viernes, 2 de enero de 2015

Tabaré Vázquez, Eleuterio Fernández Huidobro y los militares cuidados


Luis E. Sabini Fernández

Tengo la impresión que una estrategia vazquiana está corriendo el riesgo de capotar. Vázquez se apresuró a nombrar a “los insustituibles” como Eleuterio Fernández Huidobro ?a quien los militares “adoran” según confesión del mismo  EFH?  y a Danilo Astori, el que fuera homenajeado por elFinancial Times como el mejor ministro de Economía del mundo  ? ante lo cual uno no sabe si la estulticia proviene de pretender llamar “economía” lo que atienden los ministros de ese nombre en el mercado-mundo-casino,  o considerar un premio y no una piedra al cuello el juicio del FT?…
Pero  la política de ’coincidencias entre campechanos’ que caracteriza la relación de EFH con militares implicados en tantos atropellos y violaciones contra la población durante la dictadura y el terror de mediados de los ’70 ha excedido los márgenes del “pensamiento correcto”  y surgen más y más voces, incluso del FAEPNM, repudiando tales excesos.
Al punto que, desde el mismo FAEPNM surge la “movida” para desplazar al ministro que fuera precisamente colocado para congeniar tímidas reivindicaciones e impunidad.
Con lo cual, ahora cabe preguntarse si EFH llegará a ocupar la cartera ministerial el tiempo suficiente para darle salida de las cárceles a los “viejitos” que han despertado la piedad mujiquiana.
Debemos entender a EFH. Si el MLN de los ‘70 hubiese logrado sus objetivos, tendríamos llenas las cárceles de gente con delitos económicos, claro, pero también con delitos ideológicos y hasta ecológicos y de toda índole. Los tupamaros querían encarnar un nuevo mundo, algo comprensible a la vista de la inmundicia y las atrocidades del vigente, pero estaban muy lejos del pluralismo y la tolerancia. “Vanguardia hay una sola, los demás son rompebolas…”
Recordemos el solo ejemplo del sereno de Nybroplast que les arruinara a medias un copamiento, en abril de 1970 y fue “ajusticiado” por haber botoneado a la policía. En rigor, el sereno cumplió con su deber, con habilidad (porque se escabulló en pleno copamiento) e hizo lo que su función le reclamaba. Claro que no era ni tupa ni socialista, ni crítico del capitalismo… pero ¿qué le quedaba entonces? Obedecer.
¿Se podría suponer que EFH y tantos como él tienen cierta coherencia al no condenar acciones que muy bien podrían haber sido propias? Cuesta creer que tal lógica es propia del ejercicio del poder (pero tal vez valga la pena recordar que Ernesto Cardenal denunció  públicamente “la tortura revolucionaria” en Cuba ?a principios de los ‘60?  y que Fidel, sensata y lúcidamente esa vez, mandó  a parar  ?se dijo entonces?  a su  hermano Raúl)
Estamos en un muy mal momento político-ideológico. El FAEPNM proclama su condición de izquierda (el corazón, etcétera) y practica la entrega del país, las tierras, las aguas,  a las transnacionales, como ya muy claramente lo han explicado tantos.
Abusa  y escarnece la consigna demagógica de Jorge Batlle, “Uruguay país natural” en lugar de aplicarla cada vez más perentoriamente, como realmente necesitamos para no terminar con una contaminación generalizada.  Introduce una perversión semántica como la soviética cuando se autoerigía como izquierda mundial arrasando con la sociedad, la democracia, la oposición…
Tomando como ejemplo la meneada ley de caducidad de la pretensión punitiva (por la denominación no nos vamos a quedar, ¿no?), en 2009, cuando se la pone otra vez  a consideración de los ciudadanos, hemos tenido que tragar a diversos “referentes” hablando de que los que querían mantener tal caducidad constituían porcentaje mayoritario y consiguientemente habían “ganado”.
Una flagrante mentira
. Eduardo Muguruza, (Salto, 2009) ante el plebiscito tan finamente manipulado, llega a hablar, aun estando en contra, de un feérico “52%”.
Humboldt, publicación del Goethe Institute (2012) afirma muy sueltos de espíritu: “[…] elecciones nacionales [2009] que confirman a un ex tupamaro (guerrillero) y prisionero político como presidente y segundo gobernante de izquierda –José “Pepe” Mujica–. También hubo un segundo plebiscito que obtuvo un 52 %  de apoyo a la ley –si bien sondeos de opinión pública aseguraban que la mayoría de la población estaba en contra de la misma.”
También parlamentarios y militantes del FAEPNM se refieren al 52% que no existió.  Con viveza, la Corte Electoral se negó entonces a poner la boleta correspondiente y todo quedó centrado en una única boleta, la del NO, que consiguió un 48% de los votos. Pellizcando el triunfo. Si se hubiesen puesto ambas boletas, más votantes, sin duda, habrían respondido y estimo que muy pocos habrían votado por la caducidad. Se podrá argüir que ni siquiera así el NO podría haber alcanzado el 50% (legalmente necesario).
Pero hay que considerar que  el referendo contrabandeado junto con las elecciones de representantes o no representantes políticos, le quitó centralidad a la cuestión ?que es sin embargo central?. Con una instancia exclusiva, que el FAEPNM quería evitar, otro gallo habría cantado.
Por eso, resultan poco creíbles los arrebatos democratistas de algunos hoy que invocan que lo plebiscitario está por encima de las resoluciones parlamentarias.
Claro que tal criterio es correcto, pero a la vista de la “omisión” de la boleta del SÍ en 2009 y de la subalternidad del referendo adosado a “lo importante”,  estrategias ambas del gobierno frentista y del Viejo Viz… presidente Mujica, uno se hace más suspicaz:
¿cómo se entiende que  emepepeístas que en los ’60 ponían el acento en el quehacer de “la vanguardia”, muy por encima de la calidad política de mayorías, ahora invoquen el plebiscito truchado de 2009 como referencia ineludible a “la voluntad popular”?
LSabini