y escucharan lo que siendo somos.
Al interior, el avance de los pueblos había sido impresionante.
Entonces vino el curso “La Libertad según l@s zapatistas”.
En 3 vueltas, nos dimos cuenta de que ya había una generación que podía mirarnos de frente, que podía escucharnos y hablarnos sin esperar guía o liderazgo, ni pretender sumisión ni seguimiento.
Marcos, el personaje, ya no era necesario.
La nueva etapa en la lucha zapatista estaba lista.
Pasó entonces lo que pasó y muchas y muchos de ustedes, compañeras y compañeros de la Sexta, lo conocen de manera directa.
Podrán decir luego que lo del personaje fue ocioso. Pero una revisión honesta de esos días dirá de cuántas y cuántos voltearon a mirarnos, con agrado o desagrado, por los desfiguros de una botarga.
Así que el relevo de mando no se da por enfermedad o muerte, ni por desplazamiento interno, purga o depuración.
Se da lógicamente de acuerdo a los cambios internos que ha tenido y tiene el EZLN.
Sé que eso no cuadra con los esquemas cuadrados que en los distintos arriba hay, pero eso la verdad nos tiene sin cuidado.
Y si esto arruina la perezosa y pobre elaboración de los rumorólogos y zapatólogos de Jovel, pues ni modos.
Ni estoy ni he estado enfermo, ni estoy ni he estado muerto.
O sí, aunque tantas veces me mataron, tantas veces me morí, y de nuevo estoy aquí.
Si alentamos esos rumores fue porque así convenía.
El último gran truco del holograma fue simular enfermedad terminal, e incluso todas las muertes que ha padecido.
Por cierto, lo de “si su salud lo permite”, que el Subcomandante Insurgente Moisés usó en el comunicado anunciando la compartición con el CNI, era un equivalente a “si el pueblo lo pide” o “si las encuestas me favorecen” o “si dios me da licencia” u otros lugares comunes que han sido la muletilla en la clase política en los últimos tiempos.
Si me permiten un consejo: deberían cultivar un poco el sentido del humor, no sólo por salud mental y física, también porque sin sentido del humor no van a entender al zapatismo. Y el que no entiende, juzga; y el que juzga, condena.
En realidad ésa ha sido la parte más sencilla del personaje. Para alimentar el rumor sólo fue necesario decirle a algunas personas en específico: “te voy a decir un secreto pero prométeme que no se lo vas a contar nadie”.
Por supuesto que lo contaron.
Los principales colaboradores involuntarios del rumor de enfermedad y muerte han sido los “expertos en zapatología” que en la soberbia Jovel y en la caótica Ciudad de México presumen su cercanía con el zapatismo y el profundo conocimiento que de él tienen, además, claro, de los policías que también cobran como periodistas, de los periodistas que cobran como policías, y de l@s periodistas que sólo cobran, y mal, como periodistas.
Gracias a todas y todos ellos y ellas. Gracias por su discreción. Hicieron exactamente como suponíamos que iban a hacer. Lo único malo de todo esto, es que dudo que ahora alguien les confíe ningún secreto.
Es nuestra convicción y nuestra práctica que para rebelarse y luchar no son necesarios ni líderes ni caudillos ni mesías ni salvadores. Para luchar sólo se necesitan un poco de vergüenza, un tanto de dignidad y mucha organización.
Lo demás, o sirve al colectivo o no sirve.
Ha sido particularmente cómico lo que el culto al individuo ha provocado en los politólogos y analistas de arriba. Ayer dijeron que el futuro de este pueblo mexicano dependía de la alianza de 2 personalidades. Antier dijeron que Peña Nieto se independizaba de Salinas de Gortari, sin darse cuenta de que, entonces, si criticaban a Peña Nieto, se ponían del lado de Salinas de Gortari; y que si criticaban a éste último, apoyaban a Peña Nieto. Ahora dicen que hay que optar por un bando en la lucha de arriba por el control de las telecomunicaciones, así que o estás con Slim o estás con Azcárraga-Salinas. Y más arriba, o con Obama o con Putin.
Quienes hacia arriba suspiran y miran pueden seguir buscando su líder; pueden seguir pensando que ahora sí se van a respetar los resultados electorales; que ahora sí Slim va a apoyar la opción electoral de izquierda; que ahora sí en Game of Thrones van a aparecer los dragones y las batallas; que ahora sí en la serie televisiva The Walking Dead, Kirkman se va a apegar al comic; que ahora sí las herramientas hechas en china no se van a quebrar a la primera vuelta; que ahora sí el futbol va a ser deporte y no negocio.
Y sí, puede que en algunos de los casos sí le atinen, pero no hay que olvidar que en todos ellos son meros espectadores, es decir, consumidores pasivos.
Quienes amaron y odiaron al SupMarcos ahora saben que han odiado y amado a un holograma. Sus amores y odios han sido, pues, inútiles, estériles, vacíos, huecos.
No habrá entonces casa-museo o placas de metal en donde nací y crecí. Ni habrá quien viva de haber sido el subcomandante Marcos. Ni se heredará su nombre ni su cargo. No habrán viajes todo pagado para dar pláticas en el extranjero. No habrá traslado ni atención en hospitales de lujo. No habrán viudas ni hereder@s. No habrán funerales, ni honores, ni estatuas, ni museos, ni premios, ni nada de lo que el sistema hace para promover el culto al individuo y para menospreciar al colectivo.
El personaje fue creado y ahora sus creadores, los zapatistas y las zapatistas, lo destruimos.
Si alguien entiende esta lección que dan nuestras compañeras y compañeros, habrá entendido uno de los fundamentos del zapatismo.
Así que en los últimos años ha pasado lo que ha pasado.
Entonces vimos que la botarga, el personaje, el holograma pues, ya no era necesario.
Una y otra vez planeamos, y una y otra vez esperamos el momento indicado: el calendario y la geografía precisas para mostrar lo que en verdad somos a quienes son en verdad.
Entonces llegó Galeano con su muerte a marcarnos la geografía y el calendario: “aquí, en La Realidad; ahora: en el dolor y la rabia
V.- El dolor y la Rabia. Susurros y gritos.
Cuando llegamos al caracol aquí en La Realidad, sin que nadie nos lo dijera empezamos a hablar en susurros.
Quedo hablaba nuestro dolor, quedito nuestra rabia.
Como si tratáramos de evitar que al Galeano lo ahuyentaran los ruidos, los sonidos que le eran ajenos.
Como si nuestras voces y pasos lo llamaran.
Espera compa”, decía nuestro silencio.
No te vayas”, susurraban las palabras.
Pero hay otros dolores y otras rabias.
Ahora mismo, en otros rincones de México y del mundo, un hombre, una mujer, unoa otroa, un niño, una niña, un anciano, una anciana, una memoria, es golpeada a mansalva, rodeada por el sistema hecho crimen voraz, es garroteada, macheteada, baleada, rematada, arrastrada entre burlas, abandonada, recuperado y velado su cuerpo, enterrada su vida.
Sólo algunos nombres:
Alexis Benhumea, asesinado en el Estado de México.
Francisco Javier Cortés, asesinado en el Estado de México.
Juan Vázquez Guzmán, asesinado en Chiapas.
Juan Carlos Gómez Silvano, asesinado en Chiapas.
El compa Kuy, asesinado en el DF.
Carlo Giuliani, asesinado en Italia.
Aléxis Grigoropoulos, asesinado en Grecia.
Wajih Wajdi al-Ramahi, asesinado en un Campo de refugiados en la ciudad cisjordana de Ramala. 14 años, asesinado de un tiro en la espalda desde un puesto de observación del ejército israelí, no había marchas, ni protestas ni nada en la calle.
Matías Valentín Catrileo Quezada, mapuche asesinado en Chile.
Teodulfo Torres Soriano, compa de la Sexta desaparecido en la Ciudad de México.
Guadalupe Jerónimo y Urbano Macías, comuneros de Cherán, asesinados en Michoacán.
Francisco de Asís Manuel, desaparecido en Santa María Ostula
Javier Martínes Robles, desaparecido en Santa María Ostula
Gerardo Vera Orcino, desaparecido en Santa María Ostula
Enrique Domínguez Macías, desaparecido en Santa María Ostula
Martín Santos Luna, desaparecido en Santa María Ostula
Pedro Leyva Domínguez, asesinado en Santa María Ostula.
Diego Ramírez Domínguez, asesinado en Santa María Ostula.
Trinidad de la Cruz Crisóstomo, asesinado en Santa María Ostula.
Crisóforo Sánchez Reyes, asesinado en Santa María Ostula.
Teódulo Santos Girón, desparecido en Santa María Ostula.
Longino Vicente Morales, desaparecido en Guerrero.
Víctor Ayala Tapia, desaparecido en Guerrero.
Jacinto López Díaz “El Jazi”, asesinado en Puebla.
Bernardo Vázquez Sánchez, asesinado en Oaxaca
Jorge Alexis Herrera, asesinado en Guerrero.
Gabriel Echeverría, asesinado en Guerrero.
Edmundo Reyes Amaya, desaparecido en Oaxaca.
Gabriel Alberto Cruz Sánchez, desaparecido en Oaxaca.
Juan Francisco Sicilia Ortega, asesinado en Morelos.
Ernesto Méndez Salinas, asesinado en Morelos.
Alejandro Chao Barona, asesinado en Morelos.
Sara Robledo, asesinada en Morelos.
Juventina Villa Mojica, asesinada en Guerrero.
Reynaldo Santana Villa, asesinado en Guerrero.
Catarino Torres Pereda, asesinado en Oaxaca.
Bety Cariño, asesinada en Oaxaca.
Jyri Jaakkola, asesinado en Oaxaca.
Sandra Luz Hernández, asesinada en Sinaloa.
Marisela Escobedo Ortíz, asesinada en Chihuahua.
Celedonio Monroy Prudencio, desaparecido en Jalisco.
Nepomuceno Moreno Nuñez, asesinado en Sonora.

Los y las migrantes desparecidas forzosamente y probablemente asesinadas en cualquier rincón del territorio mexicano.
Los presos a quienes se quiere matar en vida: Mumia Abu Jamal, Leonard Peltier, los Mapuche, Mario González, Juan Carlos Flores.
El continuo entierro de voces que vida fueron, silenciadas por el caer de la tierra y el cerrarse de las rejas.
Y la burla mayor es que, en cada paletada de tierra que arroja el esbirro en turno, el sistema va diciendo: “no vales, no importas, nadie te llora, a nadie le da rabia tu muerte, nadie sigue tu paso, nadie levanta tu vida
Y con la última paletada sentencia: “aunque agarren y castiguen a los que te matamos, siempre encontraré otro, otra, otros, que de nuevo te embosquen y repitan la danza macabra que acabó con tu vida
Y dice “Tu justicia pequeña, enana, fabricada para que los medios de paga simulen y obtengan un poco de calma para frenar el caos que se les viene encima, no me espanta, no me daña, no me castiga
¿Qué le decimos a ese cadáver al que, en cualquier rincón del mundo de abajo, se le entierra en el olvido?
¿Que sólo nuestros dolor y rabia cuentan?
¿Que sólo nuestro coraje importa?
¿Que mientras susurramos nuestra historia, no escuchamos su grito, su alarido?
Tiene tantos nombres la injusticia y son tantos los gritos que provoca.
Pero nuestro dolor y nuestra rabia no nos impiden escuchar.
Y nuestros susurros no son sólo para lamentar la caída de nuestros muertos injustamente.
Son para así poder escuchar a otros dolores, hacer nuestras otras rabias y seguir así en el complicado, largo y tortuoso camino de hacer de todo eso un alarido que se transforme en lucha libertadora.
Y no olvidar que, mientras alguien susurra, alguien grita.
Y sólo el oído atento puede escuchar
Mientras hablamos y escuchamos ahora, alguien grita de dolor, de rabia.
Y así como hay que aprender a dirigir la mirada, la escucha debe encontrar el rumbo que la haga fértil.
Porque mientras alguien descansa, hay quien sigue cuesta arriba.
Para mirar ese empeño, basta bajar la mirada y elevar el corazón.
¿Pueden?
¿Podrán?
La justicia pequeña se parece tanto a la venganza. La justicia pequeña es la que reparte impunidad, pues al castigar a uno, absuelve a otros.
La que queremos nosotros, por la que luchamos, no se agota en encontrar a los asesinos del compa Galeano y ver que reciban su castigo (que así será, que nadie se llame a engaño).
La búsqueda paciente y porfiada busca la verdad, no el alivio de la resignación.
La justicia grande tiene qué ver con el compañero Galeano enterrado.
Porque nosotros nos preguntamos no qué hacemos con su muerte, sino qué debemos hacer con su vida.
Disculpen si entro en el pantanoso terreno de los lugares comunes, pero ese compañero no merecía morir, no así.
Todo su empeño, su sacrificio cotidiano, puntual, invisible para quien no fuera nosotros, fue por la vida.
Y sí les puedo decir que fue un ser extraordinario y además, y esto es lo que maravilla, hay miles de compañeras y compañeros como él en las comunidades indígenas zapatistas, con el mismo empeño, idéntico compromiso, igual claridad y un único destino: la libertad.
Y haciendo cuentas macabras: si alguien merece la muerte es quien no existe ni ha existido, como no sea en la fugacidad de los medios de comunicación de paga.
Ya nos ha dicho nuestro compañero jefe y vocero del EZLN, el Subcomandante Insurgente Moisés, que al asesinar a Galeano, o a cualquiera de los zapatistas, los de arriba querían asesinar al EZLN.
No como ejército, sino como rebelde necio que construye y levanta vida donde ellos, los de arriba, desean el páramo de las industrias mineras, petroleras, turísticas, la muerte de la tierra y de quienes la habitan y trabajan.
Y ha dicho que hemos venido, como Comandancia General del Ejército Zapatista de Liberación Nacional, a desenterrar a Galeano.
Pensamos que es necesario que uno de nosotros muera para que Galeano viva.
Y para que esa impertinente que es la muerte quede satisfecha, en su lugar de Galeano ponemos otro nombre para que Galeano viva y la muerte se lleve no una vida, sino un nombre solamente, unas letras vaciadas de todo sentido, sin historia propia, sin vida.
Así que hemos decidido que Marcos deje de existir hoy.
Lo llevarán de la mano sombra el guerrero y lucecita para que no se pierda en el camino, Don Durito se irá con él, lo mismo que el Viejo Antonio.
No lo extrañarán las niñas y niños que antes se juntaban para escuchar sus cuentos, pues ya son grandes, ya tienen juicio, ya luchan como el que más por la libertad, la democracia y la justicia, que son la tarea de cualquier zapatista.
El gato-perro, y no un cisne, entonará ahora el canto de despedida.
Y al final, quienes entiendan, sabrán que no se va quien nunca estuvo, ni muere quien no ha vivido.
Y la muerte se irá engañada por un indígena con el nombre de Galeano en la lucha, y en esas piedras que han colocado en su tumba volverá a andar y a enseñar, a quien se deje, lo básico del zapatismo, es decir, no venderse, no rendirse, no claudicar.
¡Ah la muerte! Como si no fuera evidente que a los de arriba los libera de toda corresponsabilidad, más allá de la oración fúnebre, el homenaje gris, la estatua estéril, el museo controlador.
¿A nosotros? Bueno, pues a nosotros la muerte nos compromete por lo que tiene de vida.
Así que aquí estamos, burlando a la muerte en la realidad.
Compas:
Dicho todo lo anterior, siendo las 0208 del 25 de mayo del 2014 en el frente de combate suroriental del EZLN, declaro que deja de existir el conocido como Subcomandante Insurgente Marcos, el autodenominado “subcomandante de acero inoxidable”.
Eso es.
Por mi voz ya no hablará la voz del Ejército Zapatista de Liberación Nacional.
Vale. Salud y hasta nunca… o hasta siempre, quien entendió sabrá que eso ya no importa, que nunca ha importado.
Desde la realidad zapatista.
Subcomandante Insurgente Marcos.
México, 24 de mayo del 2014.

P.D.1.- ¿“Game is over”?
P.D.2.- ¿Jaque Mate?
P.D.3.- ¿Touché?
P.D. 4.- Ahí se ven, raza, y manden tabaco.
P.D. 5.- Mmh… así que esto es el infierno… ¡Ése Piporro, Pedro, José Alfredo! ¿Cómo? ¿Por machistas? Nah, no lo creo, si yo nunca…
P.D.-6.- O sea que como quien dice, sin la botarga, ¿ya puedo andar desnudo?
P.D. 7.- Oigan, está muy oscuro acá, necesito una lucecita.

(…)
(se escucha una voz en off)
Buenas madrugadas tengan compañeras y compañeros. Mi nombre es Galeano, Subcomandante Insurgente Galeano.
¿Alguien más se llama Galeano?
(se escuchan voces y gritos)
Ah, tras que por eso me dijeron que cuando volviera a nacer, lo haría en colectivo.
Sea pues.
Buen viaje. Cuídense, cuídenos.
Desde las montañas del Sureste Mexicano.
Subcomandante Insurgente Galeano.
México, mayo del 2014.

Escucha el discurso del Subcomandante Marcos al anunciar su desaparición