La libertad no puede ser a medias. A medias es la libertad tutelada, vigilada y enteramente determinada por el mercado, o sea, no es libertad. No queremos ser libres sólo de comprar y resignarnos, de decorar la cadena. La libertad, además, necesita de muchas cosas.
Ahora queremos hacer énfasis en la reciprocidad. Entre los oprimidos: la de la fuerza del contar con el otro, de la amistad, de la confianza, de la solidaridad usada para mejorar la vida en común. Con los opresores: la de darle algo de lo que nos han dado siempre, golpes. Que la violencia sea recíproca, que la policía reciba el desprecio que merecen por atacarnos, que reciban los palos que levantan. Que los dueños de los policías, las empresas y su Estado, reciban más aún de lo que nos han dado siempre. Que reciban algo de nosotros, que empiecen a recibir los golpes que demuestren que contaminar, controlar, explotar y violentar al mundo y a su gente se va a acabar.
Que la violencia del Estado empiece a tener reciprocidad: ¡defendámonos!
Que la violencia del Estado empiece a tener reciprocidad: ¡defendámonos!
También queremos hablar de la comprensión que es parte de la base del espíritu anárquico. Aprendamos a comprender a los otros, a darnos cuenta del valor de las cosas y las personas y no de su precio. Démonos cuenta de las miles de vidas que se pierden no sólo en las cárceles y demás lugares de encierro, démonos cuenta de tanta vida que se pierde en todas partes, en las colas de trámites estúpidos, en las idas al trabajo con diez mil personas que quisieran estar en cualquier otra parte, en las veredas al volver del estudiar para aplastar a otros o lograr no ser aplastados. Son muchos que caen en la resignación y la no vida atados a comprarse algo para sentirse vivos o ir a los shows del mercado para buscar alguna apagada emoción. Que no nos llegue la muerte y la vida no haya tenido sentido. No llevemos una vida digna de olvidarse completamente.
Compañeros: no creemos en un montón de esos relativismos de esclavo tan de moda. Una vida sin emoción y libertad es sólo una pantomima. Y la vida en el capital bajo la vigilancia del Estado es una pantomima de las más inmundas. Son los refractarios de todo poder, los inclaudicables, las columnas de hierro, los del sin partido, los que les arruinan la fiesta a los políticos y empresarios.
En estos años hemos perdido compañeros asesinados por los guardianes del poder…vy nunca nos hemos resignado. Nos han encerrado compañeros, nos han amenazado de muerte… y nunca nos hemos resignado. En estos años hemos tenido ataques de todos lados incluso desde los menos esperados, hemos escuchado a la prensa mentir o calumniarnos y hemos escuchado a gente cercana mentir u ocuparse en ensuciarnos… y ni así nos hemos resignado. Compas: no creemos, sabemos de las oportunidades que podemos crear entre todos, y eso nos impulsa sólo hacia adelante.
En un mundo donde resurgen los totalitarismos como el Estado Islámico o la nueva xenofobia europea, los anarquistas estamos en la primera fila, luchando en los diferentes procesos, quemando los centros de internación para inmigrantes o colaborando en la resistencia generando alternativas que confrontan al orden existente.
En un continente amenazado por diferentes megaproyectos salidos del plan IIRSA para acelerar y asegurar los negocios, los anarquistas nos plantamos firmes poniendo palos en la rueda del progreso de la devastación y apostando a la autoorganización de la lucha frontal.
En un territorio como éste en el que la policía se prepara para vigilar a toda la población mientras alimenta el cuco de la violencia narco, en donde el Estado se abre camino para profundizar su control sobre la tierra, el agua y todos los seres vivos, los anarquistas dejamos todo para hacerle frente al poder sn querer generar otro. Sabemos que un poder aunque se llamase del pueblo sólo sería una nueva dictadura de unos pocos individuos o grupos. Sabemos que el futuro se construye en este preciso momento con proyectos concretos, reales y que transformen las relaciones sociales. Con proyectos que cuestionen y minen toda posibilidad de una nueva jerarquía. Sabemos que no hay soluciones mágicas o perfectas pero que sin práctica todo sueño tiende a desaparecer. Preferimos equivocarnos mil veces hoy, haciendo, peleando que perpetuar este sistema donde unos tiemblan y compran, mientras otros hacen temblar y venden…
Por la libertad total llevada a los proyectos concretos, queremos todo, no negociamos nada.
¡Viva la insurrección, viva la anarquía!
En un continente amenazado por diferentes megaproyectos salidos del plan IIRSA para acelerar y asegurar los negocios, los anarquistas nos plantamos firmes poniendo palos en la rueda del progreso de la devastación y apostando a la autoorganización de la lucha frontal.
En un territorio como éste en el que la policía se prepara para vigilar a toda la población mientras alimenta el cuco de la violencia narco, en donde el Estado se abre camino para profundizar su control sobre la tierra, el agua y todos los seres vivos, los anarquistas dejamos todo para hacerle frente al poder sn querer generar otro. Sabemos que un poder aunque se llamase del pueblo sólo sería una nueva dictadura de unos pocos individuos o grupos. Sabemos que el futuro se construye en este preciso momento con proyectos concretos, reales y que transformen las relaciones sociales. Con proyectos que cuestionen y minen toda posibilidad de una nueva jerarquía. Sabemos que no hay soluciones mágicas o perfectas pero que sin práctica todo sueño tiende a desaparecer. Preferimos equivocarnos mil veces hoy, haciendo, peleando que perpetuar este sistema donde unos tiemblan y compran, mientras otros hacen temblar y venden…
Por la libertad total llevada a los proyectos concretos, queremos todo, no negociamos nada.
¡Viva la insurrección, viva la anarquía!
Anarquistas-Cordón