Luna
22 01 2014
22 01 2014
No nos gusta dedicar tiempo a polémicas bizantinas; nos referimos a si plebiscito sí o plebiscito no en relación a la instalación de la minería de gran porte en Uruguay, en concreto ARATIRI.
Aclarado esto o a partir de ello es que vamos a arriesgar una reflexión, que consideramos oportuna.
Los plebiscitos en nuestro país han dado resultado en algunos casos sí y en otros no; hoy podemos decir que mismo en muchos casos en que la gente plebiscitó a favor de tal o cuál propuesta, después el poder, los gobiernos, se las arreglaron por vías colaterales en hacer mutar tal referéndum.
Los plebiscitos en nuestro país han dado resultado en algunos casos sí y en otros no; hoy podemos decir que mismo en muchos casos en que la gente plebiscitó a favor de tal o cuál propuesta, después el poder, los gobiernos, se las arreglaron por vías colaterales en hacer mutar tal referéndum.
Si ahora traemos aquí a colación el último plebiscito de la papeleta rosada para anular la ley de caducidad, que permitió hasta el día de hoy la consagración de la impunidad en nuestro país, podemos concluir algunas cosas: primero, hay temas como los DDHH o la soberanía territorial, el cuidado de los recursos naturales, para mantener el equilibrio del ciclo de vida que no se deberían plebiscitar.
Por lo tanto proponer en estos casos un plebiscito no puede estar más que a favor de la posibilidad de imponer por ley cualquier barbaridad. Conviene revisar si los estados capitalistas son estados de derechos y si en definitiva estamos por la vía de estos hechos avalando un modo totalmente tramposo de dirimir los conflictos.
Nótese que a este proceder se le llama democracia y que ¡oh absurdidad! muchos que se revindican socialistas adhieren y reconocen como un estado perfecto de derechos.
Ahora bien ¿qué hacer frente al plebiscito planteado tal cuál está aquí y ahora?
Pensamos que tal cual están las cosas no se logrará alcanzar las firmas y en el hipotético caso afirmativo, luego los votos no alcanzarían.
Pero seamos positivos y pensemos que se gana el plebiscito. ¿Realmente se confía en al actual sistema como para pensar que el mismo sería respetado?
Pero seamos positivos y pensemos que se gana el plebiscito. ¿Realmente se confía en al actual sistema como para pensar que el mismo sería respetado?
Estos megaproyectos se están imponiendo a sangre y fuego en todo el continente y ahí donde ha habido algún recule es porque hay resistencia.
Como ya lo dijimos en una crónica anterior, en Uruguay no tenemos ni pueblos originarios, ni campesinado y por lo tanto no habrá resistencia al menos ahora.
Lamentablemente será a medida de que la gente vaya sufriendo y viendo directamente las consecuencias de estos megaproyectos, que se empezarán a dar formas de resistencia importantes. Pero ellos será al final de un proceso que puede llevar 10 años; hay que saber que llegado el momento es muy probable que haya que encarar el reapropiarnos de nuestro territorio y esa será una lucha de envergadura, si es que la misma tiene lugar…
Es por todo esto que nos parece estéril quedar enfrascados en plebiscito sí o plebiscito no; más bien habría algunas cosas en las cuales pensar; por ejemplo en que el movimiento que se lleve adelante deberá luchar y durar en el tiempo. En esto tendríamos como actitud que adoptar la política de prioridades; priorizar la resistencia, la movilización, no es compatible con hacer campaña para recolectar las firmas; ello no quiere decir oponerse de manera radical con quienes llevan adelante la recolección de firmas en todo caso con aquellos animados de buenas intenciones.
Nos estamos refiriendo a los activistas, porque el que firma puede firmar y movilizarse a la vez. No es así para los activistas porque a la inversa, quienes se enfrasquen en la recolección de firmas estarían restando energías a la movilización.
Repetimos todo depende de las prioridades y no de oposición absoluta porque la campaña de firmas es una hecho que ya está caminando.
Tras la huella de los Provos
Cuando abordamos el tema de las resistencias no podemos de dejar de hurgar en la historia para rescatar no solo memoria si no que también nos podemos inspirar de la misma, máxime teniendo en cuenta, las características de nuestro pueblo y la actual coyuntura.
Traemos hoy a la memoria el movimiento del provotariado surgido en Ámsterdam en el año 1965 y que tan solo duró dos años hasta finales de 1967.
Este movimiento tuvo su momento histórico, hoy poco recordado; pero que inspiró a muchos otros hasta el día de hoy.
Lo que me resulta interesante es esa relación con el lenguaje artístico, con lo absurdo y con el humor para propagandear sus ideas.
Lo que me resulta interesante es esa relación con el lenguaje artístico, con lo absurdo y con el humor para propagandear sus ideas.
“Provo” se siente en la obligación de tener que elegir entre la resistencia desesperada y la sumisa extinción.
“Provo” incita a la resistencia por doquier “
“Provo” incita a la resistencia por doquier “
El movimiento provo a su vez inspirado del situacionismo, basaba su estrategia de comunicación en el juego, a propósito de ello José Antonio Recio Cuesta nos dice:
“El juego es la participación, la realización inmediata, la comunicación y si se permite, la autorrealización, es el medio y el fin de la Revolución Total (1) Lo lúdico es el único mecanismo que escapa a los tentáculos de la sociedad espectacular-mercantil y el único medio para llevar a cabo experiencias realmente vividas. A partir de esta deducción los situacionistas jugaron, nunca mejor dicho, al despiste, comenzaron a llevar adelante acciones y a publicar artículos en Internationale Situacionisme de carácter lúdico y festivo pero siempre apuntando hacia la revuelta .Las derivas, el urbanismo unitario, la creación de situaciones, la psicogeografía, son algunas de las técnicas que los situacionistas utilizaron para hacer la vergüenza más vergonzosa al denunciarla.”
“El juego es la participación, la realización inmediata, la comunicación y si se permite, la autorrealización, es el medio y el fin de la Revolución Total (1) Lo lúdico es el único mecanismo que escapa a los tentáculos de la sociedad espectacular-mercantil y el único medio para llevar a cabo experiencias realmente vividas. A partir de esta deducción los situacionistas jugaron, nunca mejor dicho, al despiste, comenzaron a llevar adelante acciones y a publicar artículos en Internationale Situacionisme de carácter lúdico y festivo pero siempre apuntando hacia la revuelta .Las derivas, el urbanismo unitario, la creación de situaciones, la psicogeografía, son algunas de las técnicas que los situacionistas utilizaron para hacer la vergüenza más vergonzosa al denunciarla.”
Convengamos una vez más que ninguna transferencia de estas experiencias u otras son aplicables tal cual, pero es muy probable que sí se puedan cruzar con otras según los momentos.
Hoy estamos frente a una sociedad, la nuestra, que ha mutado y mucho en aspectos fundamentales en cuanto a su cultura, su comportamiento, su subjetividad. Es por ello que se la puede comparar con las sociedades consumistas de los países llamados del primer mundo. Me refiero a sus reacciones, sus referentes, sus modelos trasmitidos de generación en generación. En definitiva el lenguaje ha cambiado y es por ello que leer acerca de estos movimientos de los años 60 nos puede ayudar e inclusive inspirar.
Para aquellos que nunca hayan escuchado acerca del movimiento Provo les dejamos un par de enlaces a fin de poder conocer un poco más, en que consistió y cuál fue su final.