Si nuestras palabras no encuentran su correlato en nuestras
acciones, este periódico no vale nada. Si en nuestro constante intentar
no llevamos a cabo las pasiones, arrebatos así como los razonamientos
hechos carne de lo que vamos pensando y escribiendo somos parte del
mundo que atacamos. El mundo de la separación cada vez más grosera entre
la vida y la ficción.
En lo que hemos hecho y hacemos diariamente sabemos que lo intentamos. Cuando la palabra pierde sentido, cuando se empieza a ir por un lado opuesto a lo que uno va diciendo es cuando la mentalidad política reaparece.
Por nuestro lado en este sentido, podemos decir que nuestros intentos de hacer-decir nos han llevado, en los últimos tiempos por ejemplo, a ampliar nuestra tirada. Si el último número había duplicado la cantidad de páginas, éste nuevo duplicó la cantidad de ejemplares. Todo este pequeño crecimiento es debido tanto a razones internas como externas a los/as que hacemos el periódico. Al contacto con más gente que ve que el contenido del mismo es llevado a la práctica. También al crecimiento de la crítica antiautoritaria y anárquica al mundo de la explotación que se está abriendo paso. Por si fuera poco, el contacto con más compas del interior estos últimos tiempos nos ha permitido y exigido también el crecimiento.
Seguimos martillando y haciéndonos fuertes al ver los principios en las personas a nuestro alrededor. Vemos la solidaridad hacerse efectiva en un compañero o en un amigo. Vemos el mutuo apoyo en varios vecinos ayudando en la reparación de una casa o en un problema cualquiera a otros que lo necesitan. Vemos la caída de algún prejuicio en alguien que se adentra a intentar comprender un poco más de qué está hablando otro que a la vez ha dejado de lado la prepotencia para dejarse entender. Además vemos la coherencia, la firme voluntad de buscar el cambio en muchas y muchos que con fiereza continúan la labor de criticar y atacar al Poder.
A veces se hace difícil poder explicar a las personas la confianza que tenemos en la posibilidad de cambio ya que esta proviene de nuestro alrededor, es ahí en donde se fortalecen nuestras ideas y esperanzas. Las ideas anarquistas son ideas-fuerza, se nutren o caen en la anemia más atroz si no son alimentadas de práctica. Lejos, muy lejos se está, claro, de cualquier perfección pero es la pelea la que templa y nutre nuestras convicciones. En esta realidad es sólo en la tormenta en donde encontramos paz.
En lo que hemos hecho y hacemos diariamente sabemos que lo intentamos. Cuando la palabra pierde sentido, cuando se empieza a ir por un lado opuesto a lo que uno va diciendo es cuando la mentalidad política reaparece.
Por nuestro lado en este sentido, podemos decir que nuestros intentos de hacer-decir nos han llevado, en los últimos tiempos por ejemplo, a ampliar nuestra tirada. Si el último número había duplicado la cantidad de páginas, éste nuevo duplicó la cantidad de ejemplares. Todo este pequeño crecimiento es debido tanto a razones internas como externas a los/as que hacemos el periódico. Al contacto con más gente que ve que el contenido del mismo es llevado a la práctica. También al crecimiento de la crítica antiautoritaria y anárquica al mundo de la explotación que se está abriendo paso. Por si fuera poco, el contacto con más compas del interior estos últimos tiempos nos ha permitido y exigido también el crecimiento.
Seguimos martillando y haciéndonos fuertes al ver los principios en las personas a nuestro alrededor. Vemos la solidaridad hacerse efectiva en un compañero o en un amigo. Vemos el mutuo apoyo en varios vecinos ayudando en la reparación de una casa o en un problema cualquiera a otros que lo necesitan. Vemos la caída de algún prejuicio en alguien que se adentra a intentar comprender un poco más de qué está hablando otro que a la vez ha dejado de lado la prepotencia para dejarse entender. Además vemos la coherencia, la firme voluntad de buscar el cambio en muchas y muchos que con fiereza continúan la labor de criticar y atacar al Poder.
A veces se hace difícil poder explicar a las personas la confianza que tenemos en la posibilidad de cambio ya que esta proviene de nuestro alrededor, es ahí en donde se fortalecen nuestras ideas y esperanzas. Las ideas anarquistas son ideas-fuerza, se nutren o caen en la anemia más atroz si no son alimentadas de práctica. Lejos, muy lejos se está, claro, de cualquier perfección pero es la pelea la que templa y nutre nuestras convicciones. En esta realidad es sólo en la tormenta en donde encontramos paz.
En estas páginas quisimos poner más intento, más voluntad y más sueños salidos de nuestros propios esfuerzos por transformar la realidad. Una vez más, más allá de alcahuetes, patrones y policías de todo tipo, queremos que se abra paso la libertad a inundarlo todo.