jueves, 3 de diciembre de 2015

De preocupados y okupantes.


UTAA, Los Eucaliptus, La Solidaria, Barrio 33 Orientales, Caif, Las Piedras y el Stuc. Artigas, Montevideo, Maldonado. Zonas muy alejadas entre sí hacen preocupar a los ricos, a los políticos y a los politicuchos que precisan que todo vaya por la vía institucional para que se respete la sagrada propiedad. La misma que no es otra cosa que la sangre de nuestros antepasados siendo pisoteada por las botas de los invasores.

Por estas tierras, es clarísimo que la propiedad es un robo. Es el primer robo que se le hizo a un pueblo que no conocía de alambradas ni porteras. Tan sólo hay que ir unos años para atrás cuando los vientos surcaban libres las verdes ondulaciones para poder sentir claramente el despojo y la violencia que significa la propiedad. Por eso nos rechina cuando nos dicen que somos violentxs por tomar posesión de un lugar que no nos pertenece. Por eso no aceptamos el discurso de que estamos de vivxs por habitar un espacio que nadie estaba utilizando. Por eso no sentimos que debamos mendigar un plan de vivienda en el cual los políticos de turno elijan dónde y cómo tenemos que vivir.

Somos pobres, somos proletarixs; nuestra fuerza es nuestra capacidad creativa. El sistema nos dice que debemos respetar la propiedad privada, perder los mejores años de nuestras vidas trabajando para enriquecer a otro, perdernos años enteros de la vida de nuestrxs hijxs en pos de un mejor futuro que nunca llega, alquilar una pieza, vivir hacinadxs, vivir de agregadx... una mierda de vida!

Pero ya aprendimos algo. Si recuperamos tierras o casas abandonadas, recuperamos tiempo, recuperamos vida, recuperamos parte de lo que nos han robado y lo que intentarán robarnos. Y si encima nos organizamos y nos nucleamos con otras personas que están viviendo procesos similares, descubrimos una fuerza increible. La lucha duele, pero es necesaria y a demás da frutos... deliciosos frutos silvestres!

No permitamos que los ricos y los miedosos nos quiten los frutos que cocechamos. Si ya estamos habitando un espacio, no es necesario negociar un realojo. Los realojos son en beneficio de los ricos, nunca de los pobres. Los pobres les molestamos si habitamos en las zonas céntricas, les molestamos si habitamos en las zonas de chacras para ricos, les molestamos si decidimos tomar nuestras propias decisiones y no morir esperando un milagro burocrático.

Pero los pobres nos conocemos, tenemos ingenio, el ingenio de aquel que se la rebusca. Los pobres nos vamos encontrando y vamos tejiendo la complicidad de clase que nos quisieron robar con ese invento burgués de que ya no hay clases.

En Bella Unión, en Maldonado, en Montefideo hay gente resistiendo los embates del Estado y el Capital. Hay gente creando nuevas formas de ser en este mundo. Los medios buscan aislarlos y fragmentar la lucha. Pero la lucha es una sola.

Como cantan por Neptunia: Contra los grandes dueños de la propiedad. No a los desalojos. TIERRA Y LIBERTAD!

Tierra para quien la habita! Tierra pa quien la trabaja! Tierra para todxs!

Núcleo de Okupantes en Lucha