viernes, 14 de diciembre de 2012

Juntos; bien juntitos , blancos, colorados y frentistas entregando nuestro territorio

En el día de ayer 11 de diciembre de 2012 en el senado se aprobó el proyecto de construcción del puerto de aguas profundas en Rocha.
Esto equivale  a haber firmado el certificado de defunción de lo que fue un país llamado Uruguay.
Convengamos que nada hubiera hecho cambiar una decisión tomada desde hace ya tiempo,  en  la que ninguna de las fuerzas políticas del país parece importarle ni la suerte de nuestro territorio, ni el eventual costo político de tamaña decisión.
Ninguna manifestación por grande que haya sido los hubiera hecho  cambiar el rumbo.
Ellos cuentan con el inmovilismo de un pueblo que fue lentamente preparado para la sumisión y el silencio.
La ignorancia es la madre de todas las desgracias  y aquí es donde estamos parados  hoy, en una tierra camino a la devastación.
No podemos decir   “es increíble” no, la verdad que no; esto es un modelo impuesto con la complicidad de toda la clase política y de los grandes medios de comunicación.
La gente, el pueblo apenas está despertando entre cansado, incrédulo y deprimido, se encuentra en estado de shock o sumido en profundas depresiones.
Ya nadie cree que se puedan cambiar las cosas con las reglas del sistema establecido es decir, ni vía el parlamento, ni juntando firmas ni nada que se le  parezca.
Esto está avalado por todas las anteriores tentativas  de cambios por dichas vías; es más esto demuestra  que sin  resistencia  debidamente organizada no se llega a ninguna parte.
Pero a pesar de todo quebramos una lanza por el esfuerzo de las organizaciones sociales y de las  personas  que han puesto en marcha de alguna manera su digna rabia frente a tanta claudicación.
 Por sobre todas las cosas  decimos, la lucha sigue y seguirá  porque de ella dependen nuestras vidas y las vidas futuras.
Hay  momentos en que sobran las palabras escritas o pronunciadas, las buenas intenciones o las promesas  en un futuro mejor y  lejano.
 No hay tiempo sencillamente no ¡la contaminación avanza a pasos de gigante, la devastación de nuestro suelo  compromete  seriamente nuestra soberanía alimentaría también.
 Lo que tenemos  por delante como perspectiva de desarrollo, son las cárceles, los shopings, los barrios privados y un montón de pobres asistidos con programas de ayudas  desde el estado.
Todo ello ha ido socavando nuestra cultura y ciertos valores, es decir nos han ido desapareciendo como pueblo.
Nos han colonizado  al punto de que ahora el temor es perder el caos reinante porque no sabríamos que hacer de nuestras vidas, en una relación armónica con la naturaleza.
Pues que más agregar ¿    Solamente decir que habrá que hacer de tripas corazón y  recuperar la alegría para  poder desplegar toda  la potencia  de la rebeldía.

Luna
11 12 2012