En el día de ayer 11 de diciembre de 2012 en el senado se aprobó
el proyecto de construcción del puerto de aguas profundas en Rocha.
Esto equivale a haber firmado el certificado de defunción de lo que fue un país llamado Uruguay.
Convengamos que nada hubiera hecho cambiar una decisión tomada
desde hace ya tiempo, en la que ninguna de las fuerzas políticas del
país parece importarle ni la suerte de nuestro territorio, ni el
eventual costo político de tamaña decisión.
Ninguna manifestación por grande que haya sido los hubiera hecho cambiar el rumbo.
Ellos cuentan con el inmovilismo de un pueblo que fue lentamente preparado para la sumisión y el silencio.
La ignorancia es la madre de todas las desgracias y aquí es donde
estamos parados hoy, en una tierra camino a la devastación.
No podemos decir “es increíble” no, la verdad que no; esto es un
modelo impuesto con la complicidad de toda la clase política y de los
grandes medios de comunicación.
La gente, el pueblo apenas está despertando entre cansado,
incrédulo y deprimido, se encuentra en estado de shock o sumido en
profundas depresiones.
Ya nadie cree que se puedan cambiar las cosas con las reglas del
sistema establecido es decir, ni vía el parlamento, ni juntando firmas
ni nada que se le parezca.
Esto está avalado por todas las anteriores tentativas de cambios
por dichas vías; es más esto demuestra que sin resistencia
debidamente organizada no se llega a ninguna parte.
Pero a pesar de todo quebramos una lanza por el esfuerzo de las
organizaciones sociales y de las personas que han puesto en marcha de
alguna manera su digna rabia frente a tanta claudicación.
Por sobre todas las cosas decimos, la lucha sigue y seguirá porque de ella dependen nuestras vidas y las vidas futuras.
Hay momentos en que sobran las palabras escritas o pronunciadas,
las buenas intenciones o las promesas en un futuro mejor y lejano.
No hay tiempo sencillamente no ¡la contaminación avanza a pasos de
gigante, la devastación de nuestro suelo compromete seriamente
nuestra soberanía alimentaría también.
Lo que tenemos por delante como perspectiva de desarrollo, son
las cárceles, los shopings, los barrios privados y un montón de pobres
asistidos con programas de ayudas desde el estado.
Todo ello ha ido socavando nuestra cultura y ciertos valores, es decir nos han ido desapareciendo como pueblo.
Nos han colonizado al punto de que ahora el temor es perder el
caos reinante porque no sabríamos que hacer de nuestras vidas, en una
relación armónica con la naturaleza.
Pues que más agregar ¿ Solamente decir que habrá que hacer de
tripas corazón y recuperar la alegría para poder desplegar toda la
potencia de la rebeldía.
Luna
11 12 2012