Luis E. Sabini Fernández
Beniamin Netanyahu, el jefe del ejército ocupante de Palestina dedicado a engrandecer el territorio israelí valiéndose de todo tipo de atropellos, arrinconando a la población palestina, bloqueándola, discriminándola, negándoles hasta el derecho a conservar el agua de lluvia al mismo tiempo que se le retacea el suministro de agua, hambreándola, demoliéndole sus viviendas, bombardeándola, humillándola a diario, obligándola a sufrir horas de espera en los pasadizos enrejados de los chekpoints para ir a trabajar, a estudiar, a atenderse en hospitales, ahora, ¡oh sorpresa!, se encuentra junto con su gabinete de terroristas confesos /1 forjando un nuevo mojón histórico, que por lo visto se le había escapado a todos los historiadores, por ejemplo, judíos, que han investigado el Tercer Reich y su política con los judíos
Netanyahu ha declarado que Haj Amin Al-Husseini, el muftí jerosomilitano de los ‘30 fue quien le propuso a Hitler la llamada Solución Final. Cuando todavía los nazis ensayaban la expulsión de los judíos del Tercer Reich. Todos sabemos que los nazis hostigaron a los judíos prácticamente desde su toma de gobierno (en 1933), pero al principio, efectivamente, buscaron solo aislarlos y/o expulsarlos. Adolf Eichmann, por ejemplo, comandante nazi supremo de la ocupada Austria, otorgaba visados a judíos hasta el mismísimo año de 1939.
El “historiador” Netanyahu, ahora, nos “informa” que los verdaderos ideadores de “el holocausto” han sido palestinos. ¡Qué bocatto di cardinale para un psicólogo o un psicoanalista! ¿Proyección, transferencia? Netanyahu acusa a palestinos de hacerle a los judíos los que los sionistas (todos los sionistas son judíos pero no todos los judíos son sionistas) le están haciendo desde hace décadas a los palestinos. Y si el despojo tuvo inicialmente formas remilgadas, la brutalización se ha ido acrecentado con el tiempo a medida que el establecimiento del injustamente llamado “estado judío” se ha ido afianzando, armando, expandiendo, todo ello al calor de buena parte de la judería con amplios y profundos poderes en el mundo, y, sobre todo, del poder que dicha comunidad ha desarrollado dentro de EE.UU.
Sintiéndose poco menos que invencibles, los sionistas y su fruto consagrado, el Estado de Israel, procuran liberarse del trago amargo de ocupar, cada vez más a sangre y fuego la tierra de los palestinos, negándole a los natives la tierra que, según sus mentores, algún dios les habría dado en propiedad y/o usufructo. No solo le niegan su derecho al suelo milenario sino que además los convierten en genocidas.
Las víctimas son los genocidas. ¡Y los prepotentes ocupantes, los supremacistas, los racistas, son las víctimas!
Qué inversión de los hechos. Qué abuso del lenguaje. El mismo que permite calificar de terrorista a un niño arrojando piedras.
El manoseo de la historia parece acorde con el manoseo de los derechos humanos de los palestinos a manos de la “legislación” del Estado de Israel.
¿Hasta cuándo tendremos que soportar tanto abuso con la callada aquiescencia de los poderes mundiales?
/1 Los flamantes ministros del gabinete de Netanyahu, a principios de este año, hicieron declaraciones como las siguientes: el ministro de Defensa definió a los palestinos como un cáncer tratable por ahora con quimioterapia; el de Educación declaró "haber matado a muchos palestinos en mi vida.
No hay problema”; la de Justicia aboga por matar a las madres palestinas porque, sostiene, engendran ofidios que atacan a Israel; el de Deporte y Cultura (sic) afirmó que los africanos (negros) que protestaran en el centro de Tel-Aviv eran un cáncer; luego le pidió disculpas a los cancerosos.
¿Son terroristas o no?