AQUELLAS CIRCUNSTANCIAS HISTÓRICAS…
En ese junio de 1973 caía el telón de una embestida contra la resistencia de los trabajadores, que se oponían a la política liberticida y de súper explotación que el imperialismo buscaba implantar en la región.
Desde el golpe en Brasil en el ’64, quedaba claro que para implantar un nuevo patrón de acumulación capitalista, el sistema no iba a dudar en barrer su propia legalidad para aplicar sus planes a sangre y fuego. En 1969, quizás la mejor coyuntura para que nuestra clase pasara a la ofensiva, no había condiciones para un golpe de estado, pero el peso de las corrientes conciliadoras abortó la posibilidad de una salida obrera y popular a la crisis que se avecinaba.
Finalmente en 1973, ya derrotada la mayor parte de la guerrilla y ya canalizada buena parte de la lucha popular hacia lo institucional a través del Frente Amplio; las condiciones para el golpe estuvieron maduras y la dictadura cívico – militar se instauró.
Con las primeras horas del alba del 27 de junio, conocida ya la noticia de que los milicos habían disuelto el parlamento, los trabajadores ocuparon los lugares de trabajo, ejecutando una resolución tomada 10 años atrás y ratificada Congreso tras Congreso.
Ni los trabajadores de la industria, los servicios o el campo, ni los habitantes de las barriadas populares de Montevideo y las principales ciudades del interior que rodeaban a los huelguistas, esperaron la orden de la burocrática dirección de la CNT. Orden que, por otra parte, nunca llegó.
La dirección de la CNT reunida en el Sindicato del Vidrio, decretó un Paro de 24 horas cuando la ocupación de cientos de lugares ya era un hecho. Luego iría resolviendo paros encadenados, pero la Huelga estuvo siempre huérfana de apoyo real desde la cúpula sindical burocrática.
La “conducción” real de la Huelga estaba en la voluntad de decenas de miles de mujeres y hombres del Pueblo Trabajador que eran conscientes de su responsabilidad histórica como clase y de que eran los únicos que podían enfrentar con posibilidades los designios del imperialismo para el país y la región. Esa memoria histórica de los oprimidos, de definiciones anti sistémicas y de métodos de acción directa, que no pudo ser borrada por más de 40 años de sindicalismo estatal; reapareció en esas horas dramáticas y ejecutó la respuesta que la burocracia sindical quería evitar, dilatar o desnaturalizar.
Después…la Huelga duraría un tiempo inesperado para muchos, y estaría jalonada por demostraciones de resistencia, voluntad de avanzar y solidaridad de clase, que mostrarían las posibilidades y los límites de la acumulación alcanzada hasta entonces.
Lugares de trabajo ocupados y re ocupados hasta 20 veces, detenidos, heridos, destituidos, enfrentamiento con los milicos, producción bajo control obrero, y una red solidaria tejida en torno a los huelguistas por familiares y vecinos de los ocupantes; que mostró, no en la teoría sino en la arena de la lucha de clases real, el protagonismo de los trabajadores en un momento límite, donde el resto de los sectores de la sociedad o apoyaron el golpe, o la balconearon o se fueron al mazo
La cúpula de la CNT, que jamás preparó la Huelga y jamás quiso impulsar las medidas que la hicieran realmente efectiva para parar el golpe o empantanar a los dictadores; haría luego un balance triunfalista diciendo que “la dictadura nacía herida de muerte”.
Posteriormente, restaurada ya la democracia, el necesario balance sobre la Huelga nunca pudo hacerse, por la negativa de las corrientes conciliadoras que eran mayoría en el ’73 y lo seguían siendo a la salida de la dictadura. La tarea impostergable de sacar todas las conclusiones de esa gran lucha quedó trunca o quedó circunscripto a las posibilidades del sindicalismo clasista de impulsar ese debate y ese balance
…Y ESTE PRESENTE DE ATAQUES RENOVADOS DEL CAPITAL Y NUEVASRESISTENCIAS
Hoy, 43 años después, en una etapa histórica distinta y en una configuración del sistema capitalista también distinta; asistimos a una profundización de los mecanismos de control ideológico, de alienación cultural, de súper – explotación del trabajo humano y de tecnificación sin precedentes de los mecanismos represivos, con una lavada de cara de las FF.AA., para ocultar su función natural de defensa del orden capitalista.
En Uruguay se agota el ciclo del bloque social – liberal que gobierna desde hace 12 años, que ya cumplió su papel de limar las aristas más irritantes de la eterna brecha entre explotados y explotadores, y hoy sucumbe ante los límites naturales de cualquier variante capitalista, y con la cucarda adicional de haber además profundizado las desigualdades estructurales, como el volumen de la deuda externa, la extranjerización de la tierra y la penetración de la inversión multinacional en la economía del país. El nuevo año nos regaló un tarifazo en los servicios públicos, un nuevo ataque impositivo al trabajo y una continuidad del aumento inflacionario, la rebaja salarial y el recorte en gastos sociales que ya venía del año anterior.
El tendal de desocupados que arrancó hace un par de años con el cierre de ECOLAT, URUPANEL, PRESSUR, GREEN FROZEN, LIFAN y siguió este año con FRIPUR y otras unidades productivas; empuja los salarios hacia abajo al igual que la flexibilidad laboral que se mantiene y se profundiza, en el propio estado incluso.
El duro invierno que vivimos, agudizó las condiciones de pauperización en que viven decenas de miles de familias obreras, en viviendas precarias y con niveles de salud, alimentación y cobertura social mucho más deprimidos, a pesar del asistencialismo generalizado organizado desde el MIDES y las miles de ONGs funcionales al régimen de explotación y opresión vigente.
La violencia entre pobres, el record de suicidios, de embarazos adolescentes, de viejos abandonados y comidos por los perros; son la cara real de un sistema podrido hasta las raíces que no puede ser disfrazado por la propaganda oficial ni por el manejo criminal de las cifras.
Los sucesos en el Marconi, son el emergente de una situación generalizada en los barrios populares, donde los milicos son señores feudales, donde el narcotráfico, la trata y otras variantes de la “economía ilegal” hacen su agosto y donde las condiciones de exclusión endémicas preanuncian una guerra social latente, que justifica y justificara el aumento y tecnificación de los aparatos represivos y el lucrativo negocio de “la seguridad”.
Todo este conjunto de medidas que configuran un renovado ataque a las condiciones de vida del Pueblo Trabajador, encuentra todavía pocos focos de resistencia. En algunos barrios, en algunos sindicatos, en algunos centros estudiantiles y en movilizaciones puntuales por la tierra, por DD.HH., de los jubilados y de los trabajadores del campo; se empieza a encender de a poco la rebeldía.
El sindicalismo oficialista ha tenido una actitud lamentable frente a la violencia entre los de abajo, siendo funcionales a las políticas represivas del gobierno, mostrando una absoluta falta de independencia y de iniciativas propias ante el drama de sus hermanos de clase
EL NUEVO CICLO HISTÓRICO ABIERTO Y EL RESCATE DE LAS EXPERIENCIAS DE LUCHA
Para nuestra corriente, la conversión del PIT-CNT en central oficialista, actuando como un verdadero ministerio de asuntos gremiales del actual gobierno;ha cerrado el ciclo de unidad abierto a mediados de la década del ’50, y nos convoca a fogonear con coraje y cabeza abierta, un nuevo curso de luchas y de construcción sindical y social, independientes.
Los Sindicatos, Agrupaciones y militantes que están comprometidos en una lucha en serio contra el régimen de explotación tenemos que rodear todos estos focos incipientes de resistencia y apuntalarlos para ir articulando un espacio de Resistencia Popular que nos permita enfrentar en mejores condiciones la actual ofensiva del capital. Desde estos ensayos organizados de unidad obrera-popular, hay que levantar un Plan de Lucha que desemboque en una Huelga General por la Plataforma inmediata y por el Programa de los trabajadores. Ese y no otro es el sentido del balance sobre la Huelga del ’73.
NO ESTAMOS HABLANDO DEL PASADO, ESTAMOS HABLANDO DEL FUTURO
Estamos diciendo que el antagonismo entre el capital y el trabajo, nos pone inevitablemente de cara a una nueva Huelga General. Esa perspectiva nos impone aprender de nuestra propia historia, para retomar un curso de lucha que nos arrime a la emancipación de los oprimidos. Preparemos la futura Huelga con la precisión del relojero, con la paciencia del orfebre, y con la pasión del que pone la vida detrás de un sueño de justicia y libertad.
- Contra el ajuste capitalista, por un Plan de Lucha inmediato
- Por una Alternativa Clasista e Independiente para el Movimiento Obrero y Popular
- Arriba los que luchan!!! El mundo será de los trabajadores!!!
Tendencia Clasista y Combativa
TCC- junio2016