viernes, 13 de junio de 2014

Editorial del Periódico Anarquía nº24


  Muchas cosas han pasado desde que sacamos el último periódico. Un periódico para nosotros no es más que una herramienta, igual a un martillo o tan útil o inútil como una piedra, depende del uso, depende de la capacidad de quien lo recibe. Lo que buscamos nosotros con nuestras páginas tiene varios aspectos, uno es ayudar, ayudarnos, contagiar y establecer el diálogo entre los oprimidos, otro es el de romper con lo ficticio de la política potenciando la transformación real hacia la libertad.
  La enumeración de todo lo que ha sucedido desde nuestro último número sería imposible y además desagradable, no somos ni queremos ser historiadores. Algunas de las cosas que sucedieron no saldrán nunca de nuestras cabezas, nunca las olvidaremos, otras no saldrán nunca de nuestros corazones. La anarquía es una tensión hermosa pero es también una luz que constantemente el Poder intenta apagar. Los malditos Estados, sus cárceles, sus prejuicios, sus torturas y sus balas no se detienen, por fortuna, nosotros tampoco.
  En enero el compañero Sebastián Oversluij cayó mientras expropiaba junto a otros compañeros un banco y otros dos compañeros quedaron detrás de las rejas. Más tarde, en el mismo territorio chileno, la compañera Tamara Sol Vergara ajustició a un guardia por lo que fue detenida y llevada a la cárcel. También la cárcel y las balas policiales se han sumado en otras partes del continente, muestra de que, amen de los discursos acomodados, no todos pueden ser domesticados.
  Lejos del continente, en Europa, esa vieja vacuna capitalista que es meter de avanzada a la extrema derecha, continúa firme. Las democracias se defienden y el capital se reestructura, nada nuevo bajo el sol. Los Estados se matan por mantener su dominio territorial y ahí vemos jugar su guerra geopolítica a Rusia y a la Unión europea. La prensa se relame con los fascistas ucranianos y con los soldados del emperador Pútin, mientras en el medio queda la mayoría de la población atada al juego de quién será el soberano nuevo. En Grecia, el país más golpeado por la nueva reestructura económica, fueron los anarquistas los que dieron un golpe de agua fría al fascismo, venganza que mientras vivamos no olvidaremos. En la propia puerta del edificio céntrico del partido fascista Amanecer Dorado, en su cuartel general, un grupo interrumpió la paz y mató a dos de sus soldados. Las balas volvieron a decir que no todos olvidan y que no dejarán pasar al autoritarismo. Europa, que parece haber olvidado qué significa el fascismo, vuelve a permitir el crecimiento de la extrema derecha pues le sirve para detener a los sectores más revolucionarios y para allanar el terreno a las nuevas reformas. Veamos si está vez el monstruo que ella misma crea la vuelve a morder.

  Mientras tanto, acá, en la región uruguaya, tal vez el gobierno más recuperador de toda América latina sigue esforzándose por transformar toda noción de libertad en un producto mercantil más. Los pobres son levantados por los ejércitos del Mides para no joder al turismo, los trabajadores callejeros insultados, reprimidos e impedidos de ganarse la vida, las calles llenadas de cámaras para que el control se establezca aun más y la legislación adaptada para hacernos la vida más represiva. La ley de faltas nació para corregir al mal ciudadano y es un contingente de papeles en los juzgados que intentan acreditar que aquel que lucha contra la desigualdad es un peligro social. Además, el desarrollo capitalista continua en esta parte del continente su movimiento destructor. El plan IIRSA, un plan económico y militar, determina la instalación de grandes emprendimientos que amenazan aun más nuestra vida. Más papeleras, una megaminera y su regacificadora, se suman al juego.
  Nuestra tarea en todo esto sigue siendo clara, fortalecer la rabia, conducir nuestra bronca hacia las bases mismas del problema. Intentar dar soluciones sin engañar o engañarnos, sin dormirnos en los jueguitos que propone el sistema como las elecciones o las reformas superficiales. No elegimos, jamás elegiremos amos, más bien elegimos pelear para ser libres, libres total y efectivamente.
  La lucha como la concebimos, esa que busca sacarnos cadenas sin ponerlas a otros, nos hace hoy buscar la autoorganización constante, nos hace tener que mostrar el engaño de los partidos políticos y por sobre todo nos hace reflexionar y actuar con toda nuestra energía por recuperar nuestro tiempo y espacio de una vez.

  Compañeros: sigamos fortaleciendo nuestros proyectos, haciéndolos efectivos y “reales”. Demostremos que acá nadie se rinde, que el fin de las ideologías autoritarias llegó hace tiempo, que su cadáver hace mucho que se hizo irrespirable. La mentira de la democracia liberal no resiste la más mínima reflexión, eso hace que los autoritarismos resurjan como un intento desesperado de solución a los nuevos cambios del capital, donde es necesario, el empresariado recurre a la mano dura. En nuestro continente, la mentira de la solución izquierdista también ya cayó, es la antipolítica pero comprometida a cambiar las cosas a la que le toca actuar. Dos pasos más compañeros, hacia adelante que nuestro momento llegó hace rato.
La red-acción.