viernes, 19 de octubre de 2012

Un muerto y un barrio sitiado


    La historia es conocida, el final un poco menos habitual, las razones, las mismas, las mismas que algunos ocultan, otros callan y otros ni se atreven a pensar.
    Una avanzada de la policía sobre el barrio Marconi acabó con una persona muerta y un barrio tomado (aún más) por la policía.
    La guerra que vivimos quiere vestirse de otra y hacernos creer que los bandos son: los “buenos ciudadanos” que sólo desean vivir en paz, lo cual quiere decir, dejarse explotar en el trabajo, pisotear por los cuerpos armados del Estado y ver como los suelos y el agua son saqueados o arruinados; y por el otro lado los “delincuentes y subversivos” que no aceptan la paz social de jodidos que son.
    Pues bien, no es así. Un barrio que sale a defender a sus hijos, a los que ahí viven de los policías seguirá teniendo esperanzas. No nos importa, y lo decimos enserio, no nos importa las características del muerto, ya habrá tiempo para saberlo, no era un político, no era un botón, no era el dueño de una boca, con eso nos basta.
    No es el caso tampoco, ahora, saber cual de los cinco uniformados disparó, todos son parte de un asesinato más de las fuerzas del Estado, como el de los que han caído en varias comisarias o víctimas de las balas de estos mercenarios.
    Si los policías son recibidos con piedras cuando llegan a los barrios es porque son reconocidos como enemigos. Otros reconocidos también pasan de largo ¿por qué? porque no siempre hay fuerza para atacarlos o mostrarles el desprecio merecido. Así pasan muchas veces patrulleros sin que nada pase o por esto mismo muchas bocas de pasta viven tranquilas (siempre contando con la ayuda policial).
    La autoridad, el poder, la coerción sobre los otros es ejercida con tranquilidad cuando su base se encuentra en la fuerza de las armas y la complicidad. Sufrimos a las mafias de las bocas de la pasta base porque están cubiertas por la fuerza de las armas y el cobijo policial. Es más, tomando en perspectiva ambas son la misma mafia aunque posean características diferentes, ambas están ligadas en sus bases.
    La idea de “buenos ciudadanos y delincuentes” no busca imponerse sólo contra los “desprolijos” de los barrios sino también contra cualquiera que se rebele a las normas de la explotación. Ejemplos sobran, repetirlo es necesario. Sediciosos, subversivos…
    El impuesto falso consenso de la paz (o pax) del Estado aúna a miedosos y dominadores.
    Hace falta valor, valor para reconocer quién es el que nos roba la vida, quien lo ayuda, quién lo acompaña y quién lo protege. Hace falta valor para ponerse a entender el mundo. Para cambiar y cambiarlo.
    Esos gestos de ayuda que hoy los medios de desinformación repudian y que la policía entiende bien (y por eso cercó el barrio) no tienen que confundirse con “gestos buenos al equivocado”, tienen que reconocerse como la base posible de un mundo posible. Jamás hemos pregonado que la solidaridad es ciega (si eso se entiende como un arma de personas que no interpretan y eligen en donde están parados), tampoco ponemos reglas de a quien se le debe prestar ayuda. Vemos en los actos de solidaridad una fuerza única, incomprensible, claro, para los autoritarios de toda cepa, que logra desprender eso bueno de las personas hacia sus semejantes. Y es bien claro, los botones no son los semejantes de los que los apedrearon, aunque intenten razonar los desinformantes que muchos tombos viven en barrios “marginales”. Las leyendas de “ni rastrillos, ni botones” sigue mostrando con claridad en cual vereda estamos, el poder se articula entre los políticos, empresarios chicos y grandes, sus instituciones y sus mafias que van detrás del dinero. Estas visten a veces traje haciendo plata con la explotación de personas o suelos y otras ropa deportiva haciendo plata con la pasta base que potencia la adicción de una sociedad adicta a muchas cosas. Estas mafias no toman el mismo alcohol pero imponen el mismo miedo sobre los demás. El de unos se basa en la simpleza de la fuerza de las armas, el de los otros un poco más en el consenso que da el paradigma de la “dominación legitima” y en definitiva la fuerza de las armas.
    Un mundo basado en el dinero implica orden, un orden basado en la fuerza. Los encargados de mantenerlo son los policías con la ayuda potente de los medios que repiten que “otra cosa” no es posible. Pero no sólo es posible sino que hay gente que pelea por ella haciéndola real. Los gestos, cualquier gesto contra los enemigos de la libertad nos enaltece si se apoya en lo más simple del mundo como en este caso, rechazar al enemigo de un mundo que divide en clases, que domina, y apoyar a alguien del barrio, a un cercano frente a los que vienen a imponer el orden del Estado.
    Si las cosas fueran como dicen los políticos algo raro pasa, algo está mal con el mundo que nos quieren hacer tragar…
    Mientras haya opresión la rebelión será legítima. La violencia que sufrimos y explota siempre generalmente haciéndonos pagar a los más oprimidos es consecuencia del orden del capital, mirar las consecuencias y aprovechar para ver que tan malos son los pobres es tan despreciable como equivocado el reducir el mundo a buenos pobres y malos ricos.
    Tiremos a las mafias pues sino nada cambiará, ataquemos al poder, cambiemos los cimientos de la vida, recuperémosla.
    Valor para pensar, valor para hacer. La libertad empieza con gestos libres.

Los anarquistas

miércoles, 17 de octubre de 2012

HAY QUE DEFENDERSE


La policía entra a un barrio en busca de un vecino "sospechoso de robar un comercio" de otro barrio. El patrullero encuentra "la moto" usada en el asalto y ataca a todos los vecinos que estaban cerca de la misma. Los vecinos se defienden a pedradas, arman barricadas con gomas y autos, la policía los ataca a balazos, más vecinos se suman a la pelea.
La tele "inFORMA" que la policía fue atacada a balazos, sin embargo las marcas muestran que las balas las tira la policía. Como saldo: un muerto a causa de balas policiales, once personas detenidas y cinco policías liberados por haber actuado en "legítima defensa".
El barrio es cercado por las fuerzas represivas. Supuestamente para defender a "los vecinos honestos y trabajadores" de los "malvivientes", sin embargo lo que hacen es cercar el barrio poniendo vallas y "puestos de control" en las entradas y salidas del barrio. De esta manera se ve claramente que la razón de este operativo mediático-represivo no es "proteger" a los vecinos de su propios vecinos sino encerrar un barrio entero, segregarlo aún más del resto de la sociedad, continuar con la campaña de estigmatización de los barrios, generar en la santa opinión pública la necesidad de "más presencia policial".
Una vez más un barrio entero es estigmatizado y sufre la represión policial. Los medios no entienden la "respuesta de la gente del barrio", y la periodista le pregunta a Don Conny (un hiphopero del barrio) si no le parece desmedida la respuesta del barrio, las pedradas a la policía, la quema de gomas y autos... a lo que Don Conny responde que la policía ya no viene y pega, ahora viene y tira, dos muertos en una semana a manos de la policía en un mismo barrio es mucho, la gente está cansada y tiene que responder... hay que defenderse.
Mientras tanto la policía y la republicana va recorriendo las calles de todo montevideo, parando a la gente (estigmatizada, claro) sin motivos, de manera "pacífica"... metralleta en mano y bajo amenaza de ir a prisión, ser golpeados y/o baleados.
Hace unos años nadie se hubiera imaginado que ninguna de estas imágenes serían posible en "democracia", las personas se indignarían y saldrían a la calle a protestar, pero hoy día...

Que se expanda el ejemplo del Marconi. Que viva la resistencia! Que se sienta la solidaridad entre los barrios!

Barrio Marconi: insubordinación en un territorio de pobreza


No fue una huelga salvaje. Ni una protesta sindical "desproporcionada". Allí -en el "movimiento obrero organizado"-, la "auto-regulación" funciona de la mano del PIT-CNT. Por si acaso, la mesa de negociación siempre está servida.
Tampoco fue una acción de la disminuida "izquierda radical", donde los "violentos" -dice un informe de la Dirección Nacional de Inteligencia-, "no son más de 50" en 1.500. Alcanza con tenerlos "bajo observación". 

Se trató de otra cosa. Mucho más seria y preocupante para el gobierno progresista. Una insubordinación social en pleno territorio de la pobreza extrema. Donde -según el Jefe de Policía de Montevideo-, ocurrió una "grave desobediencia ciudadana". Que enfrentó el accionar represivo de la "fuerza pública". Inadmisible. Porque el monopolio del uso de la violencia le corresponde a las instituciones armadas del Estado. 

Desde el domingo 14 hasta el martes 16 de octubre, el barrio Marconi fue una zona de guerra. Más de 100 efectivos de la Seccional 12, la Guardia Republicana y el Grupo Especial de Patrullaje Preventivo, acompañados de perros y francotiradores, tendieron un cerco de hierro. Las calles estuvieron cerradas. No circularon ni ómnibus ni taxis. Nadie entraba, nadie salía. 
Todo empezó cuando la Policía entró al barrio en busca de unos "rapiñeros" que habían asaltado una panadería. Apresaron a nueve sospechosos. Alrededor de 100 vecinos reaccionaron indignados, violentamente, con insultos, pedradas y alguna bala. Decenas de niños respondieron a la presencia policial: "Parecían palestinos tirándoles piedras a un tanque israelí" (El Observador, 15-10-2012). La Policía respondió con disparos y se retiró del barrio con los detenidos. En la calle quedó caído Álvaro Nicolás Sosa Gutiérrez, un joven de 25 años que, según los vecinos, no robaba ni estaba junto a los presuntos "rapiñeros". Murió más tarde en una policlínica cercana.
Testigos aseguran que un policía gatilló la bala que lo mató. Autoridades del Ministerio del Interior "no lo aseguran ni lo descartan". El juez Nelson Dos Santos, a cargo de la causa, dijo a la prensa que el caso es "confuso". Otra fuente judicial señaló que de acuerdo a la declaración de los policías "es probable que la bala haya salido de una de sus armas", pero puede tratarse de "legítima defensa".
Cuando los vecinos se enteraron que Álvaro había muerto, "el Marconi ardió". Se incendiaron neumáticos. Luego taxis y autos. El concejal municipal Juan Carlos Silva explicó las razones que motivaron la reacción. En primer lugar, el joven era inocente. "Fue una injusticia tremenda: el muchacho no tenía nada que ver". En segundo lugar, la Policía se alejó del barrio a los tiros y dejó a un joven herido de muerte sobre el asfalto: "Hubo omisión de asistencia: se fueron cuando había una persona desangrándose". Un amigo del joven asesinado argumenta: "Si no quemamos autos, no nos dan bola (.) si solo quemamos gomas, no pasa nada, nadie se entera que la Policía mata, como mataron en el barrio la semana pasada a un pibe". (El Observador, 16-10-2012). El joven se refería a la muerte de Néstor Silva (29 años), el martes 9 de octubre. Murió desangrándose luego de un tiroteo con policías.

Un centenar de personas concurrieron al Cementerio del Norte el lunes 15. Acompañaron el funeral de Álvaro. "Fue una injusticia", repitió el concejal vecinal. Y agregó: "la respuesta de la Policía fue brutal y desmedida, por eso todo el barrio está indignado".

El Marconi no es uno de esos tantos asentamientos donde habita el 12% (160 mil personas) de la población de Montevideo. Pero está clasificado como "zona roja". Donde se reproduce la "delincuencia". Según el Ministerio del Interior es el barrio más "inseguro". Fue blanco de los "operativos de saturación" y sufre las periódicas razzias policiales. Las ambulancias no entran, los proveedores de gas y otros productos tampoco. El transporte se reduce al caer la tarde. Las viviendas están construidas con materiales de desecho, chapas viejas y madera. Campea la mugre. Las esquinas son pastizales o lugares de clasificación de basura. Faltan los servicios más esenciales. La pobreza afecta a más del 60% de los habitantes. El desempleo entre jóvenes y mujeres supera el 40%. La deserción estudiantil llega al 70%. Aquellos que tienen la suerte de trabajar lo hacen en ramas donde predominan la precariedad y el salario mínimo. La "asistencia social" se sustenta, en lo fundamental, por actividades que desarrollan diversas Ongs, entidades religiosas, y algunos programas de la Intendencia Municipal y el Ministerio de Desarrollo Social (MIDES).

El martes 16, la Jefatura de Policía de Montevideo anunció que levantaba el bloqueo al Marconi. Aunque mantendrá el operativo de vigilancia. Porque la guerra social contra los más pobres es permanente. Y para que el ejemplo de insubordinación no se propague a otros barrios "peligrosos". Mientras tanto las "actuaciones judiciales" siguen su curso. Deberán aclarar (o no) el asesinato del joven Álvaro, y laudar las denuncias que, sobre un "desbordamiento civil", hizo la propia Policía.

Hasta el momento, ninguna organización o institución de derechos humanos, ni ningún sindicato o movimiento social se ha pronunciado al respecto. Como si la sociedad terminara justo allí, en la línea donde empieza el mundo del "lumpenproletariado".

viernes, 12 de octubre de 2012

La tierra de todos los males


Nuevamente el Uruguay, en este caso sede de una cumbre de los ejércitos americanos para coordinar estrategias de intervención sea con el pretexto que sea: catástrofes climáticas, lucha contra el narcotráfico, o como también se lo menciona, en defensa de los proyectos  que tengan que ver con los recursos naturales.

Nuevamente una ciudad sitiada, invadida; una fortaleza militar que protege a estos señores especialistas de las guerras preventivas y de la violación de las soberanías de los pueblos  y los DD.HH.
Nuevamente al desnudo el verdadero rostro de los actuales gobernantes mal llamados  “progresistas”, aliados de las políticas ultra liberales, populistas, represores y como si fuera poco, aliados de los genocidas del mundo: los EEUU.
Son demasiadas  cosas como para seguir pensando en la buena fe de este gobierno, con presidente de aspecto bonachón pero que le enchufa un camión a su propio pueblo. 
Demasiadas las traiciones, demasiadas las palabras y los recursos empleados para sostener lo insostenible: la defensa del orden burgués capitalista  en un mundo convulsionado que empieza a despertar.
Demasiada la hipocresía en materia de DDHH, en donde parodia tras  parodia se pretende congelar y proteger a los criminales de lesa humanidad en nuestro país.
“Un presidente pobre”  que se intenta promocionar, en un último intento de los que ya no tienen más argumentos políticos serios.  La verdad que vergüenza les debería dar, un presidente pobre gobernando para  el gran capital, pero no, los frentistas adolecen de ceguera crónica y es por ello que ni siquiera logran ver su propia muerte anticipada, la que ellos mismos aceleran.

Los punteros del sistema

Los grandes medios de desinformación: la gran  prensa, jugando el rol de siempre: marcar, señalar, crear amalgamas para estigmatizar a los luchadores sociales.   Ejemplo de ello un artículo basura recientemente publicado en el diario El País, firmado por Sebastián Cabrera.  En el mismo se amalgama pretendidas declaraciones de ciertos militantes, con informes de inteligencia en un léxico totalmente impropio para cualquiera que se pretenda un periodista en serio.  Ese artículo marca una línea ultra-reaccionaria que se alienta desde la derecha y los  cuerpos represivos para  que luego un medio de prensa y un periodista  se encarguen de  ponerle la firma, ¿con  qué objetivo?
Muy grave nos parece  este hecho, porque esa nota del periodista Sebastián Cabrera constituye una amenaza hacia los luchadores sociales.  No es inocente el momento en que se publica la misma, como tampoco son inocentes las imágenes  que acompañan  la nota.  Es serio y grave; esto nos coloca nuevamente en una situación  similar  a todo lo que precedió   la escalada represiva de los años 70. 
Pero para colmo de males  anda el ex presidente Tabaré Vázquez bien lejos del pueblo, haciendo declaraciones en contra del aborto, no las hace en cualquier lugar, ni en cualquier momento, las hace ahora, saliendo al ruedo político, generando apoyo de la ultraderecha española.  Este ex presidente sí, el mismo que pidió ayuda a los EEUU para llevar adelante una “guerra” contra la Argentina. El mismo que toda la fuerza política del FA clama para que vuelva a ser el candidato a presidente en el 2014.
Nada es inocente.
Todo se conjuga  para  que esta fuerza “progresista” sea quien cave la tumba de su propio pueblo.
Pero, todo tiene su reverso; en el mundo no solo hay tsunamis climáticos  sino también de pueblos que dicen ¡Basta!

Luna
07 10 2012