En un tiempo la palabra tenía un valor, era compromiso, tenía mucho que ver con una cierta ética dentro de las relaciones humanas.
Hoy día nuestras sociedades han entrado en un franco proceso de descomposición y ello ha trastornado completamente la escala de valores dentro de las distintas clases sociales. El actual sistema capitalista en su etapa más agresiva conlleva esta descomposición de los valores y contamina por así decirlo a todo el conjunto de la sociedad.
Nos podemos preguntar de qué valores hablamos y también podemos responder que los mismos dependen de que sector social emanan. Lo cierto es que el modelo capitalista actual, es el modelo imperante y el mismo para todos los individuos que componen una sociedad, salvo excepciones más que minoritarias.
Las organizaciones políticas y sociales no escapan a este proceso y ya no se habla casi de temas que en otros tiempos eran por ej. la moral revolucionaria o lo que hoy preferimos nombrar como valores éticos que regulan las relaciones entre las personas. Siempre nos encontraremos a la base con el viejo tema de lo que es el bien y con lo que es el mal. Esto mismo está impregnado de los intereses específicos de clase, entonces no podemos hablar de valores universales si no de valores según las distintas clases sociales, etnias o religiones. Pero resulta preocupante el darnos cuenta hasta que punto todos estamos impregnados del modo de funcionar del sistema capitalista y de cómo se filtran de sus no valores muchas veces adentro mismo de las organizaciones sociales.
Volvemos a rememorar que en otros tiempos por ej. se decía que nunca las prácticas revolucionarias debían igualarnos al enemigo y esto es lo que hacia la diferencia entre un revolucionario y quienes estaban del otro lado. Es por estos caminos de la reflexión que recordamos como muchos hacían suyos la máxima de que los fines justifican los medios. Así es que muchas organizaciones revolucionarias se perdieron en un laberinto de conductas dictatoriales que nada tenían que ver con los nobles propósitos de sus luchas. Esto tuvo un alto precio y fue el aislamiento casi total con los sectores sociales a los cuales se pretendía representar y/o por quienes se luchaba.
Pero ya que estamos retomando viejos y eternos cuestionamientos, también era cuestión el cómo se resolvían los conflictos o diferencias en el seno del pueblo o de las organizaciones sociales y o políticas. Aquí también se vuelve a plantear si se quiere un tema de ética, que resta a construir y que sería algo así como una guía o referencia para distinguir a un compañero u organización hermana del enemigo o de la fuerza que domina al conjunto de una sociedad.
Hasta aquí llegamos hoy en lo que es apenas una preocupación o una reflexión que queremos compartir e invitar a pensarla dado que los tiempos que corren no son fáciles y que debemos empezar desde nosotros mismo y desde las organizaciones sociales a conversar y elaborar pensamiento ante tan delicado tema, crucial a la vez para saber qué tipo de ética queremos elaborar como referencia.
Hemos encontrado este trabajo que recomendamos leer como para empezar.
Luna 11 09 2012