lunes, 9 de julio de 2012

Realidades y miedos socialmente construidos en la sociedad Uruguaya


 “El sistema operado criminaliza, tiende a representar a los “culpables” como “criminales” verdaderos. El sistema intenta enfocar la problemática de la violencia-temor sobre los “culpables” para operar de inmediato en ellos asimilándolos dentro de su estructura bajo representaciones de “criminales” que “rompen el orden” y por lo tanto son seres que merecen ser “castigados” y quizás “reeducados” para su posterior reinserción al sistema o para eliminarlos.  Persiguiendo al mismo tiempo descentrar la atención del punto medular que es el origen de las condiciones asimétricas que generan la desigualdad y demás dentro del sistema globalizante.  El mismo sistema que ha producido una sociedad criminógena, la de la suma de soledades, la de la violencia como recurso, permisiva, relativista, nihilista, vacía que busca la venganza por encima de la prevención.” (Figueroa, 2008)  
En Uruguay hay trabajadores  presos políticos, pobres cercados y criminalizados, trabajadores precarizados, jubilaciones sumergidas, salud colapsada, enseñanza pública  sin recursos, barrios en las periferias en donde se siguen   amontonando aquellos que van quedando fuera de la sociedad; así podemos seguir enumerando una larga lista.
Por otro lado en Uruguay hay torturadores presos en cárceles vip, barrios privados cercados de alarmas y personal de seguridad.
Los  coches  saturan las rutas y provocan accidentes fatales pero tantísimo más que los carritos tirados por caballos, que solo los   producen muy esporádicamente.
Montevideo es una ciudad  hoy saturada de publicidad y carteles  luminosos por todas partes, luce destruida y el sobre consumo  provoca una acumulación de desechos que desborda por todas partes; hay casos de corrupción no investigados o archivados, torturadores sueltos y vastas extensiones de tierras vendidas a las transnacionales  ¿que tal   ? …..   
No se puede decir que haya un gobierno, más bien que hay un desgobierno, que basa toda su política en la mentira y el ocultamiento.  Todo este patético circo se sostiene primero  porque los medios de comunicación y los sectores de la derecha más rancia están al acecho de cuanto puedan aprovechar para  presionar, señalar y crear opinión pública.  Esta opinión pública opera como un verdadero cerco cuando se tratan las noticias  que provienen de los sectores sociales en conflicto o de aquellos más desfavorecidos en la sociedad.
En segundo lugar  el entramado de los poderes centrales del estado y los cuerpos represivos.  
Aquí abrimos un paréntesis para remarcar que hoy  en nuestro país se están aplicando nuevas metodologías en el campo del trabajo de inteligencia y que se vienen aplicando a  luchadores sociales, presos e investigados por la DOE ( Departamento de Operaciones Especiales);  en otra oportunidad ahondaremos sobre este tema, pero para ir viendo como operan vale la pena leer un artículo publicado en el diario El País digital del 21 de mayo del 2005:
también se puede consultar la siguiente información del 11 de mayo del 2007 proveniente del sitio Internet de la embajada de los EEUU en Uruguay:
Así es que hoy los activistas sociales son  investigados, como si fueran criminales; esto está pasando casi totalmente desapercibido para el conjunto de la sociedad, pero la verdad que es un tema del cual se debería debatir ampliamente.
Si nos detuvimos en este aspecto es porque está directamente enrabado con el tema al cual queremos llegar a tocar y es como vivimos en la sociedad del miedo y de cómo ello nos afecta en la vida, hasta en lo más íntimo de ella. 
A todo esto  la economía crece, como también crecen  las cárceles, pero también crece la deuda  interna y externa,  ¿cómo se explica esto? ¿Dónde está la falla?   
Para cualquier persona agobiada por su jornada de trabajo, alienada por un sistema que no cesa de estimular de manera incesante al consumismo, no le resulta fácil entender la fragmentada y acotada  información difundida a través de los grandes medios de comunicación sobre los distintos temas de actualidad.
La resultante se ve reflejada en un cierto repliegue de la  participación en ámbitos sociales y políticos.  Esto no hace más que poner de manifiesto el distanciamiento que se ha producido entre la gran mayoría de la gente y la clase política por una parte y por otra también nos muestra  como ha ganado terreno  la indiferencia hacia todo lo que no sea la vida puertas adentro de las casas.
 Internet y la televisión pasan a ser el centro en los hogares.
Queda poco espacio entonces  para la horizontalidad en las relaciones sociales. 
Esta realidad es en la cual se deberá incidir a fin de abrir brechas que permitan quebrar el aislamiento; solo que esto  no será  ni tarea fácil  ni de corto plazo.
Estamos frente a nuevos paradigmas y por lo tanto para poder visualizar respuestas habrá que hacer prueba de  creatividad  y de alegría, elemento este importante para recuperar la potencia de vida.  Pero por sobre todas las cosas se tendrá que perder el miedo,   cosa que nos tiene paralizados en la toma de iniciativas.  
Abrimos hoy apenas el tema del miedo, dado que el actual sistema en el que vivimos  se basa en el control y el mismo tiene su basamento en el miedo.  El miedo a perder el control, el miedo al caos, el miedo a lo desconocido, al cambio,  en definitiva es el miedo a la libertad.
Esto es algo que el sistema  trasmite en todo el tejido  social a través de distintos mecanismo que se van internalizando en las personas casi sin que se den cuenta pero que al fin terminan condicionando todo los  aspectos  de la vida de las mismas.
Todos terminamos siendo agentes del control central hasta en nuestro entorno familiar, de amistades, de relaciones trabajo etc.  Pero siempre el que manda es el miedo, que es miedo a la muerte.  Tal vez lo peor de todo sea el control de las mentes a través de la televisión y de Internet.
¿Pero cuál es el origen del miedo en este sistema?  No cabe duda  de que los poderosos se saben pocos, vulnerables y sienten miedo a perder sus puestos de  privilegios. 
Por ello hoy vemos que  los medios de comunicación no escatiman en estratagemas para infundir miedo y lograr el  control de todos sobre todos.
Salir del miedo es algo que tiene al menos dos puntas: una individual, dado que el miedo es algo que se experimenta de esta forma y otra colectiva dado que es el propio sistema que construye socialmente el miedo. 
“Viviendo en el absurdo la humanidad en sus grandes mayorías ha caído en el sobrevivencionalismo, como lo mencionamos. Ya no tenemos vida ni menos proyecto de vida, lo que tenemos son, acaso, pasos fortuitos que intentan darnos “un día más de vida” sin que ésa vida signifique una existencia verdadera. Tal modo de vida no puede generar individuos, grupos, sociedades, civilizaciones fuertes. Hoy la debilidad generalizada se ha acompañado de debilidades de un tipo y de otro, de un nivel y de otro. Esas debilidades presentes en cualquier momento y circunstancia y manifestadas de múltiples maneras e, incluso repetida y sostenidamente, son nuevas demostraciones de la fragilidad humana aumentada que sostienen su vulnerabilidad y que es estudiada desde las éticas de distintos autores (Piola, 2004).”
Luna

04 07 2012