José Ingenieros de su libro: "El Hombre Mediocre"Cada cierto tiempo el equilibrio social se rompe a favor de la mediocridad
El ambiente se torna refractario a todo afán de perfección, los ideales se debilitan y la dignidad se ausenta; los hombres acomodaticios tienen su primavera florida
Los gobernantes no crean ese estado de cosas; LO REPRESENTAN
El mediocre ignora el justo medio, nunca hace un juicio sobre si, desconoce la autocrítica, está condenado a permanecer en su módico refugio
EL MEDIOCRE RECHAZA EL DIÁLOGO, no se atreve a confrontar con el que piensa distinto. Es fundamentalmente inseguro y BUSCA EXCUSAS QUE SIEMPRE SE APOYAN EN LA DESCALIFICACIÓN DEL OTRO
Carece de coraje para expresar o debatir públicamente sus ideas, propósitos y proyectos. Se comunica mediante el monologo y el aplauso.
Esta actitud lo encierra en la convicción de que él posee la verdad, la luz, y su adversario el error, la oscuridad
Los que piensan y actúan así integran una comunidad enferma y más grave aún, la Dirigen, o Pretenden Hacerlo
El mediocre no logra liberarse de su resentimiento, viejísimo problema que siempre desnaturaliza a la Justicia
No soporta las formas, las confunde con formalidades, por lo cual desconoce la cortesía, que es una forma de respeto por los demás
Se siente libre de culpa y serena su conciencia si disposiciones legales lo liberan de las sanciones por las faltas que cometió
LA IMPUNIDAD LO TRANQUILIZA
Siempre hay mediocres, son perennes. Lo que varía es su prestigio y su influencia
Cuando se reemplaza lo cualitativo por lo conveniente, el rebelde es igual al lacayo, porque los valores se acomodan a las circunstancias
HAY MÁS PRESENCIAS PERSONALES QUE PROYECTOS
La declinación de la “educación” y su confusión con “enseñanza” permiten una sociedad sin ideales y sin cultura, lo que facilita la existencia de políticos ignorantes y rapaces.
El mediocre ignora el justo medio, nunca hace un juicio sobre si, desconoce la autocrítica, está condenado a permanecer en su módico refugio
EL MEDIOCRE RECHAZA EL DIÁLOGO, no se atreve a confrontar con el que piensa distinto. Es fundamentalmente inseguro y BUSCA EXCUSAS QUE SIEMPRE SE APOYAN EN LA DESCALIFICACIÓN DEL OTRO
Carece de coraje para expresar o debatir públicamente sus ideas, propósitos y proyectos. Se comunica mediante el monologo y el aplauso.
Esta actitud lo encierra en la convicción de que él posee la verdad, la luz, y su adversario el error, la oscuridad
Los que piensan y actúan así integran una comunidad enferma y más grave aún, la Dirigen, o Pretenden Hacerlo
El mediocre no logra liberarse de su resentimiento, viejísimo problema que siempre desnaturaliza a la Justicia
No soporta las formas, las confunde con formalidades, por lo cual desconoce la cortesía, que es una forma de respeto por los demás
Se siente libre de culpa y serena su conciencia si disposiciones legales lo liberan de las sanciones por las faltas que cometió
LA IMPUNIDAD LO TRANQUILIZA
Siempre hay mediocres, son perennes. Lo que varía es su prestigio y su influencia
Cuando se reemplaza lo cualitativo por lo conveniente, el rebelde es igual al lacayo, porque los valores se acomodan a las circunstancias
HAY MÁS PRESENCIAS PERSONALES QUE PROYECTOS
La declinación de la “educación” y su confusión con “enseñanza” permiten una sociedad sin ideales y sin cultura, lo que facilita la existencia de políticos ignorantes y rapaces.
José Ingenieros:
Su verdadero nombre era Giuseppe Ingegneri. Nació en Italia en 1877. Vino con sus padres de muy pequeño a la Argentina.
Estudió en el Nacional Buenos Aires. Luego se recibió de Médico. Fue escritor, filósofo y sociólogo. Participó en política. Falleció en Buenos Aires a los 49 años, en 1925
Su verdadero nombre era Giuseppe Ingegneri. Nació en Italia en 1877. Vino con sus padres de muy pequeño a la Argentina.
Estudió en el Nacional Buenos Aires. Luego se recibió de Médico. Fue escritor, filósofo y sociólogo. Participó en política. Falleció en Buenos Aires a los 49 años, en 1925