martes, 1 de abril de 2014

REFLEXIÓN SOBRE LA EXIGENCIA DE AUMENTAR LAS PENAS A QUIENES DELINQUEN


          
6 EPOCA – abril 2014 – Nº 46

Edita el taller anarquista – talleruy@gmail.com

 

Recibimos y reenviamos

“el dolor  insoportable de ser la única especie animal capaz de arrojar  sus retoños a la calle es una realidad estridente y repugnante que nos acompaña todos los días, al verlos abandonados, hambrientos, enfermos, drogados, delincuentes, asesinos”    M. Viñar  (Ciudadanía y marginidad)


Con el impacto de una  conversa he pasado y repasado por mi cabeza y por que no? Por mi corazón, las aseveraciones volcadas en dicho diálogo.
Quedando  (a mi criterio) invertido el orden de las cosas. La pena reducida, las medidas alternativas no son las causantes de los hechos que acontecen con tanta asiduidad y fuerza en nuestra sociedad. 
El tema de la pena y la prisión es un capitulo aparte que tenemos que abordar con profundidad, no es en este país ejemplo de cárceles, pero creo que tampoco se puede poner otros países como mejor sistemas carcelarios ejemplares.
A mi criterio creo que el problema es estructural y es  un tema de violencia instituida en nuestra sociedad, con un tema de poder que atraviesa no solo a lo institucional sino que hay un sector que de alguna manera se apropia del poder, teniendo sus propios códigos, hermandades y formas de resistir, y rivaliza con el poder ejercido desde las instituciones que nos gobiernan, quedando en el medio el resto de la población.
Hablo de los grupos de gente que rodea todo el tema de la droga, venta etc. Pero también de los excluidos en barrios marginales, viviendo generación tras generación en condiciones muy diferente del resto de la población, sin trabajo o con trabajo precario, con cultura que luego de transitar por generaciones se vuelve de “no trabajo” gurises que viven en carne propia la violencia, familiar o la violencia de no tener pa comer todos los días, o que los obliguen o salgan por su cuenta a la calle, a los semáforos a vender o pedir, corriendo todos los riesgos que un niño puede correr en la calle, (como abandónico) de ser maltratado, abusado o perder su vida. Entonces su vida no adquiere el valor que nosotros tenemos pues nos han enseñado a querernos y a valorar nuestra vida, la de ellos no vale nada, ¿como puede entonces tener valor una vida ajena?  Los antes cantegriles, ahora asentamientos, han crecido duplicándose la cantidad de ellos, por tanto también sus formas de vida y de subsistencia, y resistencia.  “Procedemos de otros, nos realizamos entre otros y nos prolongamos en otros” vivencias de pertenencia, pertenencia a un vecindario a amigos” Se trata de vestirse de una manera, de un lenguaje con sus neologismos propios, el corte de pelo, la forma de caminar y la música que se escucha. Donde  una parte de la sociedad no encaja, como ellos estuvieron toda la vida no “encajando” es esa sociedad que dice nos contiene, nos educa nos protege
Existe otra violencia que la vemos como muy natural también y es la violencia en el transito,
Pero  además hay otro fenómeno para  tener en cuenta y es: la violencia intrafamiliar que no es en absoluto nueva, sino que está inmersa en nuestra sociedad, desde hace mucho aceptada como normal, recién en los últimos tiempos se entra a cuestionar, y a denunciar pero con mucha precaución y miedo, hasta hace muy poco era catalogada como normal, el hombre que golpea a su mujer y a sus hijos, las mujeres que golpean y maltratan también a sus hijos, como lo más normal, así crecieron ellos, así crían a sus hijos. Una violencia solapada, autorizada e instituida como natural. En nuestra campaña el hombre sometió a la mujer, ya sea el patrón o el capataz adueñándose de las “sirvientas” o sus hijas, las cuales luego tendrían hijos sin padres y muchas veces serían expulsadas de ese campo, pasando a engrosar la lista de mujeres pobres de los pueblos, criando hijos solas.  Introyectando todo eso como natural. Eso a la distancia, pero en el presente sigue existiendo la violencia doméstica, ejercida fundamentalmente sobre mujeres y niños, y sobre los ancianos, soledad y abandono y los “no lugares” donde se depositan.
La violencia hoy instalada en los espectáculos públicos como el deporte, nos hace pensar, que el goce de disfrutar, ha sido desplazado por el “poder que nos confiere, el agredir al otro diferente a mi” y También en pensar en la patología que significa no poder simbolizar, históricamente (desde los griegos y los romanos)  se va a un espectáculo a ver, y se pasa a simbolizar, ya sea en el cine o teatro la vida y acciones de otro, como en el deporte la violencia, pudiendo gritar y colocarnos “como si fuéramos  el que está en la cancha luchando” y se pasa a actuar esa violencia, salteando la simbolización.
Debemos pensar en los violentos individuales o en bandas, que agreden para arrebatar, robar, asaltar o copar una casa para robar y luego injustificadamente atacan baleando o hiriendo con arma blanca o algún objeto contundente solo por el hecho de infligir dolor en forma de “yo tengo el poder, hago lo que quiero”   Una nueva forma (en nuestra sociedad) ya que la violencia vivida de esa manera, ya sabíamos que en países cercanos, vecinos, se producía y lo veíamos como ajeno. Muchas veces estos hechos se hacen bajo la influencia de drogas y para conseguirlas, delito organizado o no. Se ve en ello una cohesión grupal y territorial. No olvidemos que de todas maneras con semejante agresividad hacia el Otro, también está la auto-agresión ya que pueden ser reprimidos en ese momento o perseguidos y se enfrentan no pocas veces en un tiroteo.   Cuando se dice, nosotros no éramos así, personalmente no lo comparto pero debemos pensar, que con la globalización de la información, así como vemos lo que está pasando en Ucrania ahorita mismo, también sabemos que violencia se vive y como en los países hermanos, la droga, la pasta base, la violencia como forma de saberse distinto etc., la amenaza de reproducción de la violencia de otros lares. Hablamos de una violencia de ataque y no para cambiar, ataca pues ha vivido durante muchos años (esa parte de la sociedad) atacada en todos sus derechos.
Una cultura que nos invade, y nos interpela como sociedad.
Debemos tener en cuenta la violencia subterránea acarreada durante años, la pobreza, la exclusión,  los asentamientos, el desempleo, la salud, los viejos sin lugar, la corrupción, los dobles discursos, el poder que confiere estar en un lugar de responsabilidad del estado, los desmanes de la policía. Los carritos tirados por caballos para juntar basura, manejados por mujeres hombres o niños, la naturalización de esos hechos. Las muertes por violencia familiar.
La mediatización de los hechos violentos, la repetición de la noticia, nombrándola recurrentemente, es un hecho que a mi criterio trabaja sobre la sociedad a modo de desborde para introyectar el miedo y por tanto luego pedir, más represión y si es posible los militares en las calles como forma de protección, olvidando y renegando de un pasado reciente
Debemos tener en cuenta que hay una violencia muy cercana en el tiempo y es la del terrorismo de estado, si resolver, donde impunemente quedan libre los protagonistas
Es sencillo depositar, frente al miedo, la ira, la responsabilidad solo a los que actúan semejante violencia; pero debemos como colectivo re-pensarnos.
¿Cuanto hace que vivimos una violencia de ver durmiendo hombres y mujeres y desde luego también niños, en la calle, revolviendo basura para subsistir o hasta para matar el hambre de ese momento, y cuanto hace que no nos conmueve? Que solo es parte del paisaje.
“La violencia sería una fuerza arbitraria que se ejerce contra alguien con un fin destructivo de dominio. La intención última de la violencia es constituir a su víctima en objeto, despojarla de lo que la hace un ser humano igual y significativo, para ejercer poder sobre ella. En el homicidio a la víctima se le sustrae todo, incluso su calidad de ser vivo, para transformarla en simple materia sin sustancia” ~ Lic. Ruben Campero: Solo un instante de violencia?~ Doctorado en psicología Argentina
Creo que algunas afirmaciones como decir, Europa no es violenta, o nuestra sociedad no tenía violencia, es una falacia, y está fundada sobre mitos
Mito: (según Freud- 1938) El mito tiene como función deformar la realidad de ciertos hechos por considerarlos inadmisibles.
“El ser humano se construye    por trasmisión interiorizada de su historia y cultura”
Somos un pueblo parido con violencia, invasiones, guerras, desaparición a través del asesinato de los habitantes autóctonos, resistencias y dos dictaduras con terrorismo de estado, y el último muy reciente con sus heridas aún sangrando, con miles de presos, torturados, muertos y desaparecidos, aún sus niños
Pero no por que no haya dictadura hoy debemos pensar que no existe violencia de estado, violencia son las exclusiones, la pobreza, la falta de trabajo, policial (que en estos últimos años y con este ministro se vivieron fuertemente, las razias en los asentamientos, y los hechos en Santa Catalina sin ir mas lejos.
El panóptico que hoy día tenemos o exigimos: hoy tenemos en muchas esquinas las cámaras, que nos hacen felices porque nos protegen, vigilan, controlan y luego y casi inmediatamente que la policía ve y no le gusta la “pinta” de quien entró en un comercio, porque está solo en la esquina tomando una cocacola o cerveza ya es producto de investigación y o castigo.
¿Eso es lo que deseamos? La pérdida de la libertad a cambio de la “seguridad” ¿quien la garantiza?
Sin resolver es cierto que existe el vandalismo, el copamiento, la pasta base, la saña de los crímenes, pero esto hace que haya una sensación de peligro permanente y vulnerabilidad, exhibido, repetido hasta el cansancio en la prensa y por tanto  exigiendo y justificando entonces más violencia y castigo de las instituciones estatales.
 Y ¿cuando pedimos más represión, o mas cárcel, que pedimos y que significa en el Uruguay?
¿Acaso se piensa en rehabilitar?