viernes, 11 de octubre de 2013

A INFOS Uruguay Solidaridad con los perseguidos


                 
V EPOCA – octubre  2013 – Nº 45

Edita el taller anarquista – talleruy@gmail.com

 


Recibimos y reenviamos

 Grita justicia y escóndete

"Si pudiésemos sentir que cada seis segundos muere una persona de hambre, el dolor sería tan grande que deberíamos poner fin a todo el sufrimiento. Si realmente pudiésemos sentirlo en las entrañas, la ingle, en la garganta, en el pecho, saldríamos a las calles y detendríamos la guerra, la esclavitud, acabaríamos con las prisiones, con las matanzas, con la destrucción... No es lo que no sabemos, sino lo que no sentimos."
Julian Beck 

Expresamos nuestra solidaridad con todos los perseguidos del sistema: los que no están o no aceptan las condiciones impuestas sobre los modos de ser y de llevar la vida cotidiana en relación al cuidado del agua, el aire y la tierra; los perseguidos por ser pobres, por no estar de acuerdo con las imposiciones del régimen capitalista y del modelo progresista de izquierda;  sencillamente por querer  ser y vivir de otra manera y por ultimo  con todos los acusados por  denunciar los intentos de la suprema corte de justicia de desmantelar los juicios contra los asesinatos de estado. 
Esta ofensiva autoritaria  en América Latina, común a los distintos  estilos de gobiernos  progresistas se lleva adelante criminalizando, reprimiendo y procesando las oposiciones que se oponen el modelo desarrollista extractivista que saquea económicamente y destruye y contamina, los territorios donde vivimos, intentando al mismo tiempo desarticular cualquier resistencia que   busque  o defienda formas de buen vivir que no son las del mercado globalizado y el consumismo.
 
Somos testigos de la operativa del estado en este momento,  denunciamos y desenmascaramos algunas de sus tácticas que consisten en:

Identificar rostros: hacer visibles ciertos rostros por encima de los demás, rostros mediáticos que se utilizan para ejemplificar el castigo a individuos (que por tal, son punibles) frente a la protesta popular. Un ejemplo de ésto, es la manifestación donde fuimos 700 los que nos paramos frente a la suprema corte de justicia, entre nosotros ese día había figuras públicas, unas aceptadas y otras demonizadas y estas últimas fueron las acusadas de atentado a la suprema corte, pero éramos 700. Nadie nos convoco, llegamos todos espontáneamente  indignados con el traslado de una jueza que estaba investigando los crímenes de la dictadura. Estuvimos allí para señalar nuestro repudio a la Suprema Corte  por el traslado de la jueza Motta de un juzgado penal a uno civil marcando así un posicionamiento implícito de la justicia en cuestiones de terrorismo de estado como es la carcelación, la desaparición y la muerte. Fuimos  porque una vez más se escamoteaba la posibilidad de hacer retroceder  la impunidad.
No hubo atentado, no hubo asonada, de los 700 la mayoría entro a la Suprema corte, lo que hubo fue dentro mucha gente, amontonamiento ... esperando, quizás ingenuamente que los integrantes de la Corte repensaran la medida. Solo a tres de los que estábamos allí se les acusa... y se los amenaza con cárcel. Se les convierte en los otros, los que no son parte de nosotros.

Crear amenazas públicas: no fueron considerados opositores políticos, sino que se los colocó en el lugar del enemigo. Porque las únicas oposiciones toleradas son los partidos tradicionales y los empresarios. Pero esto no es una novedad, dentro del marco latinoamericano de gobiernos progresistas de izquierda, que si bien se presentan con matices, parten de las mismas ideas.
Criminalizar. Se los criminaliza. La operativa es más compleja aun, se produce la difamación, se aísla al individuo, se lo reprime y se lo criminaliza. Una protesta, - que, antes de éstos regímenes autoritarios, formaban parte del modo democrático de enfrentarse frente a las injusticias- hoy es deslegitimada, se desacredita y junto al castigo, imparte miedo y confusión para aquellos que creían en los mecanismos democráticos, como se creen en tantas otras ilusiones...
Polarizar las ideas. Luego que marcan a los criminales, polarizan los discursos circulantes respecto a las protestas, se le cambia de signo, se radicaliza omitiendo cualquier matiz de diferencia. El enemigo es el Otro; produciéndose un círculo vicioso: por lo que alguien es peligroso, y por eso es castigado, y es castigado porque ese alguien es peligroso.

Ceguera ante la protesta popular. Se niega la existencia de la gente manifestando en común, se invisibiliza a la multitud, a los 700. Porque mientras tanto, la gente que se agolpa manifestándose contra estos arrebatos caprichosos del estado, son consideradas nulas, mejor dicho, no son consideradas, son inexistentes. La infantilización de la gente común, mostrando a los activistas como una masa manipulable y obediente, es parte de éste mecanismo, pues consideran que fueron los protagonistas únicos algunos pocos de la manifestación y quitan la responsabilidad civil a todos los demás. En este incidente, se omitió la voz de los 700 alguienes que se autoconvocaron para protestar contra estas nuevas “lettres de caché” que ni Luis XIV en Versailles podría imaginarse practicar en su despotismo ilustrado. Los muchos no son considerados pues evidentemente son manipulados por conspiradores “radicales o anarquistas”  Porque sí: en el entorno de estos gobiernos están los académicos, la nueva ilustración que publicita los desmanes de este estado, los expertos del “auto-control” y la “psico-vigilancia” en un mundo fragmentado y productor de sujetos flacos de empatía. Y los universitarios que toman distancia del gobierno y disienten son inmediatamente descalificados de alguna manera por las propias jerarquías de la misma academia.

Cooptación de los autocomplacientes (“los panchos”). La cooptación es un nuevo modo de la nueva retórica política: podríamos decir que el estado si no te mata, te coopta. ¿qué es la cooptación? Es una nueva sensibilidad del individuo, que encuentra los beneficios de sumirse al nuevo shopping del mercado agrícola, de pertenecer al régimen, de utilizar los miriñaques y pelucas de la nueva clase emergente. La nueva consigna para este tipo de sensibilidades es “cooptación o desprestigio”. En nuestro país, parece no haber mucha resistencia como sí se observa en los países latinoamericanos donde los efectos de los gobiernos progresistas de izquierdas también tienen nuevos paquetes de consumo para ofrecer, a medida de las aspiraciones, de las ilusiones y los espejismos de color. La nueva clase se compone también de los técnicos sociales provenientes de la academia del estado nación, que saben del control de las poblaciones, de sujetar a los desviados del neohigienismo, de tomar lugar dentro de los ministerios para gestionar las deprivaciones y restricciones de sueños, ideas, imaginación para generar nuevas prácticas, nuevos modos de encontrarnos, de querernos y cuidarnos. También son expertos para intoxicar las aguas ex-potables, de empobrecer los ecosistemas con las minerías de cielo abierto y los puertos de alto calado. El neo-higienismo de hoy, serán las nuevas futuras enfermedades crónicas del mañana y las nuevas pobrezas estructurales y espirituales de nuestros amados hijos y nietos.
Por todo esto, propiciamos el autocuidado imprescindible para ser y vivir sin dejarnos cooptar, y el cuidado del Otro, el inmediato, y el que por medio de las nuevas tecnologías de comunicación masiva, puedan estar cercanos a nosotros. Por ejemplo, nos parece un error que se hayan colgado en internet las imágenes de quienes van a las manifestaciones, de quienes protestan contra las injusticias del estado y exhortamos a aquellos y aquellas que cuando suban fotos de movilizaciones   a Internet lo hagan evitando la identificación de los participantes. Esta situación es muy preocupante, que junto a lo anterior, nos lleva a cuestionar los modos que tenemos de pensar al otro, de considerarlo. El pensar en situación, es decir, en clave ética, nos tiene atentos a estos regímenes de ver y de dejarnos ver; cómo nos mostramos y mostramos al otro; cómo publicamos nuestros rostros y nos convertimos en dianas flamantes. Así colaboramos con la máquina represiva, nuestro modo de ver y de recortar los rostros forman parte de una manera de ser agente represor también.
¿Qué tal si experimentamos con nuestra creatividad colectiva para ser más inteligentes que los cuerpos de represión? ¿Y si buscamos en nuestras vocaciones de fuga nuevas formas de ser y estar en el mundo?

En 1985 con la apertura democrática, “¿demo-qué?” fue la pregunta que circulaba formando parte de la confusión. A más de 20 años, y sin tomar los previos al proceso de dictadura, seguimos confusos, repreguntando por la ¿”demo-qué” qué?
Seamos sabios y prudentes dijo el papa Benedicto y recalcaran Bonomi y Pereira en 1994 (cuando fue clausurada la radio 44 “La Panamericana”): “grita justicia y escondete”.

Estos son pensamientos en movimiento que se siguen pensando...


Ursula, Julian, Liliana Walter, Raúl, el Gato y otros y otras autoconvocadas.