jueves, 27 de junio de 2013

La estafa permitida de la obsolescencia programada

DESDE TURANIANA
mayo de 2013

La obsolescencia programada lleva entre nosotros casi un siglo, motivo por el cual la mayoría de consumidores no es consciente de la estafa de las empresas hacía los usuarios de sus productos. Se ve como algo normal, incluso positivo, el tener que cambiar un producto pasado un cierto tiempo desde su adquisición, es como "renovarse", "estar más al día", "estar a la última"... En realidad las empresas programan la vida útil de sus productos para que su duración sea limitada y tengamos que comprar otra vez el mismo producto y así mantener un consumo innecesario que evidentemente sólo beneficia a las empresas y al que nosotros mismos le hacemos el juego, quien no ha ido a comprar un cartucho de tinta para una impresora y al final ha comprado una impresora nueva porque sale más económica que la tinta, o quien no ha oído aquello de "eso sale mejor comprar uno nuevo que arreglarlo".
Hoy las empresas invierten en hacer que las cosas duren menos, que se estropeen, esa es la estrategia que ha hecho que de nuestras ciudades desaparezcan pequeños talleres de reparaciones de electrodomésticos, modistos, zapateros remendones, mercerías, etc. lo roto se tira y se adquiere uno nuevo, ésta es la filosofía que impera, cuando está demostrado que el 40 ó 50% de los casos, los productos se sustituyen cuando están todavía en buen uso, o son reparables.
El objetivo de que las empresas apliquen la obsolescencia programada no es otro que el lucro inmediato, sin importarles el respeto al cliente (del que viven), al ser humano y al medio ambiente. Realmente esto es una estafa a la que hay que poner fin, para acabar con la filosofía mercantilista el usar y tirar y tener acceso a productos fiables, reparables y duraderos. Está claro que los recursos no crecen del mismo modo que los consumimos ¿qué haremos cuando no dispongamos de ellos? y ¿los residuos, que no paran de aumentar, los seguiremos guardando bajo la alfombra ? (entiéndase Africa), ya que nos engañan para aumentar el consumo y los residuos van a los países más pobres, somos sólo pobladores de este mundo y no tenemos derecho de corso para aniquilar y devastar, es necesario cambiar nuestra percepción y mentalidad.
Apple fabricaba los iPods con una batería no recambiable y que moría a los 18 meses, frigoríficos que se paran, bombillas con las horas contadas, impresoras que dejan de imprimir, etc. todo un catálogo de productos de uso cotidiano programado para su muerte temprana ¿y si alguien se resiste?, porque hay empresas que no lo aplican, como bombillas que duran toda la vida, o medias para mujer que no tienen carreras, resulta que sufren unas amenazas intolerables y a todo esto los poderes públicos ¿qué hacen al respecto?, la respuesta es nada o casi nada, sólo el ejecutivo francés ha tomado alguna iniciativa que comprenden penas de prisión o multas de hasta 37.500 €, lo que seguro da mucha risa a los fabricantes, a mí al menos me la da. En España la estafa sale gratis.
Al hilo de escribir este post, me viene a la cabeza una pregunta menos mercantilista y más filosófica ¿y los humanos?, ¿acaso estamos programados mediante técnicas de obsolescencia programada? Ahí queda la cosa.
Artículo de Juan Merkader en:  Desde Turaniana