Decir que aparecen cada cinco años no es un cliché. Las elecciones municipales se acercan y los políticos anuncian en sus programas un tema en común. Todos hablan acerca de un problema que nunca antes les había interesado: el zoológico Villa Dolores.
¿Pero qué es lo que ha cambiado en los últimos tiempos para que repentinamente todos se interesen en modificar o cerrar el zoológico y cuáles son los intereses que los motivan? La respuesta es clara: la lucha que se está llevando adelante y la cantidad de gente que entiende que el zoológico Villa Dolores tiene que cerrar inmediatamente. No es ninguna casualidad que durante años no hayan mencionado el tema y ahora que nos encontramos en medio de una campaña para cerrarlo y además se vienen las elecciones municipales todos tengan algo para decir al respecto.
Dentro del espectro de oportunistas que aprovechan la situación para obtener beneficios (votos) los hay de todo tipo, desde los que plantean que el Villa Dolores tiene que ser cerrado hasta los que dicen que no se debería mantener el actual modelo de zoológico y proponen más o menos lo mismo que la intendencia está llevando adelante, una cárcel de animales autóctonos.
Mientras estos personajes desesperados por votos recorren toda la prensa llenándose la boca con lo que harían o no harían con el zoológico en sus manos, nosotros recorremos las calles en cada marcha con nuestras pancartas y con nuestros cartéles con los puños en alto y decididos a frenar el encierro. Mientras ellos salen a repetir sus consignas vacías en sus discursos nosotros ponemos el tema en discusión con la información distribuyéndose en plazas y ferias. Mientras ellos llenan la ciudad de carteles y murales con un nombre y un número que no dicen nada nosotros marcamos la presencia de la lucha con pintadas y actividades.
El motor de esta campaña es la libertad, libertad que no sale de ninguna urna, sino que de nuestras acciones, de las que llevamos adelante día a día, individualmente o colectivamente junto a los que participamos de la lucha. No los que hablan de ella para obtener algo a cambio, no de los que se pelean por el poder.
Nadie los llama, pero siempre aparecen. Igual que la trayectoria de un cometa visto desde el planeta Tierra, este fenómeno se repite con exactitud matemática, en este caso cada cinco años, espacio en el que los políticos se agarran de donde sea para conseguir algunos votos, ahora es la lucha por el cierre del zoológico, antes fue la lucha contra la megaminera Aratirí y si seguimos para atrás no terminamos nunca.
Mientras el reformista de Álvaro Garcé se hace un poco de propaganda con su ambicioso plan de hacerle un par de modificaciones al zoológico y mientras los oportunistas de Virginia Cardozo, Edgardo Novick y Daniel Martínez intentan sumar algunos votos con el cuento de que van a cerrar el zoológico, la lucha no se detiene ni un sólo segundo.
Un cometa pasa y sigue de largo y eso es todo lo que hay que esperar de las elecciones municipales, a que pasen, ya que nada tienen que ver con la lucha.
Ni con los reformistas, ni con los oportunistas.Dentro del espectro de oportunistas que aprovechan la situación para obtener beneficios (votos) los hay de todo tipo, desde los que plantean que el Villa Dolores tiene que ser cerrado hasta los que dicen que no se debería mantener el actual modelo de zoológico y proponen más o menos lo mismo que la intendencia está llevando adelante, una cárcel de animales autóctonos.
Mientras estos personajes desesperados por votos recorren toda la prensa llenándose la boca con lo que harían o no harían con el zoológico en sus manos, nosotros recorremos las calles en cada marcha con nuestras pancartas y con nuestros cartéles con los puños en alto y decididos a frenar el encierro. Mientras ellos salen a repetir sus consignas vacías en sus discursos nosotros ponemos el tema en discusión con la información distribuyéndose en plazas y ferias. Mientras ellos llenan la ciudad de carteles y murales con un nombre y un número que no dicen nada nosotros marcamos la presencia de la lucha con pintadas y actividades.
El motor de esta campaña es la libertad, libertad que no sale de ninguna urna, sino que de nuestras acciones, de las que llevamos adelante día a día, individualmente o colectivamente junto a los que participamos de la lucha. No los que hablan de ella para obtener algo a cambio, no de los que se pelean por el poder.
Nadie los llama, pero siempre aparecen. Igual que la trayectoria de un cometa visto desde el planeta Tierra, este fenómeno se repite con exactitud matemática, en este caso cada cinco años, espacio en el que los políticos se agarran de donde sea para conseguir algunos votos, ahora es la lucha por el cierre del zoológico, antes fue la lucha contra la megaminera Aratirí y si seguimos para atrás no terminamos nunca.
Mientras el reformista de Álvaro Garcé se hace un poco de propaganda con su ambicioso plan de hacerle un par de modificaciones al zoológico y mientras los oportunistas de Virginia Cardozo, Edgardo Novick y Daniel Martínez intentan sumar algunos votos con el cuento de que van a cerrar el zoológico, la lucha no se detiene ni un sólo segundo.
Un cometa pasa y sigue de largo y eso es todo lo que hay que esperar de las elecciones municipales, a que pasen, ya que nada tienen que ver con la lucha.
La lucha se define en la calle, no en las urnas.
¡Las reformas no nos pararán, al Villa Dolores lo vamos a cerrar!
Coordinación por el cierre del zoológico Villa Dolores.
Montevideo, Marzo del 2015.
Montevideo, Marzo del 2015.