Crónicas de Luna
Un año se termina, con muchas ¡penas y ninguna gloria!, solo esos puñados de gente a quienes no les han doblegado la dignidad; los luchadores sociales de todo pelo y color.
Nunca el país había sufrido tal avasallamiento de sus recursos, sus libertades, los DDHH; sí, mismo si algunos dirán que hubo peor.
No se trata de medir lo más o menos malo si no lo que podría haber sido y no fue, por la traición a principios e ideales incluyendo la ética.
Hoy al finalizar el año no estamos contentos de nada y aun menos con la locura consumista que desatan las “fiestas”, tan desprovistas de sentido por otra parte.
Claro que no somos unos amargados, que también nos gusta festejar de corazón con amigos y compañeros alguna cosa potente y merecedora de la celebración.
Por ello es que saludamos en este fin de año a todos los que salieron a la calle al menos una vez a defender la tierra, contra la impunidad y por derechos. También a aquellos que no pusieron los pies en la calle aún pero que están ocupados en otras construcciones colectivas, huertas, proyectos culturales autónomos, comunidades; ; porque pensamos que es la base misma sin la cuál las movilizaciones terminan en un punto muerto. En esto nos referimos al hecho de que ya no alcanza con las reivindicaciones, se hace necesario dar pasos concretos en la construcción de otros mundos.
Saludamos igualmente a todos aquellos que han perdido hijos en manos de la policía, en los barrios pobres de Montevideo, a los activistas procesados, a los torturados y amenazados por los cuerpos represivos. A todos y todas vayan nuestros mejores deseos para el año 2014, deseos de ser más, deseos de rebeldía digna, deseos de construcciones alternativas autónomas. Eso sí, deberemos estar juntos para golpear fuerte, sentir que vivimos porque resistimos activamente a la gran empresa de la muerte montada por las grandes corporaciones económicas y los políticos cómplices.
La tristeza y la decepción no son buena compañía; debemos dejarla atrás para abrir paso al despliegue de rebeliones alegres, que como el viento despejan y renuevan el aire. Nos hacen sentir vitales.
Mientras las burbujitas danzan, mientras el niño Jesús es un “desaparecido” de los decorados navideños habiendo sido remplazado por el mundo de Disney, mientras crujen las brasas de los parrilleros ; se preparan a espaldas de la gente los operativos más avasallantes y oprobiosos para nuestro territorio: Aratiri, el puerto de aguas profundas, la regasificadora; es decir ¡¡¡todo!!!, mientras el calor nos lleva a las playas, ellos conspiran , saquean y los drones ya sobrevuelan la Ciudad Vieja de Montevideo.
La campaña de los de abajo ya camina, por otros senderos a veces puede hacerse visible, deberá hacerse visible; en otras su potencia será el silencio de los que saben tejer la trama de la resistencia al abrigo de la video vigilancia pero al calor de las comunidades.
Salú y que el año próximo nos encuentre fuertes, creativos e insumisos
Luna
18 12 2013